Estoy enamorado de ti, perdidamente enamorado

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Hacer todo menos los extras que prometí es mi pasión.

Esta vez les traigo un bonito Two-Shot de mi bebé XiChen <3 porque es un pequeño al que debemos darle mucho amor (≧▽≦) y también ayudó mucho que nuevas personitas se están sumando a leer estas fumadas que les administro a ustedes. ¡Bienvenidos a todos los nuevos!


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Nunca te amarás ni la mitad de lo que yo te amo, XiChen

Unos ojos azules como una tormenta se abrieron al comienzo de una fría noche, los sonidos tenues de los lotos flotando en los estanques de Muelle de Loto la única sinfonía nocturna, suspiros pacíficos arrullando al líder de Yunmeng, invitándolo a un dulce sueño en compañía de su esposo. Una ráfaga de helado viento sacudió sus hombros, alzando la vista se dio cuenta que la ventana seguía abierta, la luz de la luna la única iluminación.

Levantándose, las sábanas se deslizaron lentamente por su cuerpo, sus pies descalzos besando el suelo, un estremecimiento subiendo por su columna. Las estrellas estaban refulgentes en el  precioso cielo nocturno, cada una brillando con una intensidad abrasadora y trayendo un manto de plata sobre su secta. Sin contenerse admiró el firmamento, esas supernovas resplandecientes eran hermosas, pero nunca podrían compararse con su propia estrella, pensó Jiang Cheng. Caminó de regreso a su lecho encontrándose la imagen más maravillosa de todas: Lan XiChen, el perfecto Jade de Lan tenía su rostro etéreo totalmente relajado, sus largas pestañas batiéndose con suavidad, sus labios de cereza entreabiertos dejando escapar ligeros suspiros, uno de sus brazos esperando el peso de su cuerpo para atraerlo a su pecho y seguir descansando.

Jiang Cheng sonrió.

Deslizándose de nuevo en su cama, unos fuertes brazos apretaron su cintura, su esposo aún dormía pero necesitaba su calor. El maestro de Muelle de Loto recargó la mejilla de su esposo en su pecho, justo donde las marcas hechas por Wen Chao fueron hechas. Lan XiChen, con los ojos cerrados, restregó su rostro suavemente contra él y siguió descansando. Jiang Cheng volvió a sonreír, dándose cuenta que lo único que veía era a él.

Lan XiChen, tan perfecto y devastadoramente hermoso. Un hombre echo de luz pura e inmaculada, pero jamás un santo; todos tenían errores, WanYin lo sabía, y su marido no era ese ángel noble que la gente creía que era. Al igual que todos tenía imperfecciones, muchas de ellas, pero Jiang WanYin las amaba. Amaba todas esas grandes y pequeñas cosas que el Jade era; el benévolo corazón del hombre frente a los necesitados, la suave curva de sus labios al sonreír, los ligeros hoyuelos en sus mejillas, la fuerza con la que defendía sus opiniones y a su familia. Está perdidamente enamorado de él, y de todas esas pequeñas cosas.

Está enamorado de las insignificantes manchas de tinta sobre esas mangas prístinas, las gotas de té sobre platos de porcelana, una cinta de regulación patronada en nubes celestes, manos de piel de jade con abolladuras de combate, una suave melodía saliendo de un xiao blanco, consejos amorosos cargados de regaño y autoridad, de noches sin descanso donde los corazones del otro eran la única compañía. Jiang Cheng estaba enamorado.

Lan XiChen, su perfecto imperfecto Jade de Lan.

—A-Cheng, duerme —los mismos cálidos labios que cubrían sus pensamientos cubrieron sus labios. No había lujuria o pasión en ese contacto, era puro afecto y amor. Su marido volvió a dormir.

Jiang Cheng siguió su camino, recorriendo con gentileza el rostro de su amado, el rostro de la persona más magnifica para él. XiChen, que siempre era el socorro y apoyo de todos, pero nadie pensaba en el solitario hombre que se escondía en el fondo, nadie tomaba en cuenta los sentimientos de ese ser perfecto.

"—El líder de secta Jiang es demasiado poco para ZeWu-Jun, pobre hombre el maestro Lan.

Jiang WanYin no podrá cuidar del corazón blanco del líder de secta Lan. Ese romance está destinado a terminar en tragedia.

¡Mejor si termina! ¿Se imaginan el dolor de estar casado con alguien tan falto de amor como el Líder Jiang?

Se parece a su madre en todo. Yu ZiYuan no pudo tener el corazón de Jiang FengMian, ahora la historia se repite: Jiang WanYin no tendrá el corazón de Lan XiChen, no después de la muerte de sus hermanos jurados.

Lan XiChen merece alguien que le brinde mucho amor, al lado de SanDu ShengShou no lo tendrá. Ese matrimonio morirá muy rápido, dejando tan poco."

—La gente dice que no debemos estar juntos —susurró el Jiang—. Piensan que no podré darte el amor que mereces, que mis palabras en nuestra boda fueron simples mentiras y nunca podre darte un "para siempre".

Su vista se dirigió al hermoso cuadro colgado en su habitación, los colores rojos y oros de los trajes de novios que usaron en su boda un recordatorio de sus palabras y promesas, de las ansias desbordantes en ese día. Recordaba el rostro sonriente, extasiado y alegre de XiChen una vez se encontraron, las lágrimas de felicidad rodando de sus ojos al verlo, la promesa firme y absoluta de amarlo por el resto de la eternidad.

—Ellos solo hablan porque tienen boca. Este amor, el amor que te prometí ese día frente a nuestros ancestros, sigue siendo el mismo, más fuerte y duradero. Ellos no saben nada.

Y en efecto, no sabían nada. ¿Qué tan celosos estarían aquellos cultivadores si supieran los preciosos te amo que se dedicaban en momentos especiales? Si pudieran ver el rostro, el verdadero rostro de XiChen cuando un presente pensado únicamente para él era depositado en sus manos; si pudieran ser testigos de esas escasas sonrisas, que eran más valiosas que todos los tesoros de Yunmeng, saliendo de los labios del maestro de Muelle de Loto al contemplar a su marido, esas noches interminables donde se entregaban en cuerpo y en alma. Ellos no sabrían nunca, porque para Jiang Cheng con que su marido supiera cuanto lo amaba era suficiente.

Aplastando sus labios en un beso sobre la frente de su esposo, sacó de su mente y corazón cada pensamiento y añoranza sobre su matrimonio. Un momento especial como este donde las estrellas podían ser testigos del amor que el Jiang sentía por su Lan Huan.

—¿Sabías, que te amé desde que fui a estudiar a Gusu? —sonrió ante el recuerdo de ese dulce chico que soñaba interminablemente con el primer maestro de Lan: sueños cargados de ilusiones donde ellos vivirían felices en Muelle de Loto y Receso de las Nubes, los padres de ambos estarían presentes en su boda, su hermana YanLi y Wei WuXian mantendrían la sonrisa de felicidad en su rostro. Los sueños de un niño que fueron rotos por una guerra.

Pero todo lo que se rompe, puede repararse.

Su boda se celebró en Receso de las Nubes, la gala de oro y granate decorando los salones celestes y blancos, el lugar que una vez debió ocupar YanLi estaba lleno con la presencia de su sobrino Jin Ling, el de sus padres con Wei WuXian, Lan WangJi y Lan Qiren, los discípulos Lan SiZhui y Lan JingYi también. Esa era su familia, y estaba agradecido por tenerlos.

Todos los demás desaparecieron en el momento en que vio a XiChen, sus túnicas rojas con grabados de nubes, sus ojos mirándolo solo a él, su corazón latiendo solo para él... como el propio corazón de Jiang Cheng solo era de Lan XiChen.

Amor. Amor significaba XiChen; cariño era XiChen y deseo solo podía ser XiChen. Nadie más, nunca más.

Con la luna en lo alto del cielo, un diminuto resplandor iluminando el rostro del dueño de su alma, con el corazón en la mano, Jiang Cheng susurró—. Te amo, A-Huan.

Los brazos que se aferraban a su cintura se hicieron más fuertes, un suave y delicado beso siendo depositado sobre su pecho, resguardando con ternura y cuidado su corazón—. No tienes que decir que me amas, porque sé que lo haces. Te amo, A-Cheng.

Te amo, A-Huan | XiChengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora