Los momentos que más me gustan son los que compartes a mi lado

1.4K 263 23
                                    

Sabes que seré tu vida, tu voz, tu razón de ser, mi amor

El sonido del xiao inundaba el aire como las cristalinas aguas en los estanques, notas musicales melodiosas y armónicas destinadas a calmar la mente, a cultivar el núcleo y a declarar un profundo sentimiento desbordante a través de su melodía. Le seguían cuerdas rasgándose de algunos guqin acompañados de las cuerdas de los guzheng, algunas notas desafinadas de dizis y cantos alegres de discípulas sosteniendo erhus. Jiang Cheng no pudo evitar sonreír, una costumbre que había adquirido desde que su corazón tenía dueño.

Uno de sus discípulos más jóvenes miró con un sonrojo notorio la sonrisa de su Líder, susurrando a sus compañeros la hazaña que había visto. Algunos seguían consternados cada que veían dicha demostración de felicidad o satisfacción, SanDu ShengShou era un despiadado y temido cultivador, su temperamento era bien conocido y que sonriera sin motivo aparente era extraño. Otros por el contrario, amaban y sabían a que se debían las sonrisas de su líder, las tenues y fugaces demostraciones de amor que le tenía a su segundo amo, el mismísimo Primer Jade de Lan.

La escena en Muelle de Loto fue una extravagancia al principio, los discípulos del loto se entrenaban en combate para ser letales, su educación se basaba en acción. Con ayuda de su segundo amo también cultivaban la mente de forma tranquila, justo en el muelle de Lan XiChen donde el aroma a lotos y el suave chapoteo del agua era un estimulante a la relajación.

Jiang Cheng sonreía, sí, no podía evitarlo. Ver a Lan XiChen tan contento y feliz entre su gente, protegiendo y enseñándole un camino diferente y prometedor a su secta era maravilloso. Su esposo, su amante, su A-Huan.

—Acércate, WanYin —pidió XiChen entre diminutas risas. Los pequeños discípulos bailaban alrededor del Jade llenando sus prístinas ropas de salpicaduras de agua, en su cabeza justo encima de su cinta de regulación tenía una hermosa corona de flores.

—¿Quién te puso eso en la cabeza, XiChen? —bufó, pero su tono no fue de molestia. Jiang Cheng observó cómo sus discípulos se iban tranquilamente para darles espacio, pero él no lo requería. Con suavidad atrajo el rostro del hombre que más amaba y besó sus mejillas una a una de forma fugaz y tierna, recorrió con sus labios la curva de su mandíbula y finalmente besó sus labios entreabiertos, el sabor de las semillas de lotos estallando en su boca.

Aquello no estaba mal. De ninguna forma podía estar mal. Las parejas que se amaban no temían demostrarlo; el amor no debía esconderse, eso lo aprendió junto a su esposo. Besarse no estaba mal; llamarse de forma cariñosa no estaba mal; amarlo, adorar a Lan XiChen como lo más precioso que tenía, no estaba mal.

—Lamento no avisarte lo que hice con el muelle de Madame Yu, A-Cheng —miró alrededor del palacio de siete puntas de su madre, el lugar que la Araña Violeta usaba para calmar su mente, para refrenar su espíritu y para conseguir paz entre un matrimonio devastador. Este lugar era el único en Muelle de Loto que vio la parte vulnerable de Yu ZiYuan, el lugar que fue testigo de las lágrimas de una mujer sufriendo un amor no correspondido. Jiang Cheng pensó que un lugar tan hermoso no debía ser triste, así que se lo regaló a su esposo en una muestra de cariño, estaba seguro que XiChen podría llenar de felicidad un lugar tan maravilloso y melancólico como este lugar plagado de amargos recuerdos.

—A madre le habría gustado, A-Huan —dijo, los pétalos caídos de flores silvestres traídos con la brisa a sus pies, las campanillas colgantes soltando ligeros tintineos.

SanDu ShengShou, el impredecible maestro de Muelle de Loto y líder de Yunmeng se dejó caer a un lado de su pareja contemplando con armonía las flores flotantes frente a él. El loto de nueve pétalos el símbolo de los Jiang, aquella flor que no importaba si el barro la consumía, ella renacería de forma gloriosa en todo su esplendor. Jiang Cheng recargó su cabeza sobre el hombro de su A-Huan, buscando con gentileza la mano contraria, entrelazando sus dedos.

—Te amo, XiChen.

Una suave risa como la brisa se escuchó, seguido de un: —Lo dijiste esta mañana, mi A-Cheng. Yo también te amo. ¿Seguro te sientes bien? Dime impostor, quién eres y que hiciste con mi esposo —se burló el segundo amo de Jiang.

Golpeó sin fuerza el hombro del cultivador de blanco—. No puedo ser romántico porque te pones pesado.

—No lo hago. Amo que A-Cheng me ame, y que me diga sus sentimientos es verdaderamente un gozo para mí —recargó su mentón en la cabeza del Jiang, su brazo rodeando sus hombros.

Jiang Cheng lo sintió de nuevo, ese amor aplastante y tierno que su pareja desprendía, llenando con la sensación de sentirse amado y deseado, querido y protegido.

Y de pronto lo comprendió, supo a qué se trataba ese calor en su pecho y esas ansias por hacerle ver a su pareja lo mucho que lo amaba.

Supo que el amor que sentía por ZeWu-Jun era tan grande que se desbordaba de su alma, que ya no podía retenerlo por más tiempo.

Con una sacudida se sacó a su marido de encima, este le obedeció pensando que necesitaba su espacio después de ese íntimo momento, nunca esperó que el menor recostara su cuerpo completamente en el pecho de XiChen, casi acostado sobre él. La nuca del Jiang era visible, las trenzas tradicionales a sus ojos. Con cuidado el maestro Lan deshizo el moño que sostenía esa cabellera salvaje, peinando con devoción el cabello negro como alas de cuervo.

—¿Estas cómodo, A-Cheng?

—Lo estoy, amor.

Juntos contemplaron el sol robando colores de los estanques de YunmengJiang, una cinta blanca ondeando con la brisa y una morada descansando en los dedos del cultivador más prominente de su generación.

—A-Cheng está siendo adorable, como un tierno y lindo gatito —Lan XiChen rió por lo bajo, los suaves ronroneos de su adormilado esposo debajo de él.

—Eres tú; es el amor que siento por ti, lo que me hace así, A-Huan.

A Jiang Cheng no le importaba que los vieran en ese momento, después de todo los momentos que más disfrutaba eran junto a su Lan Huan.

➳♡➳♡➳♡➳♡➳♡➳♡➳♡➳♡➳♡

¡Gracias por leer! 。◕‿◕。

Te amo, A-Huan | XiChengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora