Prólogo.

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Y allí estaba yo, atrapado en un camión,en medio de la nada, volcado, rodeado de esas ´Cosas´, no había escapatoria, ya no la había... ¡No!, Siempre hay escapatoria, abri la guantera y recogí el revolver .47 con dos cartuchos sueltos, sabía lo que venía, siempre lo supe, vi como esas ´cosas´ entraban por las ventanas, me apresuré y apoyando mi pie izquierdo en el hombro de mi amigo, o lo que quedaba de este luego del vuelco, me impulsé y acabé alcanzando la manilla de la puerta izquierda, la abrí e impulsandome con todas mis fuerza quedé colgando de esta, solo pensé -Que rayos estoy haciendo- todo transcurria en camara lenta, los gemidos de esas ´cosas´, las llamas me abrazaban, sentía la brisa característica de Verano, llegué a la parte superior del camión, y vi como estaba rodeado de esas ´cosas´, pensé -Este es el fín, ese día ya llegó- , una de esas ´cosas´ subio donde estaba yo, la golpié en la cabeza lo más fuerte que pude, ese monstruo horrible calló de una manera, se notaba que eran peso muerto, agarré el revolver, lo empuñe con una mano temblorosa, y me la apunte a mi cabeza, no quería sufrir, no quería morir, no quería ser... Uno de ellos, dije en voz baja, ¿Algunas últimas palabras?, y pensé -Kiara, lo siento, nunca pude decirte lo que sentía, y Perro, amigo mio, no pude cuidarte, lo siento-  solo escuché el pitido ensordecedor y todo estaba tranquilo.

¿Recuerdas el amanecer?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora