Capítulo 3: Cuatro días después

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Desperté recostado en una esquina de un lugar tétrico, lo primero que vi fue a un hombre de aproximadamente 20 años viendo por una ventana, Jaime estaba al lado mío, me preguntó -¿Estás bien?, -¿Dónde estoy? dije yo, Jaime me iba a responder, pero el señor que miraba por la ventana lo interrumpió diciendo –En el maldito infierno-, Jaime me miró preocupado, yo me levanté y me desempolvé, para inspeccionar el lugar, pero al intentar abrir la puerta, el hombre de la ventana me interrumpe diciendo –Si abres esa puerta las ¨Pesadillas¨ no tendrán piedad de ti- , pregunté –¿Y que son las ¨Pesadillas¨?-, el hombre me respondió –Cosas que no te queras topar de frente-, al decir eso me apuntó con un revólver, yo me sorprendí y le dije –¡Oye!, ¡Oye!, calma, calma-, el hombre me miro raro, y en un movimiento rápido de manos dio vuelta el  revólver y me lo dio, diciéndome –Lo necesitarás, ¡Ah! Y por cierto, me llamo Michael-, tomé el revolver y abrí la puerta, lo primero que vi al abrir la puerta fue a un joven de pelo castaño alborotado y de ojos pardos con un rifle, al parecer limpiándolo, sentado en una esquina, se levantó y me dijo alegremente –Mi nombre es Jeb, un placer- para luego estirar su mano en modo de saludo, le salude diciendo –Mi nombre es Clark- , Jeb me preguntó al instante –¿Cómo sobreviviste a las ¨pesadillas¨?, -Al parecer las ¨pesadillas¨, son malas- pensé, para responderle le dije –No sé, que yo sepa no me he topado con ninguna ¨pesadilla¨-, Jeb iba a seguir hablando cuando una mujer entró en la habitación diciendo –Jeb, ven a ver esto-, Jeb me dijo –Puedes venir si quieres-, yo acerté con la cabeza, -Entonces sígueme- dijo Jeb, lo seguí,  y llegamos al techo de la casa, en el techo había otra persona, esta vez un hombre con un rifle con mirilla, Jeb me dijo en voz baja –Agáchate-, yo le hice caso y me agaché, pregunté -¿Y por qué?-, la mujer me hiso callar y luego me dijo –Por las ¨pesadillas¨-, -Son más de lo normal- dijo el hombre del rifle, me asomé un poco por el balcón y vi una gran muchedumbre de esas ¨cosas¨, Jeb me dijo –Guarda silencio, espera a que pasen-, y de repente escuche un sonido de bala, todas esas ¨cosas¨ se dirigían a la zona en la que había sucedido el ruido, era realmente espeluznante, yo susurré –Tenemos que ir a ayudarlo-, Jeb me miró fijamente y me dijo –No, es una distracción-, en ese preciso momento la chica sacó una especie de gancho con una cuerda y le dijo a Jeb –Cúbreme-, el hombre cargó su rifle al igual que Jeb y se ubicó en el borde del techo, apoyando el arma de fuego sobre la esquina de este, la chica con una especia de pistola, lanzó el gancho hacia un edificio al otro lado de la calle, se impulsó sobre la esquina del techo y se lanzó sujetada de la cuerda del gancho, al llegar al otro lado miró a Jeb e hiso una señal con el dedo, Jeb se puso el rifle en la espalda, y se lanzó por la misma cuerda por la cual había pasado la chica, al llegar al otro lado me miró y me hiso una especie de señal, como diciéndome, -Es tu turno- yo mire a la calle desde la orilla y pensé –No me voy a tirar por ahí-, al instante negué con la cabeza su invitación, el hombre del rifle me miró, al parecer pensando –Que cobarde- seguidamente al parecer mío la chica le señaló algo a Jeb, Jeb me miró y se largó corriendo siguiendo a la chica, me alejé de la orilla, abrí la puerta por la que había llegado allí, pero antes de poder bajar la escalera, el hombre que estaba allí me dijo –Estabas evacuando cuando pasó todo esto, ¿no?-, lo miré sorprendido –¿Si, como lo sabes? Le respondí, el me miró y me dijo –Porque yo te vi al matar a esa ¨pesadilla¨ en el puente-, lo miré y pensé –Así que esas son las ¨pesadillas¨-y bajé hacia donde estaba Jaime y Michael, Michael me dijo –Si te vas a quedar más tiempo aquí debes saber cómo sobrevivir-, lo mire confuso, y le dije -¿A qué te refieres?-, me miró desafiante y me respondió –Mañana lo sabrás-, pasaron los minutos, y llegaron los Jeb, la chica y el hombre del rifle, Michael dijo, -De acuerdo gente, ha sido un día duro, ahora es hora de dormir-, apoyé mi cabeza sobre la pared, y me dormí.

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