Quiéreme Más

03 || Cuando Se Trata De Ti

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"Hay cosas, personas y recuerdos que se tatúan sin la necesidad de tinta".

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Horacio

No estaba acostumbrado, para nada. No me veía a mismo sintiéndome tan cómodo en los brazos de alguien más, ni mucho menos sentirme también durmiendo con alguien con el que a pesar de tener un mínimo de confianza nunca había intentado ser más íntimos, los rayos de sol entraban por mi ventanal  mientras me daban en la cara, había despertado hace tan solo unos minutos y fue como si me cayera un balde de agua fría. Claudio aún estaba profundamente dormido y podía sentir su respiración calmada contra mi frente.

Sonreí con vergüenza al darme cuenta que me había quedado como bobo mirándolo, dirigí mi vista hacía un punto fijo en la habitación, mientras pensaba en lo que había pasado ayer, en las explicaciones que tenía que dar hoy y en la poca vergüenza que sentí al suplicarle a Claudio que se quedará, tan perdido estaba en mis pensamientos que solo pude sentir el cuerpo de Claudio removerse debajo de las sábanas.

Lo vi de reojo para confirmar que estaba despierto y entonces lo vi parpadeando lentamente tratando de acostumbrarse a la luz mientras pasaba su mano por sus ojos.

—¿Horacio? —Lo escuche llamarme, su voz era ronca y confundida, pero también tenía una pizca de alivio.

—Estás despierto —Digo sonriendo — Buenos días. —saludo

—Buenos días ¿Cómo amaneciste hoy? —pregunta.

Sonrió.

—Estoy mucho mejor, gracias por quedarte conmigo y regalarme un poco de tu tiempo — dije un poco avergonzado.

— Sabes que siempre estoy para ti, no importa en que circunstancia. —dice sonriendo y lo veo desviar su mirada hacía el reloj de mi mesa de noche. — Y aunque siempre este ahí, ahora mismo no puedo. —Bromea — Tengo que ir a trabajar. —Me dice un poco avergonzado.

Suelto una pequeña risa, mientras me levanto de la cama para poder alistarme, cierto era que yo también tenía que irme.

——No te preocupes por eso. — digo— Además yo también tengo que ir hoy tengo que ir antes de que Conway me mate. —digo riendo.

Veo a Claudio peinando su cabello con las manos, mientras yo lo ofrezco un cepillo nuevo y el lo acepta.

—¿Quieres que te acompañe a comisaría? — pregunta entrando a mi baño mientras yo busco algo que ponerme.

—No, esta bien, puedo ir solo y tu debes ir a tu trabajo —Dije sacando un par de pantalones cargo y una camisa blanca.

—No importa si llego unos minutos tarde — Dijo saliendo del baño con un rostro más presentable. — Anda vamos, te llevaré. —dijo por último mientras terminaba de cambiarme.

Ambos bajamos del Sexto piso hasta el estacionamiento del edificio, la camioneta de Claudio estaba no muy lejos de la entrada principal así que vamos hacía allí y luego hasta el primer destino. La comisaría.