El veneno de tu sangre me enloquece

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El albino soltó de nuevo una carcajada al ver la condición en la que se encontraba su amigo.

- Nunca pensé que te vería tan mal - se burlaba entre risas - Beliath el que se la pasa de fiesta en fiesta, el que toma sin parar y amanece fresco como lechuga - pronunciaba cada palabra mientras lo anunciaba con sus manos - ahora se está desmayando porque olvidó que no debe de tomar sangre de vampiro
- Ya cállate Ethan, no estoy de humor - decía mientras tomaba su cabeza entre sus manos y dejaba ver sus ojeras marcadas y su cara más pálida de lo normal, una fuerte jaqueca invadía su cabeza y un dolor pulsante habitaba en todo su cuerpo - además no lo olvidé, solo pensé que tal vez no pasaba nada
- ¿Porque? ¿Porque era la de Vladimir? - el contrario le soltó una mirada de odio evidencuando que estaba en lo correcto y soltó una carcajada que rezono por toda la mansión

***La noche anterior***

El vampiro y el súcubo retosavan de risas la habitación del rubio mientras jugaban a quererse.
- Cariño, te amo - dijo entre risas el rubio, ese apodo que se escuchó tan natural y que solo pudo haber salido del alma, de pronto se puso serio pero sin quitar por completo su sonrisa

El pelimorado se incorporó un poco para poder posar con delicadeza su mano en la mejilla del contrario, el cual toco delicadamente su brazo, se acercó a sus labios apenas rosandolos.
-  Yo también te amo, señor conde - susurro en un tono pícaro pero dulce, y ese mofe que en cualquier otra circunstancia pudo haber hecho enojar al vampiro, ahora se sentía con cariño. Beliath con su mano libre tomo su mano y sin quitar la mirada de sus ojos se la llevó a los labios, cruzó su dedos en su mano para lograr abrirla y depositar un beso en su palma, dirigió su mirada hacia ella y la tomo dulcemente dejando en libertad la muñeca que no tardaría en ser atacada por sus colmillos, al principio se tenso por el doloroso tacto pero después un fuego corrió por su espalda y se paró en la muñeca de cual se succionaba su sangre ante tal acto el cual para cualquier humano podía resulta simple para ellos era algo tan íntimo que solo un lazo tan fuerte como el de ellos podía hacer algo tan fuerte.

***Actualidad***

El pelimorado estaba tumbado en el sofá del pequeño salón con una pierna doblada sobre los cojines y su otra pierna reposaba en el piso, sus manos se tapaban la cara, protegiéndose de las escasa luz que lograba moverle el mundo.
- ¿Beliath? - río el rubio que apenas había llegado a la habitación, pero lo único que resibio de respuesta fue un quejido ahogado por sus manos - si te hace sentir mejor, no puedo mover mi muñeca
- Me alegra, me alegra mucho - quitó las manos de su cabeza pero cerro sus ojos con fuerza, mientras tanto su comentario estaba dicho entre verdad y la mofa que tanto lo caractizaba. El rubio solo río y fue al sofá para sentarse y colocar la cabeza de su pareja en sus piernas, para finalmente tomar un libro y comenzar a leer en silencio.

Moonlight Lovers |Vladimir x Beliath| VIDA DE CASADOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora