Eɴ ᴇʟ ᴀᴍᴏʀ ʏ ʟᴀ ɢᴜᴇʀʀᴀ ⭐

Sigurd, el idiota.

Han pasado dos días ya y recién voy de regreso a la zona de entrenamiento, pues de vez en cuando realmente iba donde aquella señora que da sus clases de costura y justo ayer ha sido ese día.
Al llegar veo a Sigurd, el idiota, vitoreando haber derrotado a alguien más pequeño que el, tan joven como Ivar y yo. Entonces recordé su nefasto trato hacia su hermano y me dió cierto hilo de ira corriendo por mi interior.
"A que no puedes derrotarme a mí, Sigurd Lothbrok." escupí casi inconscientemente, mi furia por su actitud lo estaba desafiando.
"A tí?" dijo riendo con vanidad "
Niña mediocre, deberías prepararte para ser mi esclava, no tienes agallas para ir a la guerra." siguió con tanta petulancia que me hizo no arrepentirme de haberlo desafiado.
"Deja de hablar, que tú menos!" respondí encarandolo.
El respondió con un brusco empujón y yo saqué mi daga, la cual mi propio padre me había enseñado a usar muy bien.
"Qué te hace pensar que puedes vencerme? Eres sólo una pequeña niña." dijo arrogante, solo aumentando mi furia.
"Qué te hace pensar que no?" le dije con una mirada desafiante y acercando mi daga hacia él, entonces sacó la suya y comenzó una pequeña batalla, estuvimos bastante parejos y de pronto conseguí derribarlo, le hice unos cortes apenas superficiales justo en el centro de su pecho, entonces me puse de pié y me alejé de él unos pasos, en un momento de descuido me giró bruscamente hacia el y continuó el duelo hasta que me empujó contra un gran árbol, haciendo además que mi daga cayera al suelo, pues ahi sin que pudiera defenderme hizo un pequeño corte en mi brazo.
"Ya basta!" se oyó en la voz de Ubbe, quien llegando se encontró con la escena. Sigurd se alejó de inmediato y yo caí de rodillas para tomar mi daga entre mis manos.
"Ibas a matarla? Estás loco?" reclamó encarando a Sigurd.
"Ella me desafió, ¡y también me ha herido!" contestó llevando una mano con un paño a su pecho para contener la poca sangre que sus pequeños razpones expulsaban.
Ubbe se acercó a mí mientras yo cubría mi herida con una mano y sostenía mi daga con la otra.
"Ambos están locos? Aún eres una niña!" me regañó también, a la vez con preocupación.
"Pues por eso ha aceptado enfrentarse a mí, solo pelea con quien se ve más débil,más pequeño, pero ¿sabes Sigurd? No significa que siempre vayas a ganar." dije con la voz agitada mientras me ponía de pié.
"Ya basta, se acabó." dijo Ubbe ante la posibilidad de un nuevo enfrentamiento, pues sabe el patán que es su hermanito y de lo que sería capaz.
Ubbe se llevó a Sigurd y su hermano Hvitserk se acercó a mí.
"¿Estás bien?" preguntó mirando mi brazo con preocupación.
"Sí, solo no tengo idea de cómo ocultaré esta herida de mi madre." me sinceré con un suspiro.
"Vaya, ¿no quieres preocuparla?" preguntó mientras me guiaba hacia la curandera.
"Ni siquiera sabe que vengo a entrenar..." murmuré algo asustada, ¿y si ya no me permiten entrenar?
"¿Pero cómo?" dijo asombrado
"Yo... Bueno, ella no quiere, sólo desea verme con un montón de hijos y un marido." bufé con fastidio y Hvitserk rió ante mi expresión.
"No es divertido, es un asco" dije irónicamente riendo con el.
" Lo siento, lo sé, bueno ¿no lo sé? " dijo en un suspiro "Pero oye, ¿porqué tanta ira con Sigurd, niña?" siguió y me miró con intriga.
"Es un idiota, molesta a todo el mundo y sin medirse, alguien tiene que ponerlo en su sitio." le respondí con seguridad, ocultando que mi mayor motivante era su maltrato hacia Ivar.
"Vale, si es eso..." respondió aún intrigado. "Y bueno, hemos llegado." me dijo estando ya frente a la cabaña de la curandera.
"Gracias, fuiste muy bueno en acompañarme, Hvitserk." le dije con amabilidad y el se retiró entendiendo que prefería entrar sola a la cabaña.
Salí de allí muy aliviada, además de limpiar mi herida aquella anciana me enseñó a ocultarla perfectamente, entonces regreso a mi casa y evito una vez más problemas con mi madre, pero sin dejar de pensar el tiempo que pasé sin ver o saber de aquel muchacho tan particular, que aún me preocupa tanto.