La herida.

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"Elin, por favor ven a ayudarme, mueve aquello justo a un lado de la entrada" pidió mi padre amablemente, seguramente varias personas de Kattegat pidieron comprar de las mantas y telones que hace mi madre y el ya las había empaquetado como de costumbre para ir a entregarlas.
"Claro, voy ahora mismo padre."  respondí con la misma amabilidad y tomé varios paquetes como suelo hacer para cargarlos hasta la entrada como él me había indicado.
Llevaba los paquetes y mi brazo se resintió por la herida, lo cual no pude disimular y un pequeño gesto de dolor se dibujó en mi rostro.
"¿Hija, estás bien?" dijo mi padre corriendo hacia mí.
"Sí, solo..." arrojé los paquetes a un lado de la entrada según su orden y me interrumpió antes de que pudiera continuar. "Te han lastimado?" me preguntó casi afirmando, entonces con un gesto le pedí callar, el sabe que no es irrespetarlo sino miedo de que mi madre pueda escuchar.
"Tranquila, tu madre no está, se ha ido por más telas y materiales... Dejame revisarte" me dijo llevándome adentro de la casa.
Se tomó el tiempo de asegurar que no fuese nada grave aunque le reiteré que visité a la curandera, pero si no se preocupara por cada detalle ese no sería mi padre.
"¿Cuándo regresará mi madre?" Le pregunté mientras cuidadosamente y con paños limpios volvía a cubrir mi herida.
"En unos dos días, ¿vas a extrañarla?" me preguntó curioso.
"Pues claro que sí, es mi madre y aunque ella no entienda lo que quiero tan bien como tú, a ambos les amo." respondí sincera.
"Es tan lindo lo que dices hija, pues debes saber que estoy orgulloso de tí, tan pequeña y con un propósito me haces saber que nunca vas a resignarte." se sinceró un poco emocional.
"No tendría más opción sin tu apoyo padre..." le respondí agradecida, tomándole la mano.
"Pero por bien de todos esto debe ser un secreto todavía, tu madre no tiene que saberlo hasta que sea preciso." indicó.
"Claro que sí, así será" respondí sonriendo.
"Bueno Elin, tengo que ir a entregar las mantas y telones..." dijo poniéndose de pié.
"Está bien padre, que los dioses te acompañen."  le respondí y partió, no sin antes darme un beso en la frente como al salir a cada viaje, pese a que en unas horas estaría de regreso.

P.o.V Ivar

"No iba a ir claramente, si Sigurd le ha herido" comentó Hvitserk mientras todos estábamos reunidos a las afueras del gran salón.
"Debería ir o enviar alguien a verla, asegurarnos de que esté bien." dijo Ubbe con preocupación.
"Pss no, si su madre siquiera sabe que la niña va a entrenamientos." dijo Hvitserk con cierto pesimismo.
"Ah vɑmos! Erɑ sólo unɑ pequeñɑ heridɑ!" dijo exaltado Sigurd.
"Resuelto, haré que traigan a esa niña aquí para que Sigurd se disculpe con ella." exclamó Ubbe.
Sigurd resopló y Hvitserk y yo reímos burlandonos de él.
- Aʟɢᴜɴᴀs ʜᴏʀᴀs ᴅᴇsᴘᴜᴇ́s -
Mαdre dıó lα orden de que todos recıbıérαmos α lα dıchosα muchαchα pαrα presencıαr lαs dısculpαs de Sıgurd, mencıonαron que erα hıjα de uno de los hombres que peleó con Rαgnαr en sus prımeros vıαjes α Inglαterrα ч de lα mujer que teje mαntαs ч telones en Kαttegαt.
Al verle entrαr tαn tı́mıdα lα reconocı́ de ınmedıαto, ¿cómo que Sıgurd lαstımó α lα únıcα nıñα en Kαttegαt que se αtrevıó α αчudαrme? Mαldıto bαstαrdo.
"Bienvenida, pequeña Elin." dijo mi madre con  algo de frialdad.
" Reina Aslaug... Buenas noches, es un honor." respondió ella muy nerviosa pero con firmeza.
"Como sigue tu herida? No fuiste a los entrenamientos..." cuestionó Ubbe con real interés.
"No ha sido nada , mañana mismo regreso a entrenar." Respondió con tal transparencia que era imposible dudar  de que cumpliría su palabra.
"Y Hvitserk, muchas gracias por ayudarme aquel día, la curandera me enseñó incluso a ocultar la herida sin dañarla, resolví el problema." dijo viendo a Hvitserk con una amigable sonrisa.
"Me alegra tanto, pero si lo sigues escondiendo algo como eso puede volver a ocurrir." respondió Hvitserk con complicidad.
"¿Esconder qué?" pregunté mirando a ambos, casi sin poder evitar preguntarlo.
"Hola Ivar, ¿cómo estas hoy? Te ves muy bien..." contestó sin contestar, notablemente nerviosa, espero que no vaya a hablar de aquella vez, por lo que más quieras no lo hagas...
"Su madre no sabe que entrena, pero insistimos en que debe decírselo" interrumpió Hvitserk, si es sólo eso puedo confiar en ella evidentemente.
"Pero ¿porqué no lo sabe?" preguntó extrañada mi madre.
"Ella no lo permite, según su pensamiento mi límite en la vida es el aseo de una casa y unos hijos que criar." respondió con una mezcla entre pena y fastidio.
"¿Y crees que puedas lograr algo diferente?" pregunté con curiosidad aunque pareció una provocación por el tono en mi voz.
"Tengo metas Ivar, y amo Kattegat como tú, como todos ustedes." respondió quizá algo molesta por mi cuestionamiento.
"Muy bien, vamos a permitirte entrenar pero no irás a ninguna expedición sin el conocimiento de tu madre mientras ella exista aunque ya tengas una edad apta." sentenció mi madre.
"Muchas gracias, reina Aslaug." dijo tan contenta como niño con nuevo juguete.
"Recupérate, te necesitamos en la zona de entrenamiento." le dijo Ubbe.
"Yo creo que mi hermano tiene algo que decirte..." insinué mirando a Sigurd que había permanecido en silencio justo a un lado de mi madre.
"Así es, Sigurd, adelante." dijo mi madre indicándole acercarse a ella para disculparse cara a cara.
"Discul..." dijo el de mala gana y ella lo interrumpió.
"No gastes palabras que no tendrán efecto, Sigurd, mejor promete que aquella herida que te hice servirá de lección para que dejes de fastidiar a los que se ven más pequeños y más frágiles, que te haga cambiar de actitud"  dijo con una asombrosa entereza y la sonrisa desafiante que demostraba que aún era casi una niña.
Sigurd sólo asintió y ambos estrecharon sus manos.
"Si me disculpan, debo irme, mi padre estará de regreso en una hora más o menos." dijo respetuosamente.
"Muy bien, ha sido agradable tu visita y espero encontrarnos en una mejor situación la siguiente vez, querida Elin." dijo mi madre con una amigable sonrisa.
"¡Hasta luego!" dijimos Ubbe Hvitserk y yo, mientras ella se retiraba todos sin motivo aparente posaron sus miradas en mí, creo que su sorpresa es que le haya saludado amablemente.
Sigurd permanecía callado y al oír que el carruaje se llevó a la muchacha madre nos mandó fuera para regañarlo a solas, el padre de ella evidentemente es un hombre importante para Ragnar, lo que lo hace alguien importante para madre, y ahora sé que la niña se llama Elin, bonito nombre.

Eɴ ᴇʟ ᴀᴍᴏʀ ʏ ʟᴀ ɢᴜᴇʀʀᴀ ⭐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora