"Lamentable"

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—¿Vas a ignorarme? —Kara se cruzó de brazos.

—No. Simplemente ya te he explicado los hechos. Soy una mujer ocupada que tiene su propio trabajo, muchas personas dependen de mi para cobrar sus sueldos. Además, tu petición me parece fuera de lugar, no es algo que solo se haría porque si. Lleva tiempo, dedicación y esfuerzo. Cómo mi trabajo en LCorp.

—Lena...— Kara se plantó frente al escritorio de la azabache como si su presencia pudiera influir.

—No puedes obligarme. —Lena siguió mirando su monitor.

—No tengo que obligarte, tu solita te has hecho esto. —Lena dejo de usar su teclado y la miro.

—¿Disculpa? —Kara señalo su libreta sobre el escritorio.

—Tomaste la libreta, y por ende la responsabilidad de la misma. Yo no te obligué.

—Pero yo tengo mis propias responsabilidades, no estoy jugando a dirigir una empresa.

—Recuerdo perfectamente que literalmente cierta mujer mencionó  "búscame si me permites ayudarte a realizar algunos de esos deseos".  Palabras que dijo en un sanitario exclusivo de un conocido Museo de Arte de Ciudad Nacional. —Lena suspiro hondo y puso total atención en Kara.

—Ese momento y ahora son totalmente diferentes. Mi ofrecimiento fue sincero pero siento que ahora carece del valor que tenía.

—¿Por qué? No veo la diferencia. Creí que la palabra de Lena Luthor era suficiente y aquí estoy sintiéndome como una acosadora obligandote a hacer realidad los deseos de esa libreta. Libreta que tú tomaste.

—Kara, solo olvídalo. No tengo tiempo, no tengo ganas, no me nace. Entiende. —Exasperada, Kara grito.

—¡¿Por qué?! No soy una de tus empleadas que solo se conforma con un no por respuesta. Necesito la razón. —Lena se froto la frente con fuerza.

—¡Maldita sea, Kara! Porque estabas viva. Porque ahora estás muerta y pensar en tu libreta y lo que contiene solo hace que la herida sea más grande en mi pecho. No puedo creer que no seas conciente del dolor que aparece cada vez que te veo y me recuerda que ya no estás aquí. —Kara no se inmutó. Solo observó en silencio.

Lena recargo su cabeza en el respaldo de su silla.

—A veces me arrepiento de haber tomado tu libreta. —Miro a Kara con dolor. —a veces incluso me arrepiento de haber ido allí cuando la tomé. Podía haberme evitado este dolor. —Lena cerro los ojos con fuerza y entonces el ruido de su intercomunicador de pronto la saco de su somnolencia. Abrió los ojos con calma y observó su oficina. Kara no estaba. Últimamente caía presa de pequeñas siestas que solo la hacían arrepentirse de sus actos.

***Dos días atrás.***

—Jess, tengo una junta programada con mi madre y algunos de los socios esta tarde. Necesito que canceles y reprogramar para mañana. —su secretaria se sintió sorprendida cuando Lena salió de imprevisto de su oficina a las tres de la tarde. Escucho y verifico en su tablet.

Lena Luthor siempre seguía el itinerario. Era mujer de costumbres arraigadas con respecto a los negocios. Cumplir absolutamente en todo lo establecido y programado era un mérito que pocos CEO's se enorgullecian en presumir.

—Señorita Luthor, mañana su día estará sumamente ocupado, será difícil reprogramar. Llegan empresarios japoneses por el tema de la nueva adquisición de la patente. —Lena suspiro. No era una colegiala, no era una adolescente. Era un adulto que vivía y tomaba decisiones como adulto, pero ahí estaba, saliendo de imprevisto de su oficina por unas ganas infantiles de ver a cierta rubia ojiazul nuevamente.

"Escribe un deseo para siempre"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora