━━❝ Fιɳαʅ 🌈 ❞

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— Cariño...

— Nada, hyung. Silencio.

Hyunjin suspiró, frunciendo su rostro por sus piernas extremadamente acalambradas como si eso fuera a arreglar algo.

— ¿Ni siquiera por un-

— ¡No quiero~!

¿Quién era Hwang Hyunjin para negarse a los tiernos lloriqueos y pequeños berrinches de un, ahora peliplateado, Jeonginnie? ¿Superman? Aunque si ese tal Superman tiene al menos dos dedos de frente tampoco podría negarse a un súper hiper mega adorable Yang Jeongin negándose a bajar de su regazo y tomar asiento en la heladería como una persona normal aunque tuviera las piernas moradas.

Wa, hay que ser fuerte, Hwang piernas de fideo. — se consoló a sí mismo, rezando por que la mesera llegue de una vez con sus helados y que a su pequeño le de vergüenza.

Aunque no es como si haya sucedido en el pasado. Su pequeño dongsaeng terminó siendo un bebito posesivo de primera que ama demostrar a cada ser viviente que están noviando al pegarse a sí como chicle y dejar mordidas en cada tramo de piel visible con el fin de que con el tiempo se tornen rojas y notorias.

Pero no lo mal entiendan, Hyunjin no se está quejando para nada, pues no hay nada que lo llene más de satisfacción que el tener a su amado Jeonginnie como su pequeña garrapatita personal colgado como un koala a cada minuto y sus bonitos dientecitos mordiéndolo adorablemente y con ternura.

Sólo llevan cuatro meses desde que son oficialmente pareja, pero cada segundo es como volver a nacer de nuevo, cada momento insignificante es más que hermoso. Con Hyunjin expresando por fin su amor mediante palabras y muchos regalos como tanto anheló en el pasado, y Jeongin con sus demasiadas muestras de cariño y un montón de bonitos detalles que le hacen saber que es amado con la misma intensidad.

Es... Simplemente bellísimo el poder afirmar que su amor es recíproco.

Aunque ahora que lo piensa, su relación no ha cambiado mucho a comparación de como se trataban antes. Siguen siendo igual de melosos y pegajosos, con la diferencia de que ahora habían besos, pijamadas más seguidas y Hyunjin si que podía gritar a los cuatro vientos todo el amor que guardaba por su dongsaeng.

Fue como si un peso se le haya caído de encima, pero aquel fue reemplazado con el peso del orgullo de poder presumir de alguien tan perfecto como su lindo compañero de vida.

Ese si que era agradable, no como ese nudo en su garganta por no poder expresar a cada segundo todos los te amos que su corazón de pollo requería.

Sin duda han sido los cuatro meses más hermosos de su vida, y ama el hecho de tener la certeza de que los siguientes serán iguales o incluso mejores.

— Uhlala, con que Yang rebelde Jeongin ahora toma helado sin vaso de seguridad. — bromeó pellizcando su sonrosada mejilla varios momentos luego de que sus helados fueran servidos. Jeongin refunfuñó con un puchero.

— Claro que ya no lo uso, hyung, no soy un niño y no lo necesito. — Clamó orgulloso alzando la barbilla, haciendo reír a Hyunjin.

— Okay, niño grande. Iré al baño.

Aprovechar que Jeongin estaba más que concentrado en el sabor de su helado de siempre con la boba excusa de que iría al baño solo para descansar sus piernas, clásico.

Observa su reflejo en el espejo mientras lava sus manos, y sonríe, una sonrisa verdaderamente feliz y más que cómodo con lo que terminó convirtiéndose su vida. Ya no más Hwang Hyunjin triste, y ya no más Hwang Hyunjin siendo preso de sí mismo y de sus sentimientos.

Recuerda con una risa silenciosa todo lo que tuvieron que pasar juntos para llegar a eso, y se ve tan lejano, como si hubiera sido cuestión de minutos.

También ríe al recordar el como a las tres semanas de estar saliendo se lo dijeron a Jisung, el hermano mayor de Jeongin quien estaba más que seguro de que ambos salían desde hace milenios. Su cara y la de su novio desfiguradas en confusión pero aún así asintieron. Hyunjin está casi seguro de que aún no saben perfectamente que fue lo que sucedió ese día.

El chillido de la puerta abriéndose lo saca de sus pensamientos, volteando directamente ahí.

— Hyung... — Fue Yang Jeongin quien entró, sorbiendo su enrojecida naricita y con lágrimas en los ojos, alarmándolo por completo.

— ¿¡Qué sucedió, bebé!? ¿¡Alguien te hizo daño!? — Olvidemos el secar sus manos. Hyunjin corrió los pocos pasos a su socorro, analizando su cara y cuerpo en busca de algún signo de heridas.

— Me manche con-con el helado — puchereó hipando entre cada palabra y mostrando sus delicadas manitas sucias y pegajosas con líquido blanco del helado y sirope de caramelo.

— Oh... Bebé, te he dicho que debes usar tu vasito de seguridad, estás muy chiquito aún.

— ¡Lo sé! — exclamó aún en lágrimas.

Hyunjin se tomó su tiempo para limpiar las manos y el lloroso rostro del pequeño, cargándolo en brazos al terminar como el que levanta a un bebé. Jeongin automáticamente paró de lagrimar.

— ¡Ñam!

Oh mierda. Hyunjin siseó y frunció sus labios para aplacar el dolor que causó la nueva mordida de Jeongin en su hombro. Segundos después todo mísero dolor desapareció, reemplazado por las agradables cosquillas que le proporcionaban sus lamiditas de consuelo. Tan estúpidamente adorable, Hyunjin quisiera sollozar enternecido y agradecerle a su yo del pasado por haber sido tan buena persona como para merecer a tal ternura de novio.

— Jinnie hyung...

— ¿Si, bebé?

— Faltó algo.

— ¿A qué te refie-

— ¡Ñam!

Uhh, el otro hombro. Apretó el no tan liviano cuerpo que sostenía en brazos y sonrió a pesar del leve dolor.

— Lo siento, Jinnie. — puchereó Yang al separarse. No era su culpa que su guapo hyung haya continuado con el ejercicio y sus ondulados músculos sean tan... Mordibles. Alguien tenía que hacerlo. Hyunjin solo rió, actuando lo más cool posible para no mostrarle a su pequeño cómo se derretía de amor.

— Eres un bebé. No crezcas.

Hyunjin está planeando crear su propio lenguaje para poder acercarse siquiera a describir todo aquello que Jeongin le hace sentir con sólo mover uno de sus deditos.

En un futuro, esta seguro de que lo hará.

Pero por ahora se conforma con amarlo con toda la fuerza que su blando corazón le permite, de disfrutar de lo bien que se siente al amar a ese bonito bebé rubiecito que le robó el corazón y que, precisamente, el tuvo que robar después. 

Lo ama demasiado, se aman demasiado, y no se arrepiente ni un poco nada el haberle robado el novio a Myoui Mina.

A final de cuentas, Hwang te da las gracias por haberle dejado robarte a Jeonginnie, Myoui. Para él fue más que un gusto hacerlo.

⠈⠂⠄⠄⠂⠁⠁⠂⠄⠄⠂⠁⠁⠂⠄⠄⠂⠁⠁⠂⠄

¡Y hasta aquí llegó Stole him!

Un final cortito y cute para una historia cortita y cute.

Ah, lo extrañaré... Fue bonito escribir sobre un Hyunjin derritiéndose de amor por un Jeonginnie agugu y despistado ૮ ◞ ﻌ ◟ ა 💞

¡Espero que les haya gustado muchito y muchitas gracias por leer~!

「❛ ━♡ Stole him! - hhj + yji  ♡❜」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora