El primer día de secudaria

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Si no lo he dicho, sólo tenía 12 años cuando llegué a ser la reina de Andrasimar; como pueden ver, era una reina demaciado joven. Y aún no entendía la razón de porqué me habían elegido como reina de un planeta que ni siquiera era mío, y lo peor de todo, de un planeta en una constante guerra. Me parecía mas que extraño. Aún más cuando me asignaron a unas personitas estilo Gooliber, ¡Era mas que suficiente para excluirme de la sociedad a la que ya estaba acostumbrada!  ¡Y encima de todo sólo yo podía escucharlas...y cada rato intentaban abrirme conversación.Incluso en los exámenes finales de los bimestres! Lo que provocaba continuas visitas a la sala de la directora, que por cierto, me odiaba a mí y a toda mi familia. Siempre estaban con sus libretitas que parecía hojas de manzanilla; recordándome que ahora cargaba una gran responsabilidad; además de los libros, tareas y exámenes( los que casi siempre quedaban anulados).

Perdón, no les he dicho sus nombres: Aimirtieé y Duorisamant. A las que yo llamaba Aimir y Doris respectibamente. Tal vez como para no sentirme " de otro mundo" tal como me decían constantemente mis compañeros y familiares. Muchas veces al día tenía que viajar a través de algo parecido a un portal, pero que no lo era, según me lo explicaron los enanitos que mencioné al inicio de la historia. Al principio eso de viajar a traves del tiempo y el espacio me pareció divertido; pero luego se convirtió en una atróz rutina. Quizá al principio era como hacer un viaje a un lugar desconocido del que tenías absolutamente todo el poder. Aún así la pobreza de su gente, los niños extremadamente flacos(que en realidad no eran niños), y la violencia e inseguridad de las calles terminaron por desquiciarme. Ya no aguantaba más la situación; así que decidí fugarme; aunque no sabía adonde; quería desaparecer del mapa, al menos el de Andrasimar.

Bueno, terminaron las vacasiones, y además de la habitual tortura de las clases; estaba la reponsabilidad extra que me daba ser reina.

Era el primer día de secundaria, después de haber terminado la primaria muchas cosas habían cambiado. Y muchas de esas cosas tenían que ver con mi transformación.  Todos mis compañeros se sentían al principio extrañados, y un poco preocupados por mi cambio de actitud y de modo de ser; y mis ojeras gigantes. Pero luego pasé a ser objeto de burla y exclución; mis supuestos amigos "leales e inseparables" se alejaron poco a poco de mí, avergonzados por todo lo malo que me estaba sucediendo. Especialmente Mariel y Marcos; que desde el día que encontré la corona empezaron a tratarme muy mal... La verdad es que no entendía por qué. Ellos eran los que más se burlaban y excluían. Creo que no sólo yo había cambiado.

Ese 4 de Marzo, fué el día que comprendí que nada sería igual: No solo dejaba de ser niña en el sentido literal, si no también en el inferencial. Ahora era casi casi una adulta llena de preocupaciones, dentro del cuerpo de una púber. Dejé de soñar que todo estaba bien; para abrir los ojos y darme cuenta que estaba en medio de una guerra. Una guerra no sólo con Maquensill, si no también conmigo mismo; con mis deberes y con el tiempo. En conclución estaba en guerra con todo el mal que no sólo existía en la Tierra, también luchaba con el mal de todo el universo.

-Lo malo es que todo este cambio que estas sufriendo está provocando burlas y mucho rencor.-me dijo un día Doris-

-¿Recién te das cuenta de eso?- la encaré- Llevo meses intentando dejar esta responsabilidad. Todo esto es por una "leyenda urbana" de tu pueblo.Lamento mucho que estén pasando por una crisis; pero yo no soy la indicada para gobernarlos...

-Yo no quise decir que te retires-me interrumpió-Lo que pasa es que el mal se está apoderando de sus corazones. Maquensill te está utilizando para extender sus dominios...

EL SECRETO DE UNA REINADonde viven las historias. Descúbrelo ahora