Holding Your Wings [BNHA]

2. Monotonía II.

—Gracias Enji —me atrevo a decir antes de que se acerque más.

—No fue nada —responde— Se me hace curioso verte aquí hoy.

Tiene razón, ¿qué hacía un sujeto como yo en un martes ofreciendo el culo cuando tiene un montón de trabajo por hacer? Aunque si no fuera por la excusa que me inventé estoy seguro de que no habría necesidad de cuestionarse.

—Fue un día duro —hablé— Así que para despejarme un poco vine un rato —mentí.

Me estaba ganando el pase directo para irme al infierno y no tenía temor por ello.

—Me alegro —dijo, en automático me regaló una de sus atractivas sonrías.

—Sí bueno —no quería mostrar incomodidad pero lo estaba haciendo— Me pre-

— ¿Estás solo? —habló a la par.

No sabía qué responder, obviamente no venía solo pero tampoco quería decirle que no. ¿Qué está mal contigo Hawks? mi subconsciente me cuestiona con frustración.

—Vi a la chica que estaba contigo cuando te conocí aquel día —se adelantó a mi respuesta— Me preguntaba si venías con ella ya que sería algo bueno debido a que no he podido contactarte.

Hoy no era mi día y estaba deseando que terminara ya.

—Sí, vine con ella —declaré sin acudir a una falacia más.

No dijo más y ambos miramos a nuestro alrededor. Yo en busca de mi amiga y él... bueno seguramente igual.

—No me jodas... —susurré cuando capté a la peliblanca.

La glamurosa y encantadora mujer se encontraba saliendo del establecimiento con un castaño que lucía muy alto a su lado. Apenas puse un pie delante de mí para alcanzarla y Enji tomó mi muñeca haciéndome detenerme en seco.

— ¿Me aceptas un trago? —me miró deseoso por un si.

—Enji yo... —inicié.

—Olvidemos el encuentro pasado y demos una oportunidad para iniciar —propuso sin dejarme hablar— A menos que tú ya estés viendo a alguien.

Su mirada gritaba "Dime que sí, dame otra oportunidad, me gustas..." Y odiaba sentir debilidad por chicos tan guapos como él. Pero otra parte de mí quería salir corriendo antes de atarse a algo serio con este chico.

—Ya que me salvaste esta noche, déjame invitarte a ti —objeté.

—Me parece perfecto —la alegría se filtró en su tono.

Y como sí lo que dije fuera un corrector. Su cara que debía ser un libro ahora mismo tenía escrito en toda la página que estaba anhelante y dolido por un posible no, pero cuando mi respuesta fue positiva todo cambio. Su semblante abandonó todo sentimiento y expresaba alegría.