Capitulo 1

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La alarma suena insistentemente sobre una mesita de noche. Una mano sale debajo de la sabana tanteando la zona donde proviene el ruido, mas no da con el causante del alboroto. Insiste tocando la madera hasta encontrar el aparato. Ya sin sonido alguno, intenta retomar el hilo de sus sueños que tan complacida la tenía, pero sin éxito alguno. Aquellas imágenes poco a poco se van borrando de sus recuerdos conforme su cerebro le va indicando que ya está por completo despierta.

-Korra, cariño. Es hora de levantarse- Le llama su madre desde la puerta.

-ujuuummm- Refunfuña la adolescente sin ánimos de levantarse.

-Tomaré eso como un "ya pronto bajo".-

La morena abre un ojo y levanta ligeramente la cabeza en dirección a la puerta. En cuanto escucha los pasos de su madre alejándose, se deja caer en la cama.

El día ha llegado, y en lugar de estar feliz se encuentra con la cabeza hecha un lío. Había tratado de convencer a su padre de que no es eso lo que ella quiere estudiar, pero llevarle la contraria al hombre es perder la guerra sin antes empezarla. Es inútil. No tenía mas que complacerlo y tratar de que su vida no sea tan aburrida.

Suspira resignada en el mismo instante en el que su teléfono suena. -¿De verdad?- Pregunta ya sabiendo quien está llamando a esa hora. No responde, se acomoda en la cama para seguir durmiendo. Vuelve a sonar. Los gruñidos de la joven hacen que un hermoso perro blanco la imite. -Tranquila, Naga. Soy yo, y sera mejor que conteste- Se sienta en la cama y toma su móvil.

«¡Hasta que al fin contestas! Daré por hecho que te estas arreglando y que por eso no tomabas el móvil.» El chico de la llamada hace una pausa al no escuchar la voz de su amiga. «Korra, termina de despertar. Iré a tu casa. Mi madre tiene que ir a la oficina y no podrá llevarme, espero que a tu papá no le moleste. »

Korra nota el tono malhumorado de su amigo. «Tranquilo, Mako. Estoy despierta. Y... ¿Quién trabaja un fin de semana? Sabes que mi papá no tiene problemas en llevarnos».

Espera paciente ante el silencio del chico. «... Mamá, hablo por teléfono.... Sí, es Korra.... Sí, lo se.... Mamá, ya bajo...!» Se escucha un sonido raro en el fondo y luego la voz de Mako. «Lo siento, sabes como es mi madre. Me llevará a tu casa de camino a su oficina, así que estaré ahí en cuestión de minutos.»

«Ok, nos vemos»

¿Por qué los adultos son tan complicados? Lo peor es que ella está creciendo, y en unos años será como ellos. Ante esa idea, niega. -No, no puedo ser como ellos- Gira el rostro hasta su fiel amiga y la mira con envidia. Desearía estar en su lugar ya que ella no tiene responsabilidades y se limita a tan solo dormir. Tuerce la boca en un gesto antes de levantarse por completo.

El sol ya ha salido en su totalidad, pero para la chica de piel morena aun es demasiado temprano para despertar. Con toda la pereza que puede tener una persona, se ducha y se arregla antes de que su amigo llegue. Para cuando escucha la puerta ella ya estaba bajando sus cosas por las escaleras.

-Buenos días sra, ¿Está Korra lista?-

-Ya casi baja. ¿Cómo estás? ¿Emocionado?-

-Estoy bien, un poco nervioso nada mas... ¡Korra!-

La mirada del chico se dispara hacia su amiga quien va bajando en ese instante las escaleras. Senna le da espacio al joven para que entre a la casa, cerrando la puerta tras el una vez dentro.

-Preguntar si tienen hambre esta de mas, así que en la cocina esta el desayuno listo. Korra, tu padre esta por bajar.-

La chica deja su morral en el suelo cerca de las escaleras y se acerca hasta Mako, este coloca el brazo por encima de su hombro y le susurra al oido. -¿No podemos cambiar de madre?-

Amores cruzadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora