En busca de un monstruo

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El automóvil viajaba a una velocidad lenta pero constante, no había mucho tráfico, Erick tenía la mirada perdida sobre el camino, recordaba perfectamente aquellas calles, donde transitó varias veces, visitando aquella casa a la que se dirigía en ese momento, no dejaba de recordar a la madre de la niña y al padre llorando exigiendo justicia, no dejaba de recordar aquella imagen de la niña con su mirada pérdida, sin expresiones, Erick no tenía hijos, pero el sólo hecho de imaginar que alguien tan pequeño tenga que pasar por algo tan atroz le hervía la sangre.

Jamás llegó a imaginar que aquel caso sería tan largo que ahora, un par de años después de que pensó haberlo cerrado, debía volver a visitar a aquella familia, sabía que su sola presencia haría que recordaran aquellos momentos tan horribles que tiempo atrás tuvieron que afrontar, pero tenía aquella intriga por saber si el señor Richard Bloower padre de aquella niña, ya había superado aquel mal trago o había decidido hacer justicia por su propia cuenta.

De repente Erick salta sobre su asiento y toma el volante con fuerza después de escuchar la voz repentina de Lion

‒ ¡Jefe! ‒

‒ Me asustaste Lion, ¿Qué pasa? ‒

‒ llevo rato tratando de hablarle, ¿sucede algo? ‒

‒ No es nada Lion, solo estaba pensando ‒

Lion tenía la mirada fija en su compañero, estaba un tanto inquieto, bajó la mirada hacia el tablero del auto mientras frotaba sus manos

‒ Estaba pensando jefe...‒

‒ ¿Y no te dolió? ‒ Respondió Erick con algo de humor para alivianar el ambiente, pero esta vez Lion no rió, Erick sonreía y le dio un vistazo a Lion, pero al ver su rostro inexpresivo, también adopto este gesto, volvió su mirada a la carretera y preguntó

‒ ¿Qué pasa Lion? ¿Te preocupa algo?‒

‒ He estado pensando sobre este caso, si la víctima que conseguimos era un violador y usted lo encerró, pero le dieron la libertad poco tiempo después, ¿estaremos haciendo lo correcto en buscar a su asesino?, es decir, esta persona a quién buscamos hizo justicia ¿no es así? Entonces ¿seríamos nosotros los malos si lo encerramos? ‒

Erick suspiró, su mano derecha soltó el volante y se dirigió hasta su cuello donde colgaba su cruz de madera, la tomó por unos instantes y volvió a tomar el volante con ambas manos, el sonido de los autos pasar por un lado de ellos ambientaba el momento, después de unos segundos Erick responde

‒ Lion, nosotros no somos jueces ni verdugos, nuestro trabajo consiste en llevar ante la ley a los criminales, sean quienes sean, ten en cuenta que existen dos tipos de justicia ‒

Lion en su asiento vuelve su mirada a su compañero mientras éste habla, notando de inmediato como su rostro fruncía el ceño ‒ ¿dos tipos de justicia? ‒ pregunta Lion

‒ Así es, la justicia humana y la justicia divina, te cuento esto porque el ser humano por naturaleza somos seres imperfectos, cometemos errores y eso no está mal, lo que sí está mal es creer que tenemos el derecho de arrebatarle la vida a otra persona, solo porque creemos que ese es el castigo que merece ‒ Erick sonríe un poco y prosigue

‒ No te voy a negar, que a veces hasta yo mismo pongo en duda esto, es más a veces pienso que hay personas como Jerry que merecen lo que les pasó, pero matar está mal, solo Dios es quién debería decidir sobre la vida de los seres humanos, no nosotros ‒

Lion, negaba al escucharlo hablar, sabía que su amigo tenía razón, pero no estaba convencido del todo, Erick vuelve a darle una mirada y nota que sus palabras no aclaraban su duda, a lo que agrega

Sin testigos ni evidencias (Corrigiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora