La noche era fría, el viento resonaba en los árboles, la avenida tan solitaria como antes, solo un poco de luz se filtraba en el auto. Las ventanas empañadas por el intenso calor que se encerraba, ligeros jadeos se escuchaban igual que el golpeteo de la entrepierna de Steve contra las nalgas de Tony.
Apretando los muslos de su novio, Rogers embestía suavemente, mientras que miraba con profundidad el rostro de Tony, quién mantenía los ojos apretados y su boca entreabierta, dejando escapar pequeños gemidos, totalmente llenos de placer.
—Tan lindo—. Steve susurro con ternura, admirando el rostro de Tony rojizo, pasando su mano por su mejilla y dándole pequeños besos en los labios. —¿Por que eres tan hermoso? Me hace querer comerte por completo.
Rogers atacó el cuello del castaño, dando lamidas y succionando la piel, lo que provocó que Tony sintiera cosquillas y dejará salir aquella risa peculiar que tanto amaba Steve.
—¿Enserio vas a comerme?—. Con dulzura, Stark apartó los cabellos rubios que cubrían el rostro de Steve y que le impedían ver sus grandes ojos azules.
—Lo estoy haciendo ahora—. Acercó su rostro, pasando su lengua por los labios de Tony, chupando y mordiendo, lo beso con fuerza, acallando por un momento los gemidos que se volvían más intensos, ya qué Steve comenzó a moverse más rápido.
Con su mano, el rubio cubrió la cabeza de su novio, para evitar que se pegara con la puerta, por las duras embestidas que hacían al castaño moverse de arriba a bajo.
Su pene golpeaba hasta el fondo sin parar, el ruidoso sonido de las pieles chocando y el rechinido del auto que no dejaba de tambalearse. Su polla entraba y salía erguida y dura, llenando por completo el estómago de Tony.
—N-no lo hagas t-tan rápido—. Stark envolvió sus brazos por la ancha espalda del rubio, sin evitar rasguñar la piel y dejarla rojiza.
—Esto se siente increíble—. Al sentirse tan excitado, Steve tomo las caderas de su novio y se impulsó aún más. Marcando un ritmo constante y con una gran velocidad, dónde Tony temia partirse en dos.
El castaño dió un efímero gritó que fue amortiguado por su mano. De sus ojos salían pequeñas lágrimas y de su frente escurría sudor. Le habían contado que la primera vez, era muy dolorosa, en cuanto Steve introdujo su pene, sintió que su agujero se desgarraria, pero Rogers lo trato muy bien, con sumo cuidado, ahora solo sentía oleadas de placer recorrer todo su cuerpo y en especial en su parte trasera.
—¡Ah! Te dije que l-lo hicieras más l-lento—. Tony bajo la vista hacia su estómago, observando que estaba un poco abultado. —Te puedo sentir tan duro dentro de mi, tan lleno—. Sobó su panza, tocando la zona firme.
—Me pides que lo haga lento, pero con esas palabras solo haces que quiera penetrarte más fuerte—. Steve sacó su polla hasta la punta y sin pensarlo dos veces, empujo con rudeza, golpeando la próstata de Tony.
Stark podía sentir el éxtasis llegar, sin una pizca de vergüenza, sus labios se habrieron pará gritar blasfemias, gemidos intensos llenaban todo el auto, acompañado por gruñidos.
Rogers disfrutaba de cada embestida, el como su pene era sujetado con fuerza y el ver cómo era devorado sin control. Su perdición fue sentir como envolvían cálidamente su polla, apretando tan fuertemente que era capaz de romperlo.