El comienzo

El comienzo (Parte II)

-¿Que acabas de decir?- pregunto mientras se acercaba a mi, -Házmelo, por favor- respondí nerviosa, -Amárrame como lo esta ella, quiero saber que se siente estar así- explique de forma tímida, Él, simplemente se limito a sonreír.. me tomo de las manos, aún atadas, me llevo a su habitación y vaya que había cambiado desde la última vez que entre en ella.. ya no era juvenil, ahora era... ¿Erótica? Por llamarle de alguna forma.

De la pared, guindaban fustas de diferentes tamaños y colores, sogas, habían fotos de muchas mujeres en esta habitación y para mi sorpresa, una gran cantidad colgaban del techo, entonces, subí la mirada y los vi.. unos ganchos bastante gruesos colocados específicamente. Yo miraba todo aquello extrañada, -Vaya vaya, hermanito, ahora entiendo porque pediste la habitación más alejada del lugar.. parece que has estado ocupado- le dije, para mi sorpresa, algo celosa.. ni siquiera entendía porqué me sentía así, ¿o si?; -Rosa, si quieres comenzar en este mundo, hay varias cosas que debemos hablar- dijo soltando el amarre en mis manos, -en primer lugar, debes avisarme si te hago daño con las cuerdas, si las sientes muy apretadas o si te lastima el rose, ¿entendido?- su tono de voz, su mirada, incluso su forma de caminar dentro de la habitación, había cambiado.. ahora se veía.. seguro, serio, egocéntrico, sexy.. Yo, simplemente asentía a lo que decía, a sus condiciones y reglas.. fue entonces cuando dijo algo que jamás imaginé.

-Rosa, nunca nos criamos juntos y nunca te vi o te sentí mi hermana, de hecho, hace muchos años comencé a verte como mujer, a pensar en ti como mujer, a desearte como mujer.. te respeté por el lazo sanguíneo que nos une, pero debes entender, que si comienzo esta práctica contigo.. no creo que pueda controlarme- para cuando terminó de hablar, sus labios estaban casi rozando los míos, sentía su respiración en ellos y yo estoy casi segura de que el escuchaba los latidos de mi corazón que, creo que ya no latía... CORRIAAA, de la impresión que me había causado su confesión; la verdad? Es que yo jamás pude verlo tampoco como mi hermano! Hacían apenas 2 años que nos volvíamos a ver, para mi era un completo extraño, un extraño que fue material de satisfacción más de una vez, un extraño que siempre me ha pillado viéndolo y no de una forma familiar, y ahora estoy aquí, en su habitación, solos, tan cerca el uno del otro que creo que podemos escuchar el pensamiento del otro, mis ojos abiertos totalmente, estudiaban su rostro, leyendo el deseo que en ese momento reflejaba, deseo que hacia que se me calentara la sangre, que mis manos temblaran y mi boca se secara.. -Amárrame, y ya veremos que pasa- fue lo único que pude responder mientras en mi mente, imaginaba todas y cada una de las posibilidades que habían de que terminara entre mis piernas.

Continuará...