Epílogo:

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Epílogo:

Como si todo el tiempo hubiera sido tan tranquilo, como si todas las cosas siempre hubieran resultado así, me sentía bien conmigo misma, despejada de todo, tranquilo, todo era tan tranquilo.

Apoyaba mi codo izquierdo en la mesa de mi pupitre, descansado mi mentón en mi mano y mirando por la ventana, ningún punto en especifico, tan solo, relajándome.

-Vaya, es hermoso -se escucho una voz que me distrajo de lo que hacía -De verdad aceptaste ¿eh? -dijo sin dejar de admirar mi mano izquierda, exactamente el accesorio en mi dedo anular.

El hermoso anillo con un diamante, nada ostentoso, perfecto para el tamaño de mi mano, lo portaba con orgullo, lo presumía a todas porque este accesorio a los ojos de los otros demostraba que era suya y él... es mío.

-Qué envidia -se escucho con voz desanimada -Pero no me sorprende.

-¿De qué hablas? -la mire confundida.

-Niall siempre hablaba de ti, lo genial que eras, lo mucho que te quería, un montón de cosas que llegaban a aburrirme, ya lo sabía, desde el inicio siempre eras tú.

-Amanda... tú...

-Como sea -rodo los ojos tratando de no darle importancia al tema -¿Apoco si te vas a casar con Niall?

-Sí, lo haré -sonreí -Pero no ahora, solo estamos comprometidos, no hay fecha futura de la boda, tal vez hasta terminar la carrera, tener una vida estable y estar seguros de lo que haremos -mire con curiosidad mi mano -Es algo más simbólico -volví a sonreírle a la pelirroja

***

Solo por el hecho de decir que así sucederá, bien o mal terminare a su lado porque así acepte esa promesa de su parte, la manera perfecta para decirme lo mucho que le importo, que a pesar de todo seguiremos esperando el uno al otro.

Un beso de parte de él, esos labios tomando los míos de manera fogosa, sensual, candente, pero con total ternura, lleno de amor, eso es lo que sentimos, amor, me besaba sin contenerse a la vista de todos, nos importaba quien nos viera, a quien molestara con nuestras acciones, solo importábamos nosotros.

-Te amo -me dijo al cortar el beso y tener entre sus manos mi rostro.

-Yo también te amo -al fin pude decirlo con total libertad.

Choque nuestras frentes con suavidad para poder perderme entre sus ojos.

No quiero que esta felicidad desaparezca, quiero permanecer así por siempre, al menos ya di un pequeño paso, al fin podemos ser felices juntos, así como lo somos, como una pareja de enamorados.

Asfixia » n.h.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora