Parvati Cullen, un mastín tibetano, o más bien en palabras sencillas de un comprender, una perra de considerable tamaño parecido a un mini león petizo, con el pelaje rojizo tirando a naranja o terracota. Se encontraba en el hogar del Clan Cullen en esta localidad sería una de muchas escenas ridículas, dramáticas, curiosas y por sobre todo tristes, como románticas que tomaría la historia en cuestión a desarrollarse envolviendo a la familia en una aventura sin lugar repetitivo.
Una aventura donde un vampiro encontraba a su mejor amiga y compañera de vida, envuelta en un cuerpo canino y pulgoso; donde el romance y la lealtad estaban enlazados de la mano junto un amor tan puro entre ambas razas enemigas por naturaleza. Ella podría ser la comida del vampiro vegetariano y él siendo un vampiro con complejo de humano al querer permanecer para siempre a lado de su mascota.
Las situaciones variaban conforme los años pudieran pasar, la madurez de Parvati tomaría un tamaño digno de admirar, de ese color de pelaje rojizo con una estrella blanca en el pecho bajo el mentón, de una altura aproximada a 61 cm de alto, era obvio que los años habían tomado uso de razón por el tamaño del animal.
Y sin duda, esta y más escenas parecidas, eran el pan de cada día en la familia Cullen, desde que Edward había dejado el camino de rebeldía. Porque el mencionado animal se encontraba tirado en el suelo boca arriba, con las patas cubriendo sus ojos y soltando quejidos, en el hogar se encontraban acompañándo en la sala común de la casa, sus hermanos: Rosalie y Jasper, mas el dueño del animal Edward mientras que el resto se había marchado a cenar.
-No debiste permitirle que comiera todos los restos de carne, mira cómo ha quedado Vati -dijo Rosalie, en reproche hacia Edward.
-Es malestar estomacal, tal vez sea mala indigestión, siento su dolor, el estómago le duele demasiado y creo inclusive que me contagia sus arcadas. Edward, se supone que es tu mascota, ¿porqué la malcrias de este modo? -reprocha Jasper con pena hacia la nombrada.
Si, el mastín tibetano era hembra y ya desde hace unos años que era parte de la familia, se podía decir que ya era bastante adulta para seguir aún con vida y entre ellos hasta la actualidad.
-Me prometió no abusar, ¿ahora que hago?
-Pues no hay de otra, debemos llevarla a un veterinario. -se acercó Rosalie a la cachorro como para cargarla con delicadeza entre sus brazos.
-Pero.. ¿Y Bella?
-Parvati va primero, imbécil.
Siendo así como hasta la integrante más difícil de agradar, era la que más amor le dio a una mascota como lo era Parvati ante los ojos humanos, una mejor amiga para uno que otro vampiro, y la princesa del Tíbet para la mujer de cabellos rubios. Sin duda esta historia era para contar, y para vivir, porque nunca se podría evitar decir que un perro es el mejor amigo del humano. Y en esta ocasión, hasta para el mismísimo vampiro podría ser un mejor amigo el canino.
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PARVATI 》 EDWARD CULLEN
FanfictionEdward sabe que no hay mejor amiga en el mundo que aquella bola de pelos que lo hace imaginarse que tal vez en otra vida si fue un gran León, sin embargo, durante sus cortos años ella ha sido fiel, lo ha acompañado y nunca se han separado. Una gran...