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❖—CACHORROS—❖
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El celo había llegado de una manera u otra, y realmente siendo un drama tras otro, tuvieron que pedir ayuda a unos amigos en otras partes del mundo para ver si tenían un mastín tibetano y pudieran visitarlos, el motivo por el cual Parvati no podía viajar era por la medicación que empezó a recibir poco después de aquella consulta. La medicina no le caía tan bien como para viajar como antes lo hacían ya que al ser una gran experiencia el tener un perro tan grande aunque este trajera consigo enfermedades que ante la avanzada edad empezaba a ser visibles en el día a día, el dolor en las caderas, sus piernas y en otros músculos habían sido motivo claro por el que empezaron a utilizar la medicina de condroprotectores.Esta medicina así con el nombre extraño era utilizada justamente para animales de estructura corporal grande como lo era la raza del Mastín tibetano, en otras palabras, la querida Parvati. Se recomienda la medicación para los dolores en articulaciones, la artrosis que pudiera generar alguna enfermedad genética en la raza como tal.
El sabor de esas medicinas no gustaban mucho a la pequeña cachorra, pero era por su bien y le ayudaban a seguir adelante alado de su familia. De sus aventuras, por lo que soportaría todo mal sabor hasta el fin de sus días para compartir con su amigo en fidelidad y protección, porque era feliz con Edward.
«Todo sea por él, desde pequeña decidí tener una gran aventura en esta vida. Ya no estoy para dar pasos hacia atrás»pensó Parvati mirando el cielo aquella noche estrellada.
Edward llegó mirándola con un brillo especial en sus ojos, acariciando su cabeza.
—Te quiero, Parvati, siempre serás mi mejor amiga.
Edward lo había admitido, porque realmente no sabía cómo estar tranquilo después de tantas medicinas y ganas de vomitar que su cachorra sentía cada vez que debía tomar esa medicina. Y sus pensamientos siempre eran perseverantes, fiel junto al cariño incondicional hacia él.
«Te amo, eres el mejor dueño vampiro que me pudo tocar, nunca lo dudes»
Parvati recuesta su cabeza en el regazo de Edward quedando dormida tras las caricias que le daba, dejando al vampiro con una emoción tan puro ante esas palabras. Tal vez no era su compañera como debía ser en persona pero era sin duda alguien para admirar por siempre.
—Dulces sueños, mi pequeña Parvati.
[...]
«Lo voy a estropear»
Lloriquea la gran perra de color terracota claro mientras se mueve de un lado a otro en la habitación, estresado Jasper se levanta y acuclilla frente a ella.
—Shhht, tranquila. Todo estará bien señorita Parvati.
La voz sureña de Jasper Hale había sonado tan tranquila y Parvati lo mira tan profundamente que su ansiedad, nerviosismo eufórico por un momento lo consumen pero es capaz de controlar y transformar aquello en tranquilidad.
«No es usted quien va a tener relación sexual con un perro. ¡Nunca tuve una buena relación humana y ahora no se como es esto! »exclama con berreos.
—Edward, ¿que dice?
—Dice que nunca has tenido relación más allá que lo fraternal con un perro por lo que no podrías lograr tranquilizarla, porque ni siquiera siendo humana le salía bien. En otras palabras, tiene miedo a lo desconocido —traduce comprensible Edward, mientras se inclina hacia ellos y la altura de su mascota— Lo harás bien, después de todo, ¿no querías vivir todas las aventuras?
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PARVATI 》 EDWARD CULLEN
Fiksi PenggemarEdward sabe que no hay mejor amiga en el mundo que aquella bola de pelos que lo hace imaginarse que tal vez en otra vida si fue un gran León, sin embargo, durante sus cortos años ella ha sido fiel, lo ha acompañado y nunca se han separado. Una gran...