Capitulo 60: encuentro entre amantes, la pequeña Koneko.

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Issei caminaba por un pasillo, iba algo pensativo, ya que en verdad la historia de Koneko y Kuroka le estaba aturdiendo, uno por qué la pelinegra jamás le contó nada en todo el tiempo que estubieron juntos, cuando la encontró en Tokyo, herida y desangrándose.

De repente sus pensamientos se vieron bruscamente de lado al llegar a sus fosas nasales un olor de verdad agradable, un aroma de rosas, flores silvestres. Un olor que extraño desde el día que se fue a entrenar a las montañas, una figura de cabellos carmesí pasaba por el pasillo con el uniforme de la academia Kuoh. Volteo a verlo.

Rias - llamo en un audio audible, demorando sus deseos más profundos.

A Rias la invadió la infinita felicidad, volvió antes de lo previsto, sonrió al tenerlo cerca de nuevo, aunque su apariencia no daba mucho de que hablar, le encantaba verlo como Tarzan.

¡Isse....! - le llamo pedo no pudo terminar de nombrar a su amado, el joven se había lanzado como un rayo, con la precisión de una flecha se clavo en Rias, sus labios pararon en los de ella, tomando a la Demonio por sorpresa.

Sus labios se envolvieron en los de ella, primero los saboreo, siempre amo ese sabor a fresas maduras que desprendía sus carnosos labios rojos, después paso a devorar todo de ella, su alma se encontraba desprotegida ante ese ataque de histeria, este era el más agresivo beso del joven. Issei en su relación era extremadamente pasivo, ella siempre era la que le buscaba en el ámbito sentimental, aunque era detallista siempre ponía un toque picante a su relación mientras sentía que su barrera moral caía a pedazos día con día, aunque está vez el niño parecía un animal salvaje, sediento de la sangre que circulaba sus venas, si no estuvieran en este pasillo ya estaría desnuda, de eso estaba segura, en este estado Issei podía hacer de todo, asta lo imposible, cosa que se demostró.

Issei deslizó su mano por debajo de la falda de ella, tocando su trasero solo por encima de la tela de sus bragas, la otra paro en su busto, sacudiendo su escote asta que la tela blanca reveló el sostén, apartando la tela mediante el sacrificio de un botón de ropa (el mundo jamás olvidará tu sacrificio botón-san :'v) para dejar la tela al aire y amasar, apretar y frotar la flor madura del pecado que era ese ceno.

En un momento que Issei detuvo su sentencia a sus labios y paso a su cuello, la pelirroja pudo artícular algunas palabras.....

!Ise.....~ que....te....ahh~ está pasando....! - al mirar hacia el joven noto el apagado de sus ojos, solo el deseó era lo que se apoderaba de el, sintió un respingón en todo su cuerpo, corriente eléctricas pasaban por todo este, sus piernas eran gelatina mientras su respiración se hacia cada vez más agitadas.

En eso decidió que lo mejor sería jugar el mismo juego que el joven, se relajo un poco y empezó a corresponder el beso, Issei al darse cuenta que la demonio decidió coperar por las buenas bajo la intensidad del beso para que ella participará.

Rías nunca espero ver a un Issei tan salvaje y sediento de sus labios, pero no le desagradaba la idea, empezó a buscar su lengua para jugar un poco, sin saber que le dió luz verde al castaño.

Apretó con más fuerza su pecho, la tela del sostén estaba a punto de ser retirada por el mismo castaño mientras su mano en la parte de abajo, la cual seguía apretando las nalgas de Rias, paso con violencia hacía el frente, cuando Rias se dió cuenta ya era tarde, el castaño levantó su falda completamente, mientras su mano ahora tocaba con libertad la zona íntima de la muchacha, mientras que su sostén era tirado de golpe a causa de la otra mano del joven....

¡Ise! -.

La cayó con un beso, dictando la sentencia de que nadie vendrá a ayudarla, sus labios volvieron a ser agresivos y dominaron el beso en toda la extensión, su lengua viajaba de aquí para allá en su boca, sintiendo cada rincón de ella, su lengua era buscada para después ser atacada por el mismo, debajo la acción del joven iba para peor, sus pechos estaban al aire, al frío aire de esa noche, sumando los pellizcos y juegos de Issei, haciendo que sus pezones se pusieran firmes, mientras su entrepierna, era otra historia. Se alarmó aún más al sentir el primer rose por debajo de la tela que la protegía, después dos dedos llegaron a lo mas profundo de su ser, soltando el primer gran gemido de ella, llegando casi al clímax solo por esa acción, gritaba dentro del beso en un intento desesperado por despertar al joven, o al menos no caer ella en la locura, en el deseo y el placer......

El Pecado del Dragon Emperador RojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora