- Ejem... ¡¿Podrías dejar de limarte las uñas y ir por Jihyo?! - Pregunto molesta.
- ¿Como esperas que vaya si no me veo bien? No querrá acercarse a una Nayeon toda desarreglada. - Dijo con Obviedad.
- Aja, por cierto, ¿Que traes dentro de esa caja? - señaló.
- Una mascota, quiza Jihyo se sienta sola y quiera una.
- ¿Recuerdas que dije que iría por Tzuyu? Bueno, me arrepentí, iré contigo.
...
La puerta de la gran casa en la cual el color blanco predominaba por fuera, estaba siendo tocada, una y otra vez, nadie respondía, ese par ya estaba cansado de esperar a que abran.
- ¡Muy bien! ¡Voy a derribar la puerta! - Grito una coneja furiosa.
- Nayeon... ¿No estara abierta de casualidad?
La pelirroja la miro, parecía haber hecho caso omiso a lo que había dicho la castaña.
Vio como subió sus mangas hasta sus codos y tomo distancia de la entrada, si, iba a patear la puerta. Desde atrás oyó una advertencia.
- ¡Mueve tu trasero inexistente! ¡No querrás salir lastimada tu también.
- ¡Ya cállate y corr-... Espera Nayeon no! - Grito al ver que la puerta se empezaba a abrir.
La advertencia de esta le llegó demasiado tarde, no pudo frenarse y estampó su pie en el abdomen de una ahora muy confusa Jihyo tirada en el suelo.
- ¿Q-que es esto..?
- Oh, al fin nos recibes cariño, ¿Por qué estás en el suelo? - Pregunto curiosa la ya levantada.
- A veces me pregunto si eres un gran cerebro, o solo aparenta tenerno Nayeon. - Seulgi observaba lo muy tonta que actuaba su amiga.
- ¿Nayeon? ¿Seulgi? ¿Que hacen aquí? - Pregunto.
- Vinimos a cuidarte porque Tzuyu tiene un deber muy importante y fue urgente, por eso no te había avisado. - Trato se poner una excusa creíble la pelirroja.
- Oh... ¿Quiere decir que no me abandono?
- No, eso creo.
- Ah, ¿Estoy pintada a la pared o es idea mía? - Dijo ofendida la castaña.
- Uy perdón, fósil histórico momificado y a la vez embalsamado que acaba de casi partirle la costilla a Park Jihyo. - Sarcasteo Seulgi, ganándose unas carcajadas.
- Por cierto Jihyo, te traje una mascota. - Señalo una caja que había agarrado con sus manos. - Te hará compañía.
- ¿Una mascota? Jamás he tenido una, salvo una pequeña gatita que acaba de salir por la ventana.
Ignoro lo que la rubia le decía, hizo señas de que abriera la caja, a tal acción Seulgi también se asomó, quería ver el contenido de la caja.
El contenido de la caja:...
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- La encontré en un corral cuando iba camino a casa, como se veía sola la traje. - Sonrío.
- ¿Se supone que debe ser mi mascota esta cosa? ¿Como se cuidan gallinas? - Pregunto curiosa y algo extrañada Jihyo.
- ¡Seras una gran cuidadora! Las gallinas no son tan difíciles de cuidar.
- Perdona a la anciana, yo deje que traiga esa cosa aquí, por cierto... ¿No te molestara estar unas semanas con nosotras? Es que... No sabemos el tiempo estimado que podría tardar. - El miedo de que no despierte la carcomia por dentro.
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