Esa noche en cuanto Aome y Sesshomaru llegaron al departamento fueron directo al cuarto para una cuarta ronda antes de quedar completamente agotados.
Cuando amaneció la peli negra no podía mover el cuerpo debido a los calambres que le recorrieron, cuando miro a su lado ya no estaba el oji dorado por lo que con un poco de trabajo logró llegar al baño para darse una bien merecida ducha.
Cuando el agua tibia tocó su cuerpo sintió como sus músculos se relajaban y dio un suspiro.
Después de unos minutos salió del baño envuelta en una toalla, entro en el cuarto y se puso unas bragas junto con una camisa de Sesshomaru que encontró. Llego a la sala y la saludo un rico olor a tocino y huevos, camino hacia la cocina para dar con fabulosa vista de la espalda desnuda del peli plata y su trasero enfundados en unos pantalones de chándal, sin hacer ruido camino hasta abrazar la espalda desnuda del oji dorado, cuando él se quedó parado sin moverse lo que tomó como que lo había molestado por lo que cuando suavizó su agarré con la intención de soltarlo le sorprendió que aguantara sus manos y las volviera a colocar en donde las tenía.
"Buenos días" se decidió a hablar.
"Hmp" fue la respuesta del peli plata.
Cuando este giró en sus brazos ella se separó un poco para darle espacio pero terminó con su cuerpo pegado al de él cuando puso su mano en su espalda baja y la empujó hacia el.
"¿Dormiste bien?" ella asintió "Que bueno, hoy no pienso hacer otra cosa que no sea enterrarme en tu cuerpo una y otra vez" susurró en su oído.
"Pero y ¿el trabajo?" interrogó la peli negra.
"Hoy tienes el día libre" le respondió antes de reclamar sus labios en un beso hambriento, cuando se hizo más profundo Kagome tuvo que separase debido a la falta de aire "Primero desayunemos y después voy atenderte muy minuciosamente" la peli negra asintió.
Después de comer Kagome fue a darse una ducha sin contar que el peli plata la seguiría. Sus manos fueron a sus caderas y la pegaron a su cuerpo caliente mientras sus labios acariciaban su cuello, dejando besos húmedos hasta su oreja soltando un poco de aire en estás, provocando que el cuerpo de la peli negra se erizara, mientras una de sus manos iban a su abdomen, justo donde debía de estar creciendo su pequeño, con una sonrisa acarició su piel y la giró suavemente para atrapar sus labios en un necesitado y demandante beso.
Ese día lo hicieron lento y la actitud del oji dorado desconcertó mucho a la joven, ver esa versión del peli plata la sorprendió, un Sesshomaru capaz de entregar tanto amor en una mirada y hacerte sentir la persona más importante de su vida con una caricia. Cuando despertó se sorprendió ver que él todavía estaba en la cama y lo más extraño que estaba acurrucado en su pecho mientras abrazaba su cintura, Kagome intentó levantarse sin despertarlo pero le fue imposible, no pudo mover ni un milímetro en enorme cuerpo que yacía casi encima de ella, dándose por vencida abrazó protectoramente al peli plata dejándose llevar por el sueño.
Cuando volvió a despertar estaba sola en la cama y a su lado una nota de Sesshomaru:
"Surgieron unos problemas en la empresa y creo que te puedes imaginar debido a quién son, cuando te levantes calienta el almuerzo y ven para acá. Te espero"
Después de bañarse y almorzar noto otra carta en la mesita junto a la puerta con unas llaves, las agarró y fue al garaje, cuando activo la alarma casi le da algo cuando se dio cuenta que el carro que Sesshomaru pretendía que manejara era un Ford Mustang del año en color negro.
"Mierda, el quiere que me mate" susurró al encender el carro y con mucha precaución manejar hacia la empresa.
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¡Un bebé por contrato!
RandomYa con 25 años Aome Higurashi lo único que quiere es tener un hijo, cosa que se le dificulta por su falta de novio. Aunque después de una noche de pensar decide pedirle a su jefe ayuda. Sesshomaru Taisho es un empresario serio y frío que gracias al...