- Esto debe ser una broma.-dijo la joven.-Y una de mal gusto.
- Para nada. Es lo más sincero que mi hermano pude escribirle a alguien.-Marcel se sentó en un banco mientras la miraba.-Por favor, no lo lastimes.
¿Lastimarlo? ¿Acaso era lo que la chica estaba pensando? No. Era un amor imposible. Uno no correspondido.
"Me es imposible hablarte justo ahora, pero mediante esto quiero decir todo lo que siento por ti".
O podía estar equivocada.
"Al comienzo, fuiste alguien quién se gano mi confianza y aprecio. Todas mis mañanas se volvieron gratas gracias a tus hermosas ocurrencias y experiencias. Las clases contigo eran únicas...maravillosas querré decir. Pero, ¿no te preguntaste por qué siempre te acompañaba?".
Nunca se le había cruzado por su mente tal interrogativa. Su amistad era sólida, mas las verdaderas intenciones del chico eran desconocidas.
"Me robaste".
¿Qué?
"Robaste la cosa más intocable de mi ser, aquella que ni yo creía iba a ser tocada. No sé como sucedió ni cuando, pero desde que llegaste a mi vida, mi corazón volvió a latir con tanta fuerza. La chispa que necesitaba tú me la diste. Aquella esperanza de poder recuperar mi sentido en este mundo se hizo real. Todo gracias a ti Elizabeth. Mi Eli".
Su rostro no podía estar más rojo de lo normal. Las lágrimas corrían por sus cachetes sin parar. Ella, agarrando con fuerza el sobre, lo abrazaba contra su pecho. Los verdaderos sentimientos de Galliard la agarraron desprevenida, mostrándose vulnerable ante Marcel.
"Por primera vez me enseñaste lo que era el amor. A través de tus ojos, descubrí el verdadero significado de amar, abrazar o simplemente tocar. En este preciso momento, te declaro la ladrona de mi corazón. Eres la persona que me pone en este estado y la única que lo logrará. Ahora, mi alma completa te pertenece a ti y no será capaz de dejarte fácilmente".
"Eli, de verdad perdóname. Me he enamorado perdidamente de ti".
Al terminar de leer, un inmenso silencio envolvió el lugar. Marcel miró a Elizabeth sin decir ninguna palabra. La joven agarró su celular para escribirle al chico que tanto quería. Necesitaba también decirle sus sentimientos.
- ¡Elizabeth, espera! ¿A donde vas?
- Quiero buscarlo. Voy decirle toda la verdad.-agarró su maleta dispuesta a irse a cualquier lugar. No estaba segura de su paradero, pero haría lo posible por encontrarlo.
- ¡Él se acaba de ir!
- ¿Ah?-su mirada cambió repentinamente tras las palabras del chico.
- Creo que él no te lo comentó...se fue de la casa con nuestro padre. Han ocurido algunos conflictos familiares en el extranjero y me temo que no volverá dentro de dos semanas.-se acercó hacia Elizabeth para luego agarrar su mano.-No sabes lo feliz que estoy al saber de lo que sientes por Porco. Seremos polos opuestos, pero daría todo por la felicidad de mi hermano. No la ha tenido fácil desde que llegamos a esta ciudad.
Después de reflexionar dicha palabras, dejó al joven para ir directamente a su casa, ya había llegado la hora de regresar con su familia. Todo el trayecto se la pasó pensando en aquel chico rudo del que tanto se enamoró durante meses.
Esa noche le confesaría sus sentimientos.
𝐀𝐌𝐎𝐑
¿Que habrá pensado ella? Su mente estuvo rodeado de múltiples incógnitas sin respuestas. Nunca experimento tales emociones anteriormente en su antigua escuela, pero esa ocasión era especial. ¿Porco Galliard, enamorado? ¡Quién lo diría! Elizabeth se convirtió en un problema que con el paso de los meses no se volvió nada más ni nada menos que su sueño, su anhelo.
La chica de ojos color caramelo y canela lo cautivaban cada vez que la miraba. Verla atenta en sus trabajos le causaba una gran ternura...¡y ni que decir de su estatura! Era muy pequeña comparado con él, pero justamente eso le provocaba abrazarla y protegerla ante todo mal. Bueno, estar lejor de Eli le preocupaba.
- Fui un cobarde.-se dijo en sus adentros tras entrar en el cuarto del hotel.-¿Se molestaría por lo de la carta? No lo sabía. Decir lo que sentía no era su actividad favorita, jamás fue su punto fuerte. Desde pequeños, los mundos de ambos Galliard contrastaban. Marcel siempre fue el preferido de todo el mundo. Era el más impecable entre los dos. Él muy bien lo reconocía. Ni en sus sueños llegaría a ser como su hermano, era la oveja negra de la familia.
Pero Eli lo cambió.
Caminando en círculos, logro calmar su mente. El descanso era lo único que necesitaba y quería. Extrañaba la ciudad y a la chica que había dejado en la preparatoria. Agarró su celular y abrió la carpeta de imágenes. Las fotos no eran tanto lo suyo, mas sus amigos más cercanos lo obligaban a salir en ellos.
La primera era en una fiesta junto con Marcel, Pieck, Reiner, Annie y Bertholdt, aunque este último no salía completo en la imagen debido a su estatura. No tenía buenos recuerdos de aquello puesto que Reiner terminó vomitándole los pantalones en plena noche de copas.
La siguiente foto mostraba el día del campeonato interescolar, donde su hermano y él alzaban la copa al lado del equipo. Lo mejor que pudo rescatar de eso fue la pulsera roja que le regaló Elizabeth para tener buena suerte. Y claro que le ayudó.
Por último, vió la siguiente imagen y no pudo evitar sonrojarse: Eli y él en un parque de diversiones. En el fondo se encontraban su mayor Zeke y Reiner con vinchas de orejas de osito. Le causó gracia en el momento, pero no lograba apartar su vista de la joven: radiante, auténtica y hermosa.Se quedó mirándola durante unos segundos hasta que una notificación interrumpió el momento. Ya se imaginaba lo que le podría decir Marcel tras no responderle sus mensajes a tiempo horas después del viaje. No se sentía animado para aguantar reproches, pero apenas vió el nombre de la persona todo su ser se detuvo.
- ¿E-Eli?
Los nervios invadieron su cuerpo, no podía parar de temblar. Miedoso, abrió el chat para leer lo que le puso la chica.
"Hola Porco, soy yo. En la tarde leí tu carta. Creo que no estás en el mejor estado para responderme, pero necesito decírtelo aunque sea por este medio: desde que te ví, me convertí en la mujer más dichosa de todas. Todos mis dibujos se resumían en ti. Me gustas Porco, y no quiero dejarte ir nunca más".
(La historia continúa en el siguiente capítulo).

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𝐀𝐌𝐎𝐑. 𝑝𝑜𝑟𝑐𝑜 𝑔𝑎𝑙𝑙𝑖𝑎𝑟𝑑
FanfictionAquella declaración de amor conmovió todo el ser de la joven de los dulces ojos canela. Aún más cuando la tinta del lapicero pertenecía al apuesto joven Galliard. Art by @seventyfour_GA on Twitter. Prohibida su adaptación y/o plagio.