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El Domingo me lo pase en cama, él Jaime me mandó mensajes todo el día e intentó entrara mí casa como pudo, pero no lo logró y sí hubiese logrado entrar de la casa salía sin tula por maricón. Mañana tenía que ir a la U y ni  ganas tenía, ya era de noche y me estaba comiendo un pan pelao con un vaso de bebida, no comí en todo el día y no tenía ganas de cocinar. Deje el vaso en mi mueble y me puse a dormir. 

En la mañana me desperté por la alarma de mi teléfono, la apagué de mala gana y me quedé mirando el techo un rato, ir a la U influye ver al Jaime y es lo que menos quiero, y también quizá vea a esa maraquita, pero tampoco me puedo echar el año por weas, no es la idea. Me levanté de la cama lento, sentía el cuerpo pesado, no tenía ganas de hacer  nada, pero era una obligación. Me bañé y me vestí, una polera sin diseño, mis vans negras y mis pantalones negros, ni ganas de vestirme tenía, tomé mi mochila y me fui a la U, puse un poco de música y seguí con mi camino, él día estaba nublado. Entré a la U y prácticamente corrí hasta la sala, los cabros estaban en la puerta hablando y no quería hablar, por suerte hoy no me tocaba casi ninguna clase con ellos, sólo la última, me senté donde siempre y escondí mi cabeza entre mis brazos, él profe llegó y empezó a dar la clase como todo los días, varias veces me llamó la atención por no pescar su clase, sólo me limitaba a responder "Lo estoy escuchando". Cuando al fin terminó la clase culiá me levanté y me dirigí a la salida, iba a ir a la biblioteca, los cabros jamás iban para allá así que mejor para mí, iba a salir pero hay estaban los 5 weones esperándome con los brazos cruzados, sí incluyendo al Jaime, intenté que no me vieran pero el conchesumadre del Felipe tenía que llegar 

-¡__! -dijo acercándose a mí- ¿préstame tú cuaderno por fa? -apreté la mandíbula y le pase el cuaderno, me dio las gracias y se fue, los cabros se acercaron a mí y me puse la mano en la cara 

-¿Vo' no recibes mis llamadas o qué? -dijo la Cata pegándome en el brazo 

-No tengo ganas de hablar -murmuré

-¿Qué wea te pasó? -preguntó la Maca un susurro, le hice una seña con la cabeza apuntando al Jaime, ella rodó los ojos- Nico, ¿me podí comprar un juguito? -preguntó la Maca con voz tierna 

-Na', anda tú -dijo cruzándose de brazos 

-¡Anda a comprarme la caga de jugo y llévate a estos dos weones! -dijo mirándolo, él Nico asintió y se llevó a los cabros- ¿Qué te pasó? 

-No sé si conoces a la supuesta "amiga" -hice comillas con mis dedos- de él Jaime  

-No me digas que este weon... 

-Sí -le interrumpí- me cagó con esa weona -me crucé de brazos- saben que no quiero hablar, voy a irme a mi casa, nos vemos -dije caminando, las cabras me siguieron- en serio quiero estar sola, por fa -murmuré, ellas me abrazaron y se acercaron hasta donde estaban los cabros, él Jaime me miró y se iba a acercar a mí, negué con la cabeza y seguí caminando. 

El camino a mi casa fue hermoso -sarcasmo- pise mierda de perro, oh eso espero porque se veía media grande a weaita, casi me caí de raja y me pegaron con un bolso en la teta, y más enzima la señora se quejó porque le pegué al bolso, me siento la persona más yeta de este mundo. Un alivio invadió mi interior al llegar a mi casa, cerré la puerta de un portazo, tiré el bolso por algún lugar y subí a mi pieza, undí mi cara en la almohada, me sentía mal, me sentía weona por llorar por un weon, necesitaba el nanai de mi mamá y las chuchas que echaba porque me rompieron el kokoro. 

Estuve todo el día así, durmiendo, meando y comiendo, tenía una colección de vasos en mi mueble, las cabras intentaron hablarme por teléfono, me mandaron mensajes para saber cómo estaba, les respondí un par de veces hasta que me aburrí, así que apagué el teléfono y lo metí al cajón de mi mueble, me estaba quedando dormida hasta que sonó el timbre, me levanté despacio y baje rascándome los ojos, abrí sin mirar y allí estaban las dos par de weonas.

-Nos obligaste a venir ya que no contestaban nuestros mensajes -dijo la Cata entrando, le hice una seña a la Maca para que pasara y cerré la puerta, las cabras me hicieron sentarme en medio de las dos y cada una paso su brazo por mis hombros - cuéntanos, ¿qué wea te hizo? 

-Les conté que iba a ir a la fiesta del Cristian -ellas asintieron- Cristian me pasó a busca a mí casa, me preguntó por él Jaime y me dijo que lo había visto en la plaza con una mina -suspiré- no le tomé importancia y seguí con lo mío, no tenía cigarros y no encontraba a Cristian pa que me diese uno así que salí a comprar, venía de vuelta y lo vi acostado en el pasto agarrándose a la mina, pero ni siquiera fue un topón todo cagón, éste weon se la estaba agarrando -me limpié un par de lágrimas que caían por mis mejillas, ellas me abrazaron y me apapacharon un rato, la Maca nos hizo algo pa comer y me intentaron subir el ánimo lo que quedaba de día. 

Ya eran más de las 12, las cabras se fueron a sus casas ya que mañana tenían que ir a la U al igual que yo, subí las escaleras y me fui a dormir a mi camita, lo único que me gustaba hacer en estas circunstancias.  

En la mañana me desperté busqué con la mirada el teléfono y se me olvidó que lo tenía en el cajón, lo prendí y me empezaron a llegar mensajes, demasiados. La mayoría eran de él Jaime, sólo los borraba y listo, miré la hora y eran las 8, me levanté de un salto, tomé la ropa y me fui pa la cocina, abrí un paquete de galletas, comía una galleta mientras me ponía los pantalones, corrí hasta el baño, me mojé la cara, me hice una cola, me lavé los dientes y bajé las escaleras corriendo, tomé mi mochila y salí pegando un portazo, corrí hasta la U sin descanso, mis cotillas ardían pero tenía que dar una prueba y el profe me iba a pegar un pichulazo y no me dejaría darla otro día. Hoy día tenía casi todas las clases con los cabros y él Jaime, estupendo. Entré corriendo a la U y corrí hasta la sala, cuando llegué el profe estaba con las pruebas en la mano, toqué la puerta y él abrió, mi pecho subía y bajaba, nunca más corro conchetumare, me hizo una seña para que pasara, entré y todos fijaron su vista en mí, rodé los ojos y busqué con la mirada un puesto libre, habían dos, atrás sola y al lado de él Jaime, caminé hasta atrás y me esparramé en la silla, suspiré y el profe empezó a dar las pruebas. 

El día se me hizo demasiado largo para mi gusto, él Jaime me siguió todo el día intentando explicarme, lo ignoré poniendo música y siguiendo mi camino, él Edgar y él Nico ya estaban al tanto de la cagá que se mandó, le pegaron un par de wates y no sé qué más. Caminé hasta mi casa a paso lento, saqué las llaves de mi mochila y escuché el teléfono de la casa, abrí la puerta rápido y me acerqué al teléfono. 

-¿Alo? -dije tirando la mochila al piso 

-¿__?  

-Sí, ¿con quién hablo? -pregunté extrañada, su voz se me hacía familiar 

-Hablas con tú tía Andrea, le hermana de tú mamá - hace mil años que no hablaba con ella

-Hoooooola po tía, ¿cómo está? 

-Seré directa mi niña, no muy bien 

-¿Por qué?, ¿pasó algo? -pregunté confundida 

-Sí, tú mamá y la Camila...

Capítulos finales

¿Sólo amigos? (Jaime y tú) #1 [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora