XXV (Penúltimo capítulo)

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-¿Les paso algo? -pregunté nerviosa, mi  tía guardó silencio- ¡Contéstame por la chucha! ¡¿Le pasó algo a mi mamá y a la Camila?! -dije al borde de las lágrimas 

-Tranquila -dijo con la voz quebrada-ayer tú mamá llevaba a la Camila al hospital, tenía una fiebre horrible, iban en un colectivo y el imbécil del conductor no respeto el semáforo y les chocó un camión -dijo llorando 

-¡¿Qué?! -grité- ¡¿Ayer?! ¡¿Por qué chucha no me llamaste?! -grité 

-Estaba en shock lo lamento -dijo llorando- hoy en la mañana falleció tu mamá, la Camila esta grabe -Quedé en blanco con sus palabras, mi mundo se acaba de derrumbar, ¿mi mamá murió?, lágrimas sin parar  caían por mis mejillas, mis piernas se tiritaban, no aguanté y me tiré de rodillas al piso a llorar- lo lamento mi niña 

-Iré a ver a la Camila, tengo que estar con ella -dije levantándome mientras me limpiaba las lágrimas con la manga de mi polerón 

-Te esperaré en el terminal, por favor mantén la calma -dijo mi tía aun llorando 

-Me tengo que ir -murmuré- nos vemos en un par de horas más -colgué el teléfono y subí las escaleras corriendo, tomé mi mochila y eche un poco de ropa, tomé plata que tenía ahorrada, tomé mi teléfono, el cargador y baje corriendo las escaleras, tomé las llaves de la casa, marqué el número de él Edgar, necesitaba que me llevara en su camioneta hasta el terminal, sonó un par de segundos el teléfono y contestó- ¡Edgar, necesito que vengas a mi casa con tu camioneta, necesito que me lleves al terminal! -dije desesperada 

-¿Qué wea te paso? -dijo preocupado 

-Te explico acá, pero por fa apúrate -dije con la voz rota, corté la llamada y me empecé a pasear de un lado a otro, no podía dejar de llorar, mi corazón estaba totalmente destruido, necesitaba a mi mamá conmigo, pero ya es malditamente imposible. A los minutos llegó el Edgar con su camioneta, él manejó hasta el terminal lo más rápido que pudo, le expliqué todo mientras lloraba a mares, me acompañó a comprar el pasaje, el bus salía en 10 minutos, él me fue a comprar unas galletas con un juguito para el camino, decidí llamar a mi tía, quería saber cómo estaba la Camila, sonó 2 veces y contestó 

-¿Cómo está la Camila? -intenté sonar bien, pero era imposible 

-No nos han dicho nada, sí quieres voy a preguntar -dijo con la voz rota, se notaba que lloraba, le dije que sí y sentí como se puso a hablar con una enfermera - me dijeron que no saben nada de ella, que aún sigue grabe -dijo llorando 

-La estaré llamando -dije limpiándome las lágrimas con el polerón, me despedí de ella y colgué. Él Edgar llegó con un jugo y dos paquetes de galletas, las guardé en mi mochila y él me abrazó 

-Ya, no llori po', que me da pena enana -dijo haciendo cariño en el pelo- me gustaría acompañarte pero tengo que ir a la U 

-No te preocupes -dije mirándolo- cuando me valla ¿le podí avisar a los cabros para que no se preocupen? -pregunté, él asintió y me volvió a abrazar. Me abrazó todo el rato hasta que llegó el bus, acá vamos, 16 horas sentada, la raja me quedará más que cuadrada. 

[...]

En todo el viaje me dediqué a hablar con mi tía, quería saber cómo estaba la Camila, me dijo que ya estaba fuera de peligro, que se salvó porque mi mamá la alcanzó proteger con su cuerpo recibiendo todo el impacto ella, lloré como nunca, ya no estaría con mi mamá, la Camila no tendría ni mamá ni papá, pero tendría una hermana que haría los tres papeles. Mamá, papá y hermana, él Edgar se encargó  de decirles a los cabros a penas me fui, todos querían venir a apoyarme pero se los negué, tenían que ir a la U y tenía que resolver esto sola. 

A penas bajé del bus sentí unos brazos rodearme por la espalda, me di vuelta y allí estaba mi tía con mi tío, mi tío como siempre haciéndose el fuerte para apoyar a su mujer, todo lo contrario a mi tía, estaba pálida y tenía los ojos rojos, la abracé con todas mis fuerzas, ambas nos pusimos a llorar sin piedad, nos importaba una mierda quienes nos miraran. Mi tío manejó hasta el hospital, entré prácticamente corriendo, me acerqué al mesón donde había una señora 

-Hola, ¿Sabe sí puedo pasar a ver a Camila __? -pregunté nerviosa, la señora escribió algo en su computador para después mirarme 

-Sí, pase al piso 3 habitación 407 -dijo la señora, caminamos hasta el ascensor y nos subimos, mis manos sudaban, estaba nerviosa. A penas llegamos busqué la pieza, me pare frente a la puerta, suspiré y entré sola, mis tíos querían dejarme verla tranquila, entré y ella dormía, mi corazón se partió en dos al verla, tenía raspones en los brazos, la mejilla la tenía algo morada y el labio lo tenía roto, me tapé la boca con la mano y me puse a llorar en silencio, no quería despertarla. Tomé su pequeña manito y la acaricié, se veía tan frágil, me sentía más tranquila saber que estaba fuera de peligro, respiraba con una máquina, tal vez sólo para prevenir, le hice cariño en la cabeza y le di miles de besos en su carita, ella se movía enojada, era igual que mi mamá, sonreí un poco y me limpié las lágrimas, suspire y me senté en la silla que había al lado de su cama, me tapé la cara con las manos y me puse a llorar, quería a mi mamá. 

Al rato sentí como la puerta se habría, no me importó y me limpié las lágrimas con mi manga, una enfermera la pasó a ver, reviso todo, le hizo un poco de cariño en la cabeza y me miró 

-¿Eres su hermana? -preguntó, asentí con la cabeza- no te preocupes, está bien es una niña fuerte -me sonrió un poco 

-Gracias -hice un intento de sonrisa- ¿Puedo quedarme la noche acá? -pregunté con esperanzas, ella me miró y suspiró 

-Haré todo lo posible para que te puedas quedar -le sonreí un poco- si despierta, llámame para chequear -asentí con la cabeza y salió de la habitación, al rato llegó mi tía 

-Hola mi niña -susurró, le sonreí un poco de respuesta- Sé que no quieres hablar de esto ahora, pero  me haré cargo del funeral de tu mamá -asentí con la cabeza- ¿tienes pensado lo que harás con la Camila?, sí quieres con tú tío podemos criarla y...

-No -negué con la cabeza- yo me haré cargo de ella, como sea pero yo la cuidaré, es mi hermana -mi tía me miró, me abrazó y me beso la cabeza 

-Cualquier cosa, nos tienes a nosotros -asentí con la cabeza 

-Tía, me quedaré una semana y luego volveré a Santiago a arreglar su pieza y todo ese tema, ¿podrías cuidarla mientras no estoy?, tengo que comprarle comida y muchas cosa 

-Claro que sí mi niña, todo el tiempo que necesites -le sonreí un poco y suspiré. Esta semana será bastante larga. 

[...]

Estuve toda la semana en el hospital con la Camila, sólo me iba para comer algo, ducharme, dormir un poco y luego volvía con ella, en esta semana se recuperó bastante rápido, más de lo que yo creía. Se recuperó tanto que hasta se ponía  jugar conmigo como lo hacía antes, en la semana intenté comprarle cosas, juguetes para que no se aburriese y todo eso, el funeral de mi mamá lo hicimos dos días después de su muerte, lloré como nunca, pero bueno, no estoy bien 100% pero voy en progreso, podría decirse que en estos momentos tengo 15% de felicidad, sólo por la Camila, intentó no parecer deprimida frente a ella, lo que menos necesita es una hermana llorona, a la Camila le daban de alta la semana que venía, así que decidí irme a Santiago nuevamente para poder acomodar su pieza, comprarle comida, sus postres favoritos y todo ese tema, para ser una bebé de 1 año y 6 meses es fuerte la verdad, se mes olvidó contarles la mejor parte, dijio mi nombre, en ese momento me sentí feliz, repitió mi nombre todo el maldito día, hasta empezaba a odiar mi nombre, decía mi nombre y luego soltaba una carcajada

¿Sólo amigos? (Jaime y tú) #1 [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora