A veces nos perdemos en el camino, a veces nos olvidamos de lo que somos y actuamos como otra persona... herimos a quien nos ama.
A veces es difícil reencontrarnos, pero vale la pena intentarlo
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Esta historia es de mi autoría y es tu decisión d...
Las vacaciones habían llegado y como cualquier estudiante, todos estábamos aliviados de haber terminado el semestre, a duras penas y trasnochando como locos, pero ya por fin había acabado.
-Te prometo que no quiero ver mi computador en años- suspiré mientras abrazaba mi almohada
-oh Dios si, me tocó rogarle al profesor de economía para que me subiera un poco la nota- dijo Ellie desde la otra cama
-uhmm ya veo- empecé a bromear- te pidió algún favor a cambio?- levanté mis cejas sugerente
-Alaska!!!- me reí- como se te ocurre. Quiero decir, era la más sexy de la clase pero nooo
-Claro, claro- seguí bromeando y una almohada golpeó mi cara- oyeeee!!!
-Tu empezaste así que no te quejes- le lancé una almohada de vuelta- así quieres jugar?- oh no, conocía esa mirada
-Ellie nooo- me atrapó en la cama y comenzó a hacerme cosquillas y yo no podía parar de reír
-Seguiras acusándome de hacer favores especiales eh?- no podía respirar de tanto reír o zafarme
-Nooo, nooo, lo prometo. Pero ya basta, por favor- una lágrima salía de mis ojos a causa de la risa
Ellie se detuvo pero me aprisionó entre sus piernas y sujetó mis manos por encima de mi cabeza, nos quedamos mirando unos segundos y empezó a acercar su rostro al mío, yo estaba atenta a sus movimientos. Cuando ya estuvo muy cerca, tanto que nuestras respiraciones se mezclaban... Ellie me sorprendió pasando su lengua por mi mejilla y ambas rompimos en risas
-Que ascoooo!!! Ellieeee- la mujer ya estaba corriendo por todo el departamento y yo me levanté para seguirla- me las vas a pagar, deja que te alcanceeeee
-Te prometo que no lo hago más, perdóname la vidaaa- gritaba mientras dábamos vueltas alrededor de la mesa
POV Emma
Me levanté a duras penas de mi cama, eran casi las 2 pm y mi panza rugía por comida. Llevaba un camisón hasta la mitad de mis muslos aunque hacía frío, entré a la cocina y pensé en preparar algo pero no había nada de comer
-Maldicion, olvidé comprar comida- me di una patada mental y decidí ponerme algo para salir.
Me ví al espejo antes de salir y tenía unas ojeras terribles, tomé unas gafas de sol ya que no quería que las personas del transporte público me vieran así, ya odiaba el hecho de tener que usarlo.
Tomé las llaves y cuando abrí, un auto, espectacular quiero agregar, se estacionaba en frente. Fruncí el ceño levemente y me quedé esperando que el conductor se bajara. Al abrir la puerta del conductor, abrí los ojos como platos al ver a una preciosa chica bajar. Se veía un poco tímida mientras se acercaba y yo me recompuse en el lugar. Empezó a sonreír cuando la nieve la abrazó. Era una morena, cabello rizado y ojos color marrón.
-Es increíble- dijo refiriéndose a la nieve que caía- Me encanta
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