bullet holes ━━ daryl dixon |1| ✓

xiii. the shed

capítulo trece,
( the shed )

               JONAH ESTABA AGOTADO, SOBRE TODO MENTALMENTE. LAS PESADILLAS sobre Otis y Dave, el hombre al que había matado en el bar, plagaban su mente. Siempre eran distintas pero sin embargo acababan igual, con ellos muertos y una pistola en la mano de Jonah, la sangre salpicando su rostro estoico de asesino. Odiaba esos sueños, sentirse culpable cuando él no había matado a Otis y si no mataba a Dave entonces él los hubiera matado a ellos. Había hecho lo que tenía que hacer, ¿pero por qué se sentía tan mal?

Deseoso por llenar su vacía botella de agua, Jonah entró en la casa de los Greene, enseguida oyendo el llamado desesperado de Maggie mientras golpeaba una puerta.

—¡Beth!

Sin pensarlo dos veces Jonah salió corriendo escaleras arriba, escuchando las pisadas de alguien más detrás suyo, pero demasiado preocupado por la joven de ojos celestinos como para mirar sobre su hombro siquiera. Entró en la habitación sin cuidado alguno y fue recibido por el rostro crispado de preocupación de Maggie.

—¿Maggie? —inquirió Lori deteniéndose junto a Jonah.

—Está ahí dentro, oí vidrios rotos.

Podían oír los sollozos de Beth a través de la puerta cerrada y Jonah pasó una mano entre sus cabellos viendo a Lori apoyarse contra la puerta.

—Beth, ¿está bien? —preguntó Lori.

—Beth no hagas esto —pidió Maggie—. Abre la puerta.

—Vamos, Beth —llamó Jonah—. No tienes que hacer esto. Estamos aquí para ti. Sólo abre la puerta.

—La dejé con Andrea —informó Maggie retirándose de la puerta para revisar el buró.

Jonah ocupó su lugar e intentó abrir la puerta pegándole con su hombro como había visto en incontables películas, sólo que no funcionó y en cambio lo dejó con un terrible dolor. Lo hizo una vez más antes de soltar un bufido y volver a retroceder, al menos lo había intentado.

—¿Dónde está la llave?

—No lo sé —masculló Maggie antes de volver a la puerta—. Cariño, por favor sal de ahí. No estoy enojada, Beth, no lo estoy.

Lori se separó de la puerta y Jonah la siguió con la mirada para notar que tomaba una barreta. El joven estiró su mano y ella la puso encima. Jonah se precipitó a la puerta, colocó la barreta entre la puerta y el marco y utilizó su peso corporal para lograr abrirla. Dentro del baño, Beth se dio vuelta en su pjiama, las lágrimas se escurrían por sus mejillas coloradas y con su mano derecha tapaba los cortes que se había provocado en la muñeca izquierda de donde emanaba sangre.