— ¡Sunoo hyung! — un grito lo sacó de sus pensamientos. Maldijo por lo bajo ya que era agradable en aquello que pensaba, no, que estaba diciendo.
Kim Sunoo, a ti, solo te gusta Jake.
Aunque el chico del pasillo era guapí-
— ¡AH! — un grito salió de él. Y Ni-ki lo miró extrañado, su amigo podía ser ruidoso pero no tanto.— Hyung, ¿que te pasa? — preguntó el rubio mientras el mayor se acercaba.
— Dime que no estaba chillando — pidió.
El rubio rió, para luego negar.
— Joder, lo que me faltaba ya hablo solo — se quejó el pelinegro.
— Hyung, ya hablabas solo — vió como Sunoo lo miraba indignado.
— A ver, pedazo de beta descerebrado — uso esa voz que siempre utilizaba cuando quería molestar — Más respeto para este pedazo de omega — terminó su frase y empezó a menearse de aquí para allá. Su mejor amigo reía, a veces, el menor no entendía a su amigo. Solo sabía que la palabra dramático y extra, eran sus palabras.
— Sunoo hyung — el mayor no hizo caso.
— Hyung — el mayor rechisto.— Riki, déjame tranquilo y esperemos a Wonnie — Ni-ki iba a responder pero el castaño se apresuró.
— Primero que nada, me ofende que me confundas, yo no te crié así Kim Sunoo — el azabache giró la cabeza y rio — Segundo, ¿que mierdas hacías meneando las caderas de aca para allá? — cuestionó el otro pelinegro — Y además, mal hecho — dijo esto último con indignación.
Los tres chicos se miraron, para luego estallar en carcajadas. ¿Porque son así? Esa era la pregunta que se hacían ellos.
No había un día en el que no bromearan.
No había un día en el que no se llamaran básicos y no tuvieran la autoestima por los aires.
Porque, ¿Quien no se fijaría en ellos?
Eso es lo que siempre decía Riki.Se habían echado de menos, pues pasaron años para que por fin se reunieran los cuatro. Sí, los cuatro si el pequeño grandullon se dignara a aparecer.
— Ya llegó por quién lloraban — dijo un chico con las mejillas regordetas.
— Ya, ya no lloren — dijo irónico ya que nadie le hacía caso, Jungwon rodó los ojos y Ni-ki, simplemente se quedó mirando. Mientras que Sunoo corría como si su vida dependiera de ello.— ¡DANIEL! — chilló cuál loco — ¡MI BEBÉ! — llegó hasta donde se encontraba el chico y lo abrazó.
Daniel rio, echó tanto de menos a su hyung favorito, eh, no le digan nada a los demás.— Noonoo hyung — dijo sonriendo de oreja a oreja — Lo eché tanto de menos — puchereo. Los otros dos chicos se acercaron para abrazar a Daniel y darle la bienvenida, había sido un verano aburrido sin el poste andante. Por lo menos, lo único bueno que sacaron fue el regreso de Sunoo.
— No sabes cuant eché de menos que me llamaran Noonoo Hyung — admitió el azabache.
— ¡Eh! — Ni-ki llamó su atención — Nos hubieras dicho — le reclamó.
— Ustedes dejaron de llamarme así hace mucho, no los voy a obligar, además se que no les gustan las cosas cursis — sonrió.
— Hey, eso no es verdad — Jungwon se cruzó de brazos.
— Amamos llamarte Noonoo hyung — el rubio asintió dando a entender que el también estaba de acuerdo.Fue el momento perfecto para pensar en su niñez, fue bonita a decir verdad, siempre tuvo todo lo que quiso, sus amigos eran los mejores y los conoció de una forma muy peculiar, Ni-ki fue el último que conoció, habían hecho llorar a cierto castañito un día y él con su mejor amigo Jungwon estaban jugando por ahí.
Sonrió aún más, cuando le dijeron a Riki que serían amigos para siempre.Con Daniel fue distinto, él conocía ya a la madre de Daniel y cuando iban a su casa, siempre le decía que serían los mejores amigos y el mejor hyung que podría tener, o eso le contaba su madre.
A Jungwon lo conoció en el colegio, porque el chico se sentaba detrás de él y siempre le pedía si podía moverse un poco ya que no podía ver bien lo que estaba escrito en la pizarra, un día le ofreció cambiar de sitio y desde allí se hicieron inseparables.
Así como lo era con Hoon, solo recordaba vagas cosas de él, que le gustaban mucho los pingüinos, bailar y dibujar. Realmente se sintió mal cuando un día fue hasta la casa de su amigo y lo dijeron que no estaba, él quería despedirse pero no le dió tiempo y perdió a aquel amigo, uno de los mejores, a quien le regaló su corazón, a su primer amor.
Salió de su trance cuando vió a sus amigos hacer varias poses divertidas delante de su cara, gritar y sacudirlo.
— Madre mía — habló el rubio — Creía que tenía que pegarte a ver si despertabas — comentó riendo. Sunoo lo miró mal.
— Si lo hubiera hecho, nosotros le pegabamos — afirmó Jungwon.
Daniel asintió.— A veces siento que no me quieren — puchereo, pero sintió los brazos de Daniel a su alrededor.
— Te queremos, pero poco — comentó mirando a Sunoo quien asentía y se unía al abrazo y luego a Jungwon quien negó y fue tirado por el más alto para estar en el abrazo.
— Los odio — dijo gruñón para luego sonreír.
Iban a dirigirse a casa de Ni-ki, ya que había olvidado su cartera. Hasta que escucharon una voz a lo lejos.
Era Jay y como siempre, buscaba a su lindo Omega.
— Wonnie, mi amor b— Jungwon enrojeció por el apodo y sus amigos solo le daban miradas — Te dejaste esto — le extendió una sudadera.
— Esto no es mío, Park — miró la prenda en las manos del rubio.
— ¿No? — preguntó intentando sonar inocente, Jungwon alzó la ceja — Pues ahora es tuya — dijo a su oído mientras dejaba la prenda en su hombro.
Los tres amigos miraban la escena divertidos, pero no más que Jay.
Hasta que oyeron que alguien corría hacia ellos.
— Hey, Jay — habló un chico castaño.
Mierda, pensó Sunoo.— Jake hyung — saludó Jungwon, quien jugaba con las manos de su novio.
— ¿Que tal el entrenamiento? — Jay lo miró confundido, el Omega jamás le preguntaba por eso, es más, si el decidía hablar de eso, Jungwon no le hablaba.
Que mosca le había picado.— Bueno, creo que bien — respondió sonriendo.
— Que tal lo viste tu — agregó.— Yo bien, siempre os va bien — Jay le sonrió — Más este chico de aquí pero, en general bien — Jay lo acercó más a él.
— ¿Tu que crees Sunoo hyung? —
Sunoo maldijo mentalmente.— Hmm... — tardó en procesar todo lo que estaba pasando — Bien, muy bien — le dedicó una sonrisa al castaño.
— Creo que es hora de irnos — comentó Daniel.
— Se nos hará tarde y yo ya tengo hambre — todos rieron.— Tu siempre tienes hambre, bestia — le dijo burlón el rubio mayor.
//////////
Sunghoon frunció el seño. Lo habían dejado solo de nuevo, no es que no quisiera ir pero tenía que esperar a Heeseung. Quien estaba saliendo de los baños después cambiarse.
Jake había ido pocos minutos después que Jay, supuso que sería para avisar que tenía prisa o algo, pero en cambio, se quedó charlando con un chico que a el le pareció conocido.
Y pudo comprobarlo cuando se acercaban a ellos.
Era el mismo chico tierno que se encontró en los pasillos e iba con Riki, Jungwon y ¿Daniel?
¿De que se conocían? Ya tenía un nuevo pasatiempo, molestar a su hermano para que le dijera quien es ese chico.Cuando Jay iba a presentarnos, Heeseung llegó y saludó a Jungwon.
Mi mirada fue directo a aquel chico y cuando giró hacía mí, simplemente sonrió y remojó sus labios para hablarle a Ni-ki.
A los pocos minutos sus ojos volvieron a conectarse y a sentir ese extraño hormigueo.

ESTÁS LEYENDO
𝐌𝐲 𝐨𝐦𝐞𝐠𝐚 [ ˢᵘⁿˢᵘⁿ/ ˢᵘⁿᵍˢᵘⁿ]
Fanfiction𝐘 𝐥𝐚 𝐥𝐮𝐧𝐚 𝐬𝐞𝐫𝐚 𝐥𝐚 𝐞𝐧𝐜𝐚𝐫𝐠𝐚𝐝𝐚 𝐝𝐞 𝐞𝐧𝐜𝐨𝐧𝐭𝐫𝐚𝐫𝐧𝐨𝐬 𝐨𝐭𝐫𝐚 𝐯𝐞𝐳.