𝐌𝐲 𝐨𝐦𝐞𝐠𝐚 [ ˢᵘⁿˢᵘⁿ/ ˢᵘⁿᵍˢᵘⁿ]

𝟎𝟒.

Que había pasado. Esa frase rondaba por la cabeza de Ni-ki. Su curiosidad era tan grande que no aguantaría un segundo más en estallar y hacer millones de preguntas, pero tuvo que aguantarse hasta que Sunoo le pidió que fueran rápido a su casa, que el lo acompañaba, a lo que Jungwon no se negó y Daniel, aprovechó para hablar más con su hermanastro.

Ya cuando estaban lejos de las puertas de instituto, el pelinegro suspiró y el mejor pensó que era un buen momento para preguntar.

—  Hyung — Sunoo miró y sonrió dándole a entender que continuara.
—  Te veo muy callado — comentó el rubio, sucede algo? — el mayor negó rápidamente, pero Ni-ki no se quedaría con la duda.
— De que conoces a Sunghoon hyung?  — esa pregunta lo dejó desconcertado, por dos cosas. La primera así que se llamaba Sunghoon y ¿porque le sonaba ese nombre de algo? Y la segunda, ¿porque le preguntaba eso?

— No lo conozco de nada — se apresuró a aclarar. El rubio lo miró con una ceja levantada — Eh, lo juro — chilló, el menor rió.

— Entonces, sino lo conoces de nada porque te miraba fijamente y tu solo le diste una sonrisa — comentó.
Sunoo se congeló, ¿alguien más lo había visto? — Si te preocupa que alguien más lo haya visto, la respuesta es no, todos estaban a lo suyo  — a veces odiaba que fuera como un libro abierto, sus amigos lo conocían bien.

— ¿Recuerdas que me había perdido por los pasillos? — el rubio asintió.
— Allí conocí al chico, me ofreció ayuda para llegar al gimnasio — se dignó a contar lo que pasó, sino el menor no lo dejaría en paz.

Habían llegado a casa de Ni-ki, este cogió sus llaves y abrió la puerta, para así poder ir a la cocina donde había dejado su cartera.
El pelinegro vió como iba de aquí para allá hasta que lo llamó y se sentó en la isla en medio de la gran cocina.

— ¿Me estás diciendo que Sunghoon hyung te ofreció ayuda? — preguntó mientras servía un vaso de zumo de naranja.

— Eso sí que es nuevo, milagro de Sunoo le dirán — reía comentando eso. El mayor lo miró con una cara de "¿De que me estas hablando? ¿Que milagro?".
— Verás, ese hyung muy sociable precisamente no es — tomó asiento para seguir hablando — No es desagradable, pero no suele hablar con los extraños, mínimo asiente con la cabeza — el pelinegro se sorprendió, el chico no parecía ser así — Por eso.. se me hace raro... — Ni-ki miró a Sunoo.

— Tal vez tuvo pena y decidió ayudarme o no sé  — intentó argumentar

[nota; holii! había puesto está historia en borradores por cuestión de tiempo pero pensé en seguirla, estos días publicaré más partes<3, gracias por el apoyo]