CAPITULO 1.2

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Después de 20 minutos de viaje en un silencio sepulcral llegue a mi destino. La típica música de fiesta inundó mis oídos nada más bajar del coche. Avancé por el camino de piedras que había hasta llegar a la puerta principal. No tuve ningún problema en entrar, ya que la puerte se encontraba abierta debido al tránsito de personas que salían y entraban. Nada más entrar busqué una cabellera de color ceniza entre la multitud. Recorrí todo el lugar con la vista, y finalmente lo encontré. Sentado en el suelo, con vaso en mano y jugando a "la botella" entre risas y vitoreos cada vez que un par se besaba. Avancé con rapidez hacia el, sin tener el más mínimo cuidado de si empujaba a alguien. Cuando estuve lo suficiente cerca, alargué la mano y agarré la parte de atrás del cuello de su camisa.

-¡Lyss! ¡¿Se puede saber que haces tú aquí?!- gritó atónito, al verme allí.
-Vengo a buscarte, nos vamos a casa- le respondí con un tono frío -ya es muy tarde
-¿Qué más te da lo que haga?- preguntó con prepotencia -después de todo esos dos han salido hoy de viaje de negocios. Ni se enterarán de que he salido- sonrió de manera socarrona, lo que me dio ganas de cruzarle la cara.
-Pero yo si. Así que haz lo que te digo, levantate, mueve tu culo hasta el coche y vámonos- dije entre dientes.
-Lyss, ¿por qué no te vas a joder a otra parte? No tengo ganas de aguantarte- se dio la vuelta y volvió a fijar la vista en sus amigos.

Debido a que mis nervios ya estaban por explotar y que Ethan no era capaz de hacer caso a lo que yo le decía, agarre la bebida más cercana que pille de las manos de un chico, lo cual era un coctail, y se lo tiré por encima a Ethan. Salí de nuevo por la puerta, escuchando los gritos y maldiciones de Ethan a mis espaldas. Rebusqué las llaves del coche en mi bolso, pero antes de que pudiese sacarlas la mano de mi hermano me detuvo.

-¡¿Qué crees que haces?! ¡Me has avergonzado delante de todos mis amigos! ¡¿En qué coño estabas pensando?!- me fijé en los tonos azules que se habían impregnado en su camisa blanca -Lyss, eres mi hermana, pero esta vez te has pasado
-Bueno, si tu no hubieses sido tan gilipollas ahí dentro y hubieses hecho lo que te he dicho nada de esto hubieses ocurrido- usé el típico tono que usaba cada vez que estaba de mal humor
-¿Desde cuándo eres mamá, Lyss? Tan solo eres mi hermana mayor, no eres nadie para decirme lo que hacer y lo que no. Para mi no representas ninguna autoridad ni lo harás nunca. Yo no voy a seguirte como un perro al igual que Chris, porque no pienso hacerlo.
-¡Pues quizás me toque hacerme cargo del cargo de mamá y papá! ¡Quizá me toque hacerme cargo de todos vosotros ahora que ellos s están muriendo en un puto hospital!- me llevé ambas manos a la boca al darme cuenta de que le había gritado a Ethan en la cara la situación en la que estábamos.

Noté las lágrimas que caían de mis ojos resbalar por mis frías manos y deslizarse sobre ellas. Ethan me miraba boquiabierto, sus verdes orbes abiertos de par en par y ligeramente brillosos ya que las lágrimas los estaban inundando.

-Lyss... Yo...- se intentó acercar y envolverme entre sus brazos, pero apoyé mi mano en su pecho y negué con la cabeza, ahora mismo no quería su pena, su arrepentimiento o su amor fraternal.

Mi mirada se centró en el suelo y pude escuchar como un sollozo se escapaba de su boca. Si, quería abrazarle, entrelazar su mano con la mía y pasear mi mano por la espalda ya que era la única forma de calmarle cuando se encontraba mal, pero sus palabras me habían dolido tanto... Sabia que en parte el alcohol hablaba, pero Ethan no estaba tan borracho.
Me di cuenta de que las llaves del coche se habían caído al suelo, pero cuando fui a agacharme para cogerlas, él ya estaba agachado y recogiéndolas. Volvió a ponerse de pie y me miró directamente a los ojos mientras me ofrecía las llaves

-¿Podemos ir a casa?- preguntó con voz temblante, ya que aún estaba llorando. Realmente no tenía ganas de hablar con él, así que me encogí de hombros, metí las manos en los bolsillos de mi chaqueta y comencé a andar con Ethan detrás de mi.

Baby, Take CareDonde viven las historias. Descúbrelo ahora