The Four Musketeers. [2]《H.P Segunda Generación》

02. Callejón Diagon.

Narrador Omnisciente:

Los cuatro amigos caminaban por la casa con demasiada ansiedad. Pues debían ir al mágico callejón a comprar sus útiles escolares.

El año pasado habían ido Andrómeda Tonks, y Elizabeth a comprar sus cosas, ya que por órdenes de Alex, los niños estarían en peligro con Black dando vueltas.

Ahora los chicos podrían conocer aquel callejón, y  podrían comprar cosas para unas bromas que querían hacerle a unos Slytherin. Sí, Sebastián iba a ayudarles a hacer bromas contra su propia casa.

—¡Mamá, apresurate!.—Grita Bella desde el primer piso.

—¡No me grites!.—Respondió Alex, mientras miraba mal a Sirius, ya que él se reía por el carácter de la menor.—Cállate.—Gruñe la mujer.

—Debes admitir que tiene tu carácter.—Burla el hombre Black entre risas. Alex le lanzó un almohadón, el cual, Sirius logró esquivar.—Oye, no es mi culpa, así que no seas agresiva. Wow, trece años sin verte y sigues igual, Marie.

—Cierra la boca, Pulgoso.—Volvió a gruñir la Potter mayor. Ahora era Sirius quien miraba mal al otro.

Luego de aquella pequeña charla, Alex fue con los adolescentes ansiosos, y junto a sus mejores amigos, fueron turnándose para ir por la Red Flu para ir al mágico callejón. Bella y Alex fueron las primeras en llegar, seguidas de Zack con Steven, y pisándole los talones, fueron Elizabeth y sus mellizos.

—Wow.—Suspiraron los cuatro adolecentes con asombro, realmente les pareció increíble el lugar y las personas que pasaban por sus lados.

—Bien, nos organizaremos para no perdernos.—Habló Eli, llamando a todos para que hicieran una ronda.—Bella y Sebastián iran con Zack por sus escobas, Steven ira conmigo por los libros, y Alex junto a Alice iran por la túnica. Luego rotaran, ¿Entendido?.—Preguntó mirando a todos. Los mayores fueron quienes asintieron, y luego los adolescentes.

Las anteriores escobas que habían adquirido habían sido destrozadas tras un juego muy violento de Quidditch. Hay que admitir que a ninguno, incluso Liam y Zack, les gustaba perder. Pero los chicos y adultos habían mentido a las madres, diciéndoles que habían sido robadas por los Gnomos que habían en el jardín. Si, les temían a aquellas dos mujeres de carácter.

Bella y Sebastián iban con sus brazos enganchados, como solían hacer de niños, siguiendo al Abbott que estaba ansioso por comprarle las escobas a sus ahijados. Ambos adolescentes se negaban a tal regalo, ya que habían ahorrado lo suficiente para poder comprarlas por ellos mismos, pero, el mayor fue más rápido y las pagó él.

—Vamos por un helado antes de ir por los libros.—Ordenó el alegre Zack. Parecía un niño de primer año por su entusiasmo.

Sebastián rió por la actitud de su tío, mientras Bella iba mirando su alrededor. Se dio cuenta poco después que se había perdido, pues de tanto mirar a su alrededor, no notó que su tío y amigo no estaban a su lado.