CHAPTER I

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Dominik.

La misma escena que he repetido desde que me convertí en profesor de economía, mis alumnas siempre se me insinúa y solo elijo a las que me llaman la atención, Rubias, todas son hermosas pero ninguna es ella.

La mujer de hoy es Catherine hija de algún político estadounidense, me pregunto si su padre se enterara de lo depravada que es su pequeña ¿estaría desilusionado? Los americanos son tan conservadores que me provoca placer corromper a las finas señoritas que entran a mi aula.

De espalda puedo imaginar que es ella, tiene unas curvas de infarto, es tan delgada que puedo asegurar que con un solo brazo cubro toda su cintura, ¿Esa será su estatura? ¿Sus curvas serán las mismas? Solo de pensarlo me excita. Solo basto que le sonriera para que aceptara quedarse después de clases pero bueno ninguna se resiste.

Se da vuelta para caminar hacia mí y todas las expectativas que tuve hace un momento se han ido al caño; a tan corta edad se puede ver que tiene la nariz operada, sus labios se ven rellenos de botox y puedo apostar a que es como muchas, se tiñen el cabello a rubio para ser una de mis chicas. No se parece en nada a ella, ninguna de sus facciones, ni la forma en que camina, en fin en nada, se me han quitado las ganas.

-Gracias por aceptarme profesor, ¿dígame como quiere que lo haga?

-¿Eso es lo que quieres saber?

-Claro quiero complacerlo en todo.- Sonrió con sarcasmo y estoy a punto de decirle que se vaya al carajo cuando tocan a la puerta.

-Profesor Bernasconi lo busca una persona en su oficina dice que es su padre y que ha venido desde muy lejos para hablar con usted.- Mierda ¿Qué hace aquí?

-Vístete y vete. En un momento voy Alice dile a mi padre que me espere.- Catherine no hace lo que le digo por lo que tomo su ropa y se la arrojo.- Ahora.

-Pero profesor estábamos teniendo nuestro momento.

-Estábamos ya lo dijiste.- Compongo mi traje y salgo del aula dejándola sola, sé que me causara algunos problemas pero es más importante ir a verlo antes de que decida buscarme.

Camino por los pasillos de la universidad y varios alumnos me saludan al pasar. Fue un poco difícil ganarme el respeto de varios de ellos pues a muchos no les gustaba que alguien tan joven les diera clases o les dijera que hacer. Sobre todo cuando se comenzó a esparcir el rumor de que solo me gustaban las rubias. Muchas de estas niñas tiñeron su cabello solo para que les hiciera caso, admito que si busco a rubias pero solo hay una a la que en verdad deseo tener.

Entro a mi oficina y Adolph se encuentra en mi escritorio leyendo un libro. A pesar de que lo veo seguido cuando viene de visita a América los años no pasan por su rostro. No es mi padre biológico pero es mi figura paterna, él y Cornelio le prometieron a mi padre que me cuidarían antes de que muriera.

-Al fin llegas Dominik.

-Lo lamento tenia clases.

-¿Clases? No diré nada, ¿Te sorprendió cuando te dijeron que tu papá estaba aquí?

-La verdad es que no, estoy acostumbrado a que tú y Cornelio se presenten de esta forma ¿A que debo la visita?

-¿Cuándo piensas regresar a casa?

-Por el momento no tengo planes de regresar.

-Es el momento aunque no quieras, ya es hora de que estés al frente de la escuela y de lo que dejo tu padre.

-Habías dicho que podías encargarte de todo.- No deseo nada de eso, Adolph puede seguir encargándose de eso, aun no estoy listo para regresar.

-Lo sé pero últimamente viajo demasiado, además necesito un favor.

TEACHER'S PETDonde viven las historias. Descúbrelo ahora