Rose Marie Iacobello y su hermana Leah Rinaldi no son los ángeles que sus padres piensan, son todo lo contrario y todo comienza en un salón de clases.
Domonik Bernasconi y Zachary Davis son amigos de la universidad ambos se esconden secretos y estos...
Después de recibir golpes por parte de Zack por fin me dejo contarle mi versión de la historia al final me dio solo 1 mes para decirle a las chicas quien soy en realidad, pero en este momento solo quiero que me cuente toda la historia de lo que paso con Rose y que me digan en donde se encuentra el maldito que la lastimo, no me importa ir a la cárcel.
Vamos en silencio todo el camino y es lo mejor ambos nos encontramos molestos y asustados por como encontraremos a Rose, el camino hacia la casa se me hace eterno ya ni siquiera siento los nudillos de tanto apretar el volante.
-Demonios Dominik no puedes llegar de esta manera, eres una maldita bomba de tiempo, detente un momento.- Me detengo sin decir nada y sale del auto, hago lo mismo.- Tienes que controlarte.
-No me pidas una estupidez.- Solo está aumentando mi ira.- Zac sé que tu intención es buena pero no sabes nada.
-Tienes razón no sé nada pero al menos debo ser honesto contigo.
-¿De qué mierda hablas?
-Estoy saliendo con Leah, tenemos una relación con ella desde hace 2 años.- Maldito hijo de puta camino hacia él y lo tomo por el cuello.- En verdad la amo Dominik y me importa una mierda que seas parte de su familia.
Lo suelto y camino hacia atrás y dejo salir un fuerte grito sacando toda la frustración que llevo dentro, ahora puedo entender un poco la manera en que se lleva con las chicas y porque siempre está cerca de ellas.
-Puedes odiarme pero no la voy a dejar y quiero dejar muy en claro que no estoy detrás de su dinero, creo que me conoces bien.
-Eres un maldito bastardo, estoy muy enojado contigo en este momento, pero también se la clase de hombre que eres, hermano tengo que decirte esto, amo a Leah como mi hermana pero debo advertirte debes tener cuidado con ella, está un poco loca.- Nos quedamos viendo un momento y ambos comenzamos a reír y comienzo a relajarme un poco.
-Créeme que lo sé perfectamente pero he sabido calmar su locura con el tiempo pero te juro que a veces la conejita perdón Rose no ayuda en nada, me va a volver loco un día de estos.
-No quiero continuar escuchando nada, solo aléjate de Rose.
Entramos al coche y continuamos el camino hacia la casa de los Iacobello. No decimos nada pero me siento un poco más relajado y lleno de preguntas ¿Cómo pudo Zac dominar a Leah? O ¿Es ella quien lo domina? Mejor no voy por ahí, no necesito esa imagen en mi cabeza.
Llegamos a la casa y bajamos del auto el mayordomo nos espera en la entrada , se sorprende al verme de regreso por lo que lo saludo cordialmente, nos deja entrar hasta donde se encuentran mis padres. Nos quedamos en silencio pues Adolph pelea con alguien, por la vestimenta puedo notar que es un doctor.
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