𝐊𝐢𝐬𝐬 - 𝐊𝐓𝐇!𝐏𝐉𝐌 2

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Holaaa¡!
No soy de escribir notas aaah luego lo borro.
Perdón si dejo mucho tiempo colgada la historia, es que sinceramente no tengo mucha inspiración, pero prometo terminarla antes de que termine este mes iiiih. Ahora si, disfruten del capitulo. ^^

🍑

No había pasado mucho tiempo desde la última discusión que habían tenido los hermanos Kim, aproximadamente unas dos semanas.

Jimin se sentía fatal, no su corazón estaba muy roto, sobre todo porque después de aquel rechazo su hermano había empezado a llevar a una chica seguido a su casa.

Estaba molesto y triste, quería sacar a aquella chica a patadas, pero no podía pues ella no tenía la culpa de nada.

Por otro lado, Taehyung se sentía miserable. Haber rechazado de aquella forma a su hermano no estaba en sus planes, sin embargo era necesario hacerlo, no quería crearle ilusiones a su hermano.

Para acabarla, no sabía de qué forma dejarle claro al Kim menor que sus sentimientos de ninguna manera iban a cambiar, ellos NO podían estar juntos. Pensó en irse de la casa para así no verlo tan seguido, pero después de pensarlo tanto se dio cuenta de que esa era una enorme estupidez, pues no contaba con los recursos ni la madurez para independizarse.

Se le ocurrieron una y mil ideas, pero fueron totalmente tontas al darse cuenta de que no tenía lo necesario para llevarlas a cabo.

Así que recurrió a su última opción.

Irene.

Y si, empezó a salir falsamente con Irene.

🍑

— ¡Mimi, mi niño, ya me voy! -gritó la mamá de Jimin para que su hijo lo escuchase hasta su habitación.- ¡Dejé la comida lista en el horno para cuando te dé hambre! -continuó, tomó su bolso y salió apurada de su casa.

— ¡Adiós mamá!

Una vez se escuchó la puerta de entrada cerrarse, Jimin bajo corriendo las escaleras. Su parada fue hacia la cocina.

Se subió encima de la barra con cuidado, abrió la alacena y sacó un pote de mantequilla de maní y unas galletas de chocolate. Pero al querer bajarse, perdió el equilibrio y se sintió asustado al irse hacia atrás cayéndose de la barra.

Sin embargo, unos fuertes brazos lo atraparon antes de que se cayese y se golpease contra el suelo.

Suspiró de alivio, pero su aire se fue de nuevo al ver que claramente era su hermano mayor quien lo había atrapado.

Se paró tímidamente, sin mirar al mayor directo a los ojos. Este ultimo mencionado solo tomó una bolsa de frituras de la alacena y se fue de la cocina sin mirarlo.

Quiso decir algo, más nada salió.
Tan solo lo siguió en silencio y sintió su corazón apretujarse al ver que estaba su queridísima cuñada sentada en el sillón del salón.