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➸ 50 años
“Oye, pronto son nuestras bodas de plata.”
Reborn comentó mientras los dos veían una película antigua en la televisión.
“Tú nunca piensas en esas cosas nunca, bebé, ¿Qué ocurre?” Las orejas del gato se pusieron alerta al notar como el pequeño Alexander intentaba caminar cerca de ellos.
“Solo me he puesto nostálgico, es raro.” El perro se levantó, cogiendo en brazos al minino y lo acurrucaba en sus brazos. “Tuvimos a Alexander demasiado viejos, mi querido omega.”
“Vamos, quería tener cinco, ya lo sabes.”
“Todo lo que pida mi lindo gatito.” Dejó a Alexander en el suelo y besó con delicadeza a su gato en los labios.
Con lentitud los dos se empezaron a besar y se arrastraron hasta el cuarto donde, dominados por aquel amor que era difícil de soportar, se entregaron de nuevo como unos jóvenes adolescentes.
“¿Recuerdas nuestra primera vez?” Preguntó Momon.
“¿Cómo podría olvidarla? Fue algo precipitado por mi parte.”
“Todavía conservo la marca.”
“Sí, y ahí debe quedarse.”
“Así será.”
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