Capitulo O1

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Seok se encontraba caminado hacia la salida del hospital, leyendo una nota que el doctor le dió, estaba solo por la calle, era un día frio, la nieve caía y hacia que las calles se vieran blancas.
Sostuvo el teléfono cerca de su oreja, escuchando lo tres tonos, esperando que su esposo contestará su llamada.

"Lo sentimos el número marcado no se encuentra disponible, deje un mensaje después del tono."

Aún no me responde...

Revisó una vez más lo que decía la hoja, la miro con ojos apagados, la hizo bolita y la dejó tirada en el piso mientras subía al autobús, no estaba con los ánimos de buscar un bote de basura.

Se sentó en los últimos asientos, aún cuando era la única persona dentro del autobús. Sacó de nuevo su celular y marcó ese mismo número, escuchó dos tonos y la llamada fue aceptada.

-Hoy está nevando, ha llegado el invierno.- Recargó su cabeza en la ventana, sintiendo sus ojos húmedos, con lágrimas que no quería soltar.

Al otro lado de la ciudad se encontraba su Taehyung, con el teléfono en la oreja, y la llamada de su esposo, pero un lindo chico de mejillas pomposas descansando en su pecho.

-¿Ocurre algo? Estoy haciendo horas extras.

SeokJin no era tonto, sabía que su marido no estaba en el trabajo.

-¿Llegarás tarde a casa? Hace tiempo no vas.

Y era la verdad, la última semana su pareja no había pisado la casa ni para recoger ropa.

-¿Qué te pasa?

-¿Vendrás a cenar? Deberíamos comer Dumplings como en los viejos tiempos, ya sabes, para este día de invierno. Las prepararé para ti.

-Enserio no puedo volver, SeokJin.- Cerró los ojos, lidiar con su esposo era lo más cansado. - Además, no tienes que hacerlo le pediré a Hoseok que te lleve unas cuantas. Estoy ocupado, voy a colgar.

Enseguida, lo único que Jin escuchó, fue la llamada terminada, mientras lágrimas rebeldes caían por sus mejillas sonrojadas.

Puedo hacerte feliz en este mundo, pero si tú no estás dispuesto a dar ni una limosna, incluso si solo es regresar a la casa por unos minutos.
Realmente no sé si el próximo año en la primera noche de invierno, todavía podré comer Dumplings contigo.

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Escucho el timbre de la casa sonando, por lo que se levantó para abrir la puerta, encontrando al secretario de su pareja.

-Joven Kim, he traído los dumplings.- Dijo el pelirrojo mientras daba una de sus sonrisas.

-En un futuro, solo concéntrate en tu trabajo, y no permitas que TaeHyung te presione para que hagas encargos.

-Tranquilo, es mi deber como asistente. Tengo que trabajar duro para justificar el sueldo alto que recibo. - Estiró su mano, dándole la bolsita al pelinegro.- Joven Kim, ¿Necesita algo más?

-

Eso es todo, Hoseok. Regresa, debes estar ocupado, gracias por venir.

-Entonces regresaré al trabajo, que esté bien.

-Vaya con cuidado.

El pelinegro entró a la casa, poniendo la bolsita de dumplings en la mesa, mirándolos sin expresión. Sin poder evitar que un recuerdo llegará a su mente.

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-Taehyungie, ¿Por qué le estás poniendo tantos dulces a los dumplings?

-Casi siempre te tocan los dumplings de la suerte, así que si relleno muchos, me podrá tocar alguno, Jinnie.

No podía evitar sonreír ante la respuesta inocente y tierna de su novio.

-¡Los dumplings están listos! -SeokJin separó dos platos, tomando uno en especifico en sus manos. - Este plato es mío, no lo toques.

-No planeaba hacerlo. - Contestó con un puchero mientras tomaba su plato correspondiente. - Además, ¿por qué de repente hiciste eso? Siempre compartimos plato... -Dio un mordisco a su dumpling.

El Kim menor abrió los ojos sorprendido mientras miraba a su pareja.

-¡Me tocó uno de la suerte!

Ambos se sonrieron, en especial Jin, al ver la sonrisa de su menor, él había puesto todos los dumplings rellenos en el plato de su pareja.

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No es de extrañar que me diera esta enfermedad, ¿No te dí toda mi suerte desde un principio?

Los 10 años que más te amé || KookJin • TaeJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora