Marah
– Te mancharás de sangre–le contesto con simpleza
–No pareces asustada– le dije acercándome
–Ambos sabemos que nunca me matarías-
–¿Porque lo aseguras tanto?–Enarco la ceja acercándome más–¿Crees que por ser una chiquilla me apiadaría?–ya a centímetros de distancia–Si piensas que si te equivocas ¿quieres saber cuál fue mi primera mancha de sangre? Te lo dire fue Un bebé con dos meses de nacido ese si que era quejica. A los siete años–
–Ah...si interesante–Le comunicó enrollando los brazos en su cuello,con mis dedos tocó su cabello– Es una oferta tentadora–paso mi lengua por mis labios,sintiendo su mirada en ellos –¿no crees? Tu y yo encerrados en una habitación peleando a muerte... o quizás dejemos todo eso de lado... y hacemos otra cosa–expreso cada palabra en un tono coqueto con lentitud
–Cuidado con tus palabras luego no quiero oír tus quejas...habrá consecuencias no muy bonitas–Le susurro arrimándola en la pared–¿Seguro quieres tomar ese riesgo? Advierto que me fascina jugar con mi presa–
–¿Así es como se hace? Me arrimas a la pared y me susurras al oído todo lo que quieres hacer–Le contesto juguetona–Si así se juega no me gusta no gano nada–
–No sabes hacerlo aún,por eso no es divertido–hago un ademán de besarla –una vez que eres experto–muerdo su labio inferior–Disfrutas ver cómo la otra persona se desespera por que cumplas lo que le dices –la golpeo con mi arma en la cabeza–Hasta la próxima Caramelito
