LOS HERMANOS SIEMPRE PELEAN

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TATIANA

Como todo en Monschau, el edificio de la academia Drachen es antiguo.

Paredes altas de piedra oscura, techos hechos con material negro, del mismo color de los marcos de madera alrededor de las ventanas en forma de arco. La fachada tiene algo que la hacer ver como un castillo embrujado, algo digno de querer ser explorado si no se supiera que es una escuela y que nadie es capaz de no relacionarla con el aburrimiento y silencio que recorre sus pasillos. En cuanto mis hermanos y yo ponemos un pie dentro de la escuela, acaparamos las miradas de todos los presentes. caminamos junto a unas chicas reunidas en grupito frente a sus casilleros, nos miran con desconfianza y susurran entre ellas. Eso me hace sonreír, amo ser el centro de atención.

Todos nos miran como bichos raros, incluso aunque llevemos años viviendo en Monschau. Mis hermanos están acostumbrados, sin embargo, yo soy la única que verdaderamente lo disfruta. No voy a mentir, disfruto las miradas, los cuchicheos y la desconfianza, o el odio o la envía -amo la envidia- e incluso el miedo; mi parte favorita del día es el inicio de jornada solo por ello. Las personas están desesperadas en creer todos esos rumores solo porque desean que en sus vidas pase algo interesante, algo que los distraiga de sus monótonos y aburridos días. Quieren algo emocionante, algo de lo que hablar, algo que represente peligro y que les de esa adrenalina y misterio que les hace falta. Eso representamos para ellos, mejoramos sus vidas. Y aunque no saben todo lo que hay detrás de nuestra perfecta fachada -la cual envidian y desean para si mismos- que es lo realmente emocionante, darles de que hablar y darles noticias hechas de chismes es suficiente para ellos.

Pasamos al lado de él, quien también nos mira. Posa sus ojos oscuros sobre mi hasta que salgo de su campo de visión y llama mi atención por ello, no parece importarle que lo sorprendan mirando. Le sonrió, él no se inmuta. Es el único que se ha atrevido a mirarme por tanto tiempo fuera de mis hermanos. Según ellos, esto no es porque no solo puedo parecer aterradora, sino porque mis ojos azules pueden ser muy penetrantes.

Conforme cada uno encuentra su casillero, mi sequito comienza a dispersarse. Yo me dirijo al mío, dejando a mis hermanos atrás.

—¿Qué estas tramando?

O eso creí. Es Will, recargado en la puerta de mi casillero y bajando la vista para poder mirarme; se cree mucho porque es mas alto que yo. sonrió para mis adentros.



JASON

El ojo me esta pulsando.

Termino de lavarme las manos y las seco con una toalla que encuentro cerca del lavabo de la escuela. Levanto la vista, topándome con mi rostro en el reflejo del espejo. Aún tengo el ojo morado después de la pelea de ayer. Me llevo los dedos a la zona lastimada y en cuanto la yema de mis dedos toca mi piel siento dolor y los retiro rápidamente. Los celos se apoderaron de mi como nunca lo habían hecho; casi mato al tipo, pero me contuve. Eso la hubiera lastimado... eso haría que me odiara. Lo del ojo es molesto, pero no es nada comparado con el dolor que siento por dentro. Desearía no haberme enterado de esa manera, no debería haber tomado su teléfono y no debería haber visto esas fotos... ¿Cómo es posible que ella haya superado todo tan fácilmente? Mientras que yo...yo sigo con esta impotencia y sufrimiento.

Mientras que yo la sigo amando.

Me recargo en el granito sobre mis manos y cierro los ojos, mientras que los recuerdos de lo que ocurrió la noche anterior vienen a mi mente. Espere a que el idiota saliera del bar, y lo seguí hasta el final de la calle hasta que paso frente a un callejón y después, lo orille hacia este, en donde lo golpee hasta romperle la nariz antes de que el mismo me golpeara intentando defenderse. Logre tirarlo al piso en donde lo patee hasta romperle una pierna y después, lo deje tirado ahí mismo y me fui. Hoy no vino a la escuela y no tengo ni idea de que haya sido de él después de eso.

Escucho como me llega una notificación, sacándome de mis pensamientos. Mi mochila está abierta sobre la base del lavabo y volteo hacia ella; dentro, la pantalla de mi teléfono parpadea ante la notificación del mensaje. Desde donde estoy, alcanzo a ver que es de Blair.

"la clase ya empezó, ¿Dónde estás?"

no me molesto en tomar el teléfono para abrir el mensaje, no voy a contestarle. Desvió la vista del mensaje y dejo salir un suspiro. Arrugo la toalla de papel y la lanzo al basurero, luego tomo mi mochila y salgo del baño.


TATIANA

Se escuchan voces al final del pasillo y Will y yo volteamos para saber de qué se trata. Son Natasha y Nate, discutiendo fuera del salón. Natasha estampa un libro contra el pecho de su hermano y luego le apunta con un dedo.

—sino hablas con ella yo misma lo hare, Nate. —parece realmente enojada.

Suena el timbre y la pelirroja se aleja, aun molesta.

—¿Qué les pasa a esos dos? —pregunta Will levantando una ceja.

—no lo sé, pero no hay de que preocuparse —cierro el cerrojo de mi casillero y me encojo de hombros sin interés por la situación—. Los hermanos siempre pelean.

Aunque si soy sincera, ellos no suelen hacerlo, al menos no tan seguido.

—vamos a clase.

Después del primer periodo, camino por los pasillos de la escuela para dirigirme a mi próxima clase. Algunas miradas curiosas se posan en mí y comprendo rápidamente el motivo, además de los mismos motivos de siempre, esta vez ando sola, lo cual no suele pasar seguido, ya que siempre camino por la escuela seguida de mis hermanos.

Ignoro las miradas y continuo mi camino. De repente, escucho pasos detrás de mi, pero no me detengo.

Se que perfectamente quien es, de hecho, lo estaba esperando.

Se acerca a mi mientras seguimos caminando y me dice en voz baja:

—tenemos que hablar.

Sonrió.

"Tu plan se está viniendo abajo, ¿no es así hermanito?"

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⏰ Última actualización: Jan 21, 2022 ⏰

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Mientras el lobo no estáDonde viven las historias. Descúbrelo ahora