conociéndonos.

5 0 0
                                    

1951

Joseph un niño de 8 años se encontraba tranquilamente jugando en un arenero, no hacía mucho más que ensuciarse un poco, algo normal a su edad. A los pocos minutos escucho unos quejidos femeninos los cuales no se oía muy lejanos. Joseph siendo comido por la curiosidad fue a ver que era lo que estaba pasando encontrándose con una niña de su edad junto otros niños quien parecían molestarla.

—¡Devuelvan me mí muñeca! —dijo aquella pequeña mientras extendía sus manos hacia esta con la esperanza de poder tomarla.

—Claro que no, ¡Esto es muy divertido! —exclamó uno de los niños de forma burlesca mientras maliciosamente alzaba más la muñeca para que la muchachita no la pudiera tomar.

—Devuelve la muñeca —Joseph fue hacia estos con una expresión molesta, pero apesar de mostrar según una mirada "intimidante", aquéllos niños seguían estando como si nada.

—¿Y por qué haríamos eso? —dijo otro de los niños de forma irónica.

—Ella no les hace nada.

los niños se miraban entre sí y a los pocos minutos empezaron a reír, era como un tema molesto.

—Desaparece —dijo el tercero empujando a Joseph haciendo que esté cayera al piso sacando más risas de los 3 mocosos.

Algo que Joseph no podía soportar era que lo agredieran, así que sin pensar lo dos veces repitió la acción del contrario empujándolo ahora el. Los 2 amigos como era de esperarse se unieron a la pelea haciendo un pequeño escándalo.
La pequeña niña fue hacia estos preocupada, pero más por aquel niño el cual tuvo la intención de defenderla.

—¡Basta! —agarro del brazo de uno de los pequeños matones logrando que soltara a Joseph para así ponerse adelante de el— ¡son unos groseros!

Uno de los niños estaba apunto de decir algo, pero para su desgracia su madre lo estaba llamando de no muy lejos junto a sus amigos.

—Te salvaste, tonto —dijo esto y se fue junto los otros 2.

—¿Te encuentras bien? —la joven se arrodilló tomando dulcemente de las mejillas al muchacho viendo si tenía alguna herida por la pelea.

—Estoy bien, descuida... Por cierto —le extendió la fina muñequita la cual era el tema del conflicto— me parece que esto es tuyo.

La niña sorprendida tomo la figura entre sus pequeñas manos, sus ojos brillaban inocentemente al ver a una de sus cosas más preciadas en buen estado.

—¡Mí muñeca! —abrazo al juguete tiernamente— enserio gracias, eres su héroe.. y el mio también, ¿Cómo te llamas?

—Joseph, ¿Y tu?.

—Margarita, pero mayormente me dicen Rita.

—Es un gusto —sonrio para ver la bien, sus ojos eran grandes y de un hermoso color verde, Sus labios grandes y de un rosado natural, y su cabello el cual era recogido por una trenza era de color castaño.

—Igualmente —dijo cortésmente mientras ella también examinaba a su "héroe", los ojos del joven eran azules como el cielo, su cabello era rubio como el sol y sus labios del rosado natural.

—¡Rita! —una mujer corrió hacía la niña cargándola con un semblante molesto— ¡mira como dejaste tu nueva ropa! —le regaño hasta que se termino percatando del niño el cual saludo amablemente—¡Aléjate de mí hija, tu niño sucio! —la señora de forma indignada se llevó a su hija, le molestaba tanto que su niña le hablara bien a cada muchacho vago que se le acercaba.

—¿Sucio? —el chico se desánimo mientras se miraba, y la verdad si estaba sucio por haber jugado con arena y que de paso lo empujaran al piso. ¿Pero acaso eso era algo malo? — me preguntó si la volveré a ver...

*el internado* [Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora