CHRIS EVANS
—Stan por milésima vez en el día te lo repito, no le daré celos a Chris Dije cansada.
Sebastian había llegado a mi departamento a las diez de la mañana y desde ese momento no había dejado de hablar de lo qué pasó con Evans, habíamos terminado hace un par de semanas el había decidió volver con su ex-novia y Sebastian se le había metido la idea de darle celos.
—¿Porqué no? Cuando el vea que eres feliz con otro hombre, te buscará, ademas fue una decisión inútil la que hizo—Comentó.
—¡Sebastian! Te juro por lo más sagrado que tengo en esta vida que si vuelves a mencionar algo referente a ese tema te vas de mi departamento—Comente seria, ya me dolía la cabeza y Sebastian no ayudaba.
—Esta bien—Murmuro rodando los ojos.
—Gracias—Dije, pero eso no duró más de cinco segundos.
—Y si le das celos conmigo—Comentó burlón.
—Sebastian eso sería imposible, nadie nos creería todo saben que somos mejores amigos—Farfulle rodando los ojos.
—¿Tu crees? Seríamos una linda pareja—comentó guiñando un ojo.
—Acaso ayer te caíste de la cama para estar hablando tontería el día de hoy—Hable dándole un golpe en la cabeza.
—No, Una pregunta más—Farfulló—¿Cuál es el temor de darle celos a Evans?—interrogó, su tono de voz cambio de burlón a serio con la pregunta.
—Entiende por una vez Sebas cuando dos personas no están destinadas a estar juntos nunca van a ser felices—Aclare tratando de no llorar al recordar el motivo de la separación.
—Pero si esas dos personas si están destinadas a estar juntas, solo que necesitan pasar varios obstáculos para ser felices—Argumento Stan.
—Sebastian esto no es una película o un cuento para que tenga un feliz feliz—refute ante lo dicho.
—No entiendo porque eres negativa—Dijo fastidiado.
—Esto es simple, si ellos jamás estuvieron destinados hagan lo que hagan nunca van a ser felices y si esa persona es feliz con otra chica que lo hace feliz yo seré feliz al verlo bien, pero no puedo obligarlo a que me ame —Respondí con la voz quebrada y los ojos llenos de lagrimas.
—perdón pequeña—Dijo abrazándome—No quiera que llores por mi culpa—susurro.
—No te preocupes—Murmuré.
En ese momento Sebastian iba a responder pero el timbre de mi departamento comenzó a soñar.
—Esperabas a otra persona—cuestionó.
—No—Dije mientras me levantaba.
Al abrir la puerta me lleve la sorpresa más grande del mundo, era el el que estaba parada del otro lado de la puerta.
—buenos días _____—Saludó.
—Hola Chris,no quiero sonar grosera pero ¿Que quieres?—Interrogue.
—Quiero hablar contigo y por favor no me tires la puerta—Hablo sonriendo.
—No puedo, estoy ocupada—Dije rápido.
—Te prometo que esto será rápido y es para aclarar lo que sucedió—Suplico.
—Sabes que si no estuviera ocupada hablaríamos todo lo que quieras, pero voy demasiado tarde para mi cita—Explique.
—Oh una cita—Murmuro—Disculpa por hacerte perder el tiempo—Comentó con tono triste.
—No te preocupes Chris, pero que te parece si hablamos mañana—Mencione de lo más tranquila.
—Me parece Perfecto, cuídate—Me contesto con una sonrisa—Que salgas bien en la cita—fue lo último que dijo antes de irse.
—Igual—Dije, acto seguido cerré la puerta para encontrarme con un Sebastian riéndose.
—No que no—Dijo con tono de burla.
—¡Cállate!—Exclamé para después sentarme a su lado como estamos antes de ser interrumpidos.
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Hola mis amores! Pensaron que había dejado olvidada esta novela?! Pues no, ya regrese y estoy escribiendo más capítulos; de que este es corto pero me encantó escribirlo.Pronto les diré porque estuve mucho tiempo desaparecida.
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