Capítulo 8

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No podía dejar de mirar esa fotografía en especial, era fácil identificar la forma de unas pequeñas piernas y un poco gracioso ver que la cabeza tenía forma extraña todavía. Seungho estaba atravesando por un laberinto de emociones un tanto contradictorias. Seguía luchando por aparentar que el hecho de estar esperando un bebé no le importaba en absoluto y a la vez tenía ganas de hablar con alguien sobre el tema. Una vez más terminaba sonriendo y recordó el lindo sonrojo que cubrió las mejillas de Nakyum antes de despedirse por la mañana, bueno, no es como si se hubiera despedido, pero esa sin duda era la primera vez que salía de ahí teniendo un encuentro agradable con él.

El sonido de su celular le hizo volver a guardar la fotografía del ultrasonido en el cajón de su escritorio y leyó el nombre de InHun Seonbi en pantalla. Ese idiota.

—¿Qué quieres?

—Oye. No son formas de saludar a tu amigo. Además este amigo tiene buenas noticias para ti. Mi amigo abogado me dio unos documentos, está interesado en que los leas a detalle para saber si pueden concretar lo de tu divorcio de forma rápida e infalible.

Seungho frunció el entrecejo... ¿Divorcio? Inspiro profundamente y agregó.

—Bien, encontrémonos para revisar eso.

Solicitó un permiso especial para tener algo más de tiempo durante su hora de comida y se encontró con Seonbi en el restaurante que ambos acostumbraban.

El tipo parecía relajado y despreocupado, todo lo contrario a él que no era más que un cumulo de pensamientos confusos. Seonbi debió percibir algo extraño en él porque no dejaba de mirarlo en silencio como si estuviera dándole espacio para hablar.

—Bien ¿Qué pasa contigo? ¿Lo del divorcio no es tan buena opción ahora?

—No es eso— Seungho se cruzó de brazos y guardó los papeles en un sitio seguro entre sus cosas—. Es sólo que. Ah, no lo sé. Supongamos que comenzó a emocionarme el asunto del bebé.

Seonbi dejó salir una risilla y modificó de inmediato a una postura más seria.

—Eso mi amigo, sería normal después de todo. El bebé es tu hijo, pero el lazo con Nakyum no es necesario ¿No?

—Sí. Eso— Seungho apartó la mirada ya que no quería dudar. Bebió un poco de refresco y entrelazó los dedos—. Entre Nakyum y yo no hay más que una relación simple de alfa y omega, ningún lazo emocional nos vuelve parte de la vida del otro.

—Exacto. Fue un accidente— Seungho asintió y tenía ganas de dar por terminada esa reunión. Acababa de admitir que tal vez le emocionaba la idea de convertirse en padre, pero no estaba seguro de que lo había hecho con la persona correcta.

Se despidió de su amigo y condujó hasta casa de sus padres. Tenía más de cinco mensajes de su madre pidiéndole que fuese ahí lo antes posible y así lo hizo porque en el fondo sabía que nunca podría negarse a una petición de sus padres.

Lo primero que vio fue a su padre acomodando un montón de regalos, Seungho hizo una expresión de confusión y su madre bajaba las escaleras con más regalos en las manos.

—Hijo— Seungho corrió para ayudarla y la mujer se dejó caer sobre el sofá—. Toda la familia ha envido obsequios para tu hijo.

—¿Qué demonios? Ni siquiera sabemos si será niño, o niña.

—Ah, eso no importa. Hay de todo.

—Creo que será niño, es como un presentimiento— mencionó su padre y Seungho sintió la incomodidad recorriéndole todo el cuerpo. Los dos parecían muy emocionados.

Díficil de admitir (Pintor Nocturno)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora