Capítulo 5

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Sebastián lucía igual de sorprendido que yo al verme, pero aun así sonrió radiantemente tras recorrerme con la mirada de pies a cabeza.

-Elizabeth.

-Sebastián... Que sorpresa.

-Puedo decir lo mismo. No te he visto estos días.

-Oh, sí. En realidad, nadie me ha visto porque llevo varias días enferma. -Comenzaba a incomodarme un poco lo mucho que estaba tardando la entrega de la pizza-

-Y ¿Ya estas mejor?

-Sí, gracias por preguntar. Son veinte dólares ¿cierto?

-Así es.

-Dame un minuto. Olvidé el dinero. -Cuando di media vuelta me encontré de cara con el torso de Marco, quién tomó la pizza y colocó un billete de cincuenta en manos de Sebastián-

-Eres Marco Reus. -La mandíbula de Sebastián casi tocaba el suelo y rodé los ojos-

-Así es. Puedes quedarte con el resto. De propina. -Y sin más, se dirigió a la cocina mientras que ambos lo seguíamos con la mirada hasta que lo perdimos vista, y entonces, Sebastián volteo a verme-

-¿Qué hace Marco Reus en tu apartamento?

-Veras... es una larga historia. Gracias y ¡Adiós!

Cerré la puerta en la cara de Sebastián y me dirigí a paso apresurado a la cocina donde Marco se encontraba.

-¿Por qué has salido? ¡Se supone que nadie puede verte aquí! -Él elevó una ceja en mi dirección-

-Fui a pagar. Además ¿Qué tiene de malo que el repartidor me haya visto? ¿Te gusta?

-No me gusta, pero eres Marcos Reus y yo soy una cajera de Starbucks. Debe de estar pensando lo peor.

-¿Trabajas en Starbucks?

-Sí ¿Algún problema?

-Ninguno. -Lo fulminé con la mirada mientras tomaba un pedazo de pizza-

Escuché la puerta principal abrirse y a los segundos Ariana estaba en la cocina apretándome en un fuerte abrazo.

-¡Elizabeth! Que gusto es verte nuevamente de pie. Y ¡Oh! Ustedes son los de la pizza. Acabo de ver al repartidor, y wow, creo que voy a ordenar pizza mas a menudo. -Ariana volteo a verme completamente sorprendida-

-¿Ese es cafeína? -Asentí con la cabeza- Si es así de atractivo ¿Por qué no les ha brincado encima?

-Porque no todo es sobre sexo, Ariana. -Tras mi respuesta, ella se acercó a mí, colocó sus manos en mis hombros y comenzó a zarandearme con fuerza-

-¿Acaso eres lesbiana y no me lo has dicho?

-Ariana, no seas tan brusca con ella. Apenas hoy se pudo levantar de la cama. -Marco intervino y agradecí que luego de eso mi amiga se calmó.

-Tienes un punto ahí, Marco.

-Así que... ¿Por qué le dicen cafeína al repartidor?

-Porque esta tan y tan enamorado de nuestra querida Liz, que va varias veces al día a comprar café, solo para verla. Además, siempre la invita a salir solo para ser rechazado. -Tras escuchar las palabras de Ariana, Marco volteo a verme-

-Suena a que tienes un acosador, Elizabeth. Tal vez no sea buena idea de que sepa donde vives.

-Oh. No creo que Sebastián sea un psicópata obsesivo o algo así. No parece ser ese tipo de persona.

Boys only want love if it's torture {EDITANDO}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora