Capítulo 4

4.4K 161 2
                                    

Podía jurar que Ariana dijo que Marco me cuidaría, pero la realidad es que en el momento no tenía ni ánimos ni fuerzas para confirmar la información, así que opte por pensar que era simplemente mi nublado cerebro jugando conmigo. Ariana conoce a docenas de personas ¿Y va a llamar justamente a la que no soporto y a la que podría asesinarme mientras duermo y me encuentro débil? No lo creo.

No sé cuánto tiempo llevaba dormida, pero el frío comenzaba a afectarme; Moví mis manos alrededor de la cama intentado dar con el paradero de mi colcha, pero cuando mis esfuerzos resultaron inútiles no tuve otra opción que obligar mis ojos a abrirse para continuar con la búsqueda.

-Estas ardiendo en fiebre, Elizabeth. Si te arropas solo aumentaras la temperatura de tu cuerpo. -conocería esa voz en cualquier sitio, y sí, Ariana había llamado a Marco para que fuera mi enfermera. No tenía ánimos de pelear así que solo asentí lentamente con mi cabeza- Quizás si tomas una ducha te sientas mejor.

La idea de una refrescante ducha sonaba muy tentadora, y completamente atraída por la idea tomé asiento en la cama repentinamente provocando que mi habitación comenzara a girar.

-¿Estas bien? -Marco colocó una mano en mi espalda y oculte mi rostro en mis manos en mi espalda mientras negaba con la cabeza-

-Creo que voy a morir, Reus.

-No seas dramática. Seguro luego de la ducha mejoraras. -Me coloqué de pie y tomé un set limpio de pijamas antes de arrastre a la ducha-

Cuando salí del baño sintiéndome levemente mejor, pero aun completamente somnolienta, me encontré con Marco acostado en mi cama mientras jugaba en su celular. Sin mediar palabra me acosté a su lado y cerré los ojos. A los pocos segundos sentí su mano posarse sobre mi frente.

-Todavía tienes fiebre, pero definitivamente te sientes más fría que cuando llegue. Abre la boca. -Abrí un ojo solo para examinar la situación, y me encontré con la mano de Marco sujetando un termómetro cerca de mi boca y decidí seguir sus instrucciones y permitirle colocar el termómetro en mi boca.

-Solo te ha bajado tres grados. -La cama se movió cuando Marco se coloco de pie y escuche sus pasos alrededor de la habitación- Ven, siéntate. -Con su ayuda tome asiento en la cama, y este coloco tres pastillas en la palma de mi mano que lleve a mi boca sin hesitación, y luego me paso un vaso de agua del cual solo toné un pequeño sorbo- Debes beber mas aguas o acabaras deshidratándote.

-No quiero. -Hice una mueca de disgusto, y Marco delicadamente coloco el vaso en contra de mis labios-

-Vamos. Solo un poco más. -Tomé otra bocanada de agua y finalmente este retiró el vaso- Bien, eso es algo.

Volví a acostarme en la cama y comenzaba a conciliar el sueño cuando Marco se acostó en mi lado y colocó una bolsa hielo en mi frente sin aviso, y no pude evitar el chillido de sorpresa que salió de mi boca.

-Shhh es solo hielo, Elizabeth.

Marco se había encargado de retirar la frisa y la colcha de mis cama para evitar que yo las usara, así que en busca de calor decidí acercarme al cuerpo de Marco, quien para mi sorpresa estuvo más que receptivo a mi acercamiento y se encargó de acomodarme sobre su pecho.

-Lamento mucho lo que sucedió la última vez que nos vimos. -Escondí mi rostro en su cuello y solo di un sonido de reconocimiento- No necesitas dejar de ir a sitios para evitarme. Luego de que te mejore llevaremos la ley en paz. -Creo que lo ultimo que hice antes de quedar dormida fue asentirme levemente a las palabras de Marco-

Esa rutina de Marco cuidando de mí y su pecho convirtiéndose en el mejor lugar para dormir, se resistió por los próximos tres días, incluso cuando Ariana ya había regresado a Dortmund.

----

Tras varios largos días que pasé mayormente durmiendo, finalmente llego el día en que abrí los ojos y me sentía completamente bien y con ánimos, aunque el hecho de encontrarme con Marco Reus durmiendo a mi lado con una mano sobre mi cintura me sacó un poco de orbita y lo golpeé fuertemente en el brazo.

-¡Ouch! ¿Qué sucede contigo? -Marco se sentó en la cama intentando desperezarse-

-¿Qué haces tú en mi cama? -Creo que mi pregunta fue lo que ayudo a Marco a despertase completamente. Su cara de confusión me hubiera divertido en cualquier otro momento-

-¿De que hablas? Llevo todos estos días cuidando de ti y has dormido sobre mi pecho sin quejarte.

-Dios -Me levanté y me dirigí al baño a cepillar mis dientes antes de regresar al cuarto- ¿Ariana?

-Regreso hace tres días.

-¿Qué? ¿Y por qué continuas aquí?

-¿Acaso tienes amnesia? Sigo aquí porque tú no me dejabas ir. -Sentí mis mejillas sonrojarse porque eso solo confirmada que todo el suceso de "no te vayas" y "no me dejes" pasó en realidad y no fue un sueño-

-Honestamente no recuerdo casi nada de cuando estuve enferma. -Salí de la habitación tratando de encontrar a Ariana, pero no estaba por ningún lado-

-Es la una de la tarde. Elizabeth. Debe de estar saliendo de la universidad ahora.

-Y tú deberías de estar en tu casa. -Marco rodó los ojos-

-Me quedaré a hacerte compañía. Quien sabe si tu repentina recuperación es solo placebo ¿Quieres comer algo?

-Si vas a pagar, una pizza no estaría nada mal.

-Muy bien. -Marco ordenó la pizza antes de regresar a mi lado- ¿Cómo te sientes?

-De verdad que me siento mucho mejor. Creo que ya estoy al cien por ciento. De hecho, gracias por quedarte conmigo, cuidar de mí y todo eso.

-No fue nada, Liz. Creo que después de lo que sucedió en Múnich es lo menos que podía hacer por ti.

-Si tú lo dices... aun así, me gustaría hacer algo por ti para quedar a mano.

-Bueno, ya que te has ofrecido. sé cómo puedes pagarme.

-Soy toda oídos.

-Ven a mi primer partido luego de mi lesión.... Con una de mis camisas. -Lo miré con una ceja levantada-

-Primero que nada, no tengo una de tus camisas.

-Suerte que yo tengo varias. Puedes usar una.

-¿Recuerdas que nos odiamos? Es una petición un poco inusual para alguien que me detesta.

-Recuerdo haberte dicho que cuando mejoras, trataríamos de mantener las cosas en paz. Creo que es un buen paso.

-¿Y dónde queda mi opinión en todo esto? Porque personalmente no me interesa la oferta.

-¿Por qué eres tan terca? Te estoy ofreciendo algo que es beneficioso para nosotros y nuestras amistades. -Marco estaba frustrado conmigo, se notaba en su tono de voz y en sus movimientos corporales-

-Tú no me agradas. Yo no te agrado. No creo que hay algo más que buscar.

-Tal vez, pero estoy intentándolo, y espero que tú también lo hagas.

-¿Por qué de momento quieres que seamos amigos y nos agarremos de manos mientras cantamos Cumbayá?

-Porque nuestras peleas siempre han sido por estupideces, y creo que Ariana y Mario merecen que al menos hagamos un esfuerzo.

-Aja.

Tenía mucho más para comentar, pero nuestra conversación se vio interrumpida por el timbre de la puerta así que me dirigí a abrirla sabiendo que era pizza, y ¡Sorpresa! El repartidor era Sebastián. 

Boys only want love if it's torture {EDITANDO}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora