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Nacido del oleaje generacional tan ególatra como infame tenemos la indeleble cavilación por cuidar algo que nuestra mórbida capacidad destruye, esa infinitud tan distante para las estrellas y tan corta para la vida, nos convierte en hojarasca, escribiendo con pesares perniciosa esperanza, cegados por la corpórea creación del hombre, termina con la más indecible lucidez pues se esconde en el crepitar de las pupilas de todos aquellos que ya no recuerdan quien es, deseándole así a los poseedores del conocimiento una vía directa el tortuoso crepúsculo discordante de ellos mismos, que nescientes, pero no ignorantes, terminan por atribuir la concepción de todos sus males al mañana donde su nombre ya se a olvidado, mientras que el hoy solamente se mantiene frívolo a la situación, sin prestar la necesaria atención para saber que la monotonía incontrolable que tiene el tiempo, los etiquetara pronto como el ayer, aun con eso ni siquiera si eres el más erudito hombre serás capaz de reconocer este aflictivo sendero de recuerdo, por que ya nadie rememora que algún día, tuviste una carta.

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⏰ Última actualización: Jan 18, 2021 ⏰

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