Cuando de repente se me acerco ese chico. De 1.75 m. de altura (un poco más alto que yo), pelo negro, ojos color miel, blanco como un copo de nieve. El chico que vivia a dos casas de distancia y que durante estos 12 años nunca se le ocurrió dirigirme la palabra.
Y yo con unas ganas de partirle la cara si viene a decirme alguna estupidez.
-Oye tú eres...-
-Si yo soy algún problema. -Le respondí de una manera agresiva y dominante con la que estaba más que seguro que no se me iba a volver a acercar.
-Tranquilo no, no soy como ellos- Me dijo.
-¿Como ellos?- Le pregunte. Aunque sabía a lo que se refería, pero quería que él mismo me lo dijera.
-Sí ya sabes soberbio- Me respondió drásticamente, pero con una mirada de dulzura, que por un instante me pareció ver a un niño de 5 años que fue a decirle a su mamá que rompió la maceta donde estaba su flor preferida. Perdón si no te he hablado durante estos ¿qué 10 años?
-Son 12- Le respondí. De una manera tranquila, tratando de no alterarme y terminar intentando golpeándome, para después despertar en la enfermería del colegio y darme cuenta que el que terminó golpeado fui yo.
-Cierto tienes razón, 12 años, pero si no te he hablado es porque no he tenido el coraje para hablarte-
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Después de años de ser esa oveja negra, ese ser indeceable al que nadie se le atrevía ni a pedir la hora, está hablando con Nick.
En ese momento mi enojo había desaparecido casi por completo. Obviamente no iba a olvidar todas las cosas que me habían hecho Nick y sus amigos por todos estos años, y aunque no hubiese sido él, el que me hizo todas esas horribles cosas que prefiero olvidar, tampoco hizo nada para evitarlas.
-Bueno, yo vine aquí por dos razones, que si me escuchas con atención, se convertiran en una razón completamente lógica-
-Está bien, te escucho- Le respondí la manera más normal que podía después de escuchar lo que me había dicho.
-La primera razón es porque me retaron a hablar con el raro del colegio- Fue ahí, en ese preciso instante queme di cuenta que yo estaba en lo correcto, si yo le agradaba y no le caía mal, por qué tiene que acercarse a mí y cumplir un reto, para que todos los que se sientan con él, sus amigos, se puedan divertir a costa mía.
-La segunda razón es que fue la excusa perfecta para poderte saludar, siempre me llamó la atención tu forma de actuar. Por eso estoy aquí, para poder ser amigos-
Me quedé congelado, mi reacción no fue otra más que la de sorpresa, nunca imaginé que me daría una respuesta así. No sabía que palabra decir, o si debía hacer algún movimiento para que se cuenta del impacto que dejo en mí. Veía sus labios moverse, pero no escuchaba ni una sola palabra de lo que salia de su boca. Sólo tuve un poco de tiempo de reacción antes de volver a caer en shock cuando, escuché las siguientes palabras:
-¿Quieres ser mi amigo?-
Mis manos se paralizaron, mi corazón se aceleró y no sabía como responder, si con un suave y tranquilizador sí o un profundo y rotundo no. Pero tenía curiosidad de saber como era él, el chico más popular de todo el colegio, que encontró la mejor forma de acercarse a un don nadie, por una apuesta para poder preguntarle si quería ser su amigo, ese chico que se impacientó por la respuesta, por ese sí que quería escuchar. Pase tantos años solitario, sin nadie que me dirija la palabra, esto era extraño y nuevo para mi.
Pero como iba a saber que la respuesta que yo le diera a Nick iba a cambiar mi forma de ver completamente el mundo, la respuesta, que en ese momento transformaría por completo mi mundo, mi rutina, alejaría mi soleda. Como iba yo a saber, que la respuesta que le diera en ese instante habría de cambiar completamente mi rumbo de vida, pero como haberlo imaginado, yo sólo era chica aislado, el separado de la sociedad.
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B.L.A.Z.E
Novela JuvenilB.L.A.Z.E se trata de la historia de Nick Zabel. Un chico guapo, popular. El típico chico que todos quieren ser y todas quieren tener. Esta historia está contada desde un punto de vista diferente, donde te muestra como la vida tiene sus altos y b...