Братва ⋆⁺˖ NozoEli.

➤┊02.

      Los gritos de aquel hombre eran demasiado fuertes, los golpes que le habían proporcionado le dejaron varias marcas moradas y rojizas.

      Estaba totalmente desnudo, sus manos atadas con alambres, manteniéndose sentado en aquella silla de madera. Una mordaza se hallaba en su boca, la sangre recorría cada extremidad de su cuerpo y no podía evitar en temblar al sentir las fuertes brisas del viento.

      Ahora mismo, varios hombres terminaron de torturarlo; la puerta de aquella fría habitación se abre de golpe, revelando a una mujer rubia.

      Sus ojos azules se posaron en aquel sujeto, éste le mira aterrado y se movía desesperado en su asiento. La rubia comenzó a acercarse a él a pasos lentos, manteniendo una expresión neutra.

      —¿Creíste que podrías engañarme? —Eli cuestiona, frunciendo el ceño al ver a aquel hombre negar repetidas veces con su cabeza —. No debiste meterte conmigo, imbécil.

      Observa a uno de sus empleados y hace un movimiento con su mano, indicándole que terminara con su trabajo. Él asiente y de su uniforme saca un arma, se pone enfrente de aquel chico y apunta la pistola sobre su cabeza.

      —¡Mátalo! 

      El guardaespaldas presionó el gatillo y la bala atravesó el cráneo de aquel chico, ocasionando que la sangre salpicara a unos cuantos hombres y el resplandeciente suelo de madera fuera opacado por el oscuro líquido

      —Limpien esto, que no quede rastro de él. —Eli ordena, observando a los hombres actuar de inmediato —. No cometan una idiotez.

      Con eso dicho, se da la media vuelta y termina por salir de aquella habitación.

✘

      Nozomi comienza a abrir sus ojos con lentitud, sentía leves punzadas en su cabeza y tenía hambre, pero eso era lo menos importante.

      ¿Dónde estaba? ¿Cuántas horas habían pasado después de ese acontecimiento? ¿Habrá sido todo un mal sueño?

      Las respuestas llegaron cuando su vista se aclaró y pudo visualizar a cuatro personas, además de eso, se dio cuenta que estaban en un auto debido al espacio tan pequeño. Sus ojos picaron debido a las lágrimas que querían salir.

      Todo fue real...

      Traga pesado para intentar deshacer aquel nudo que se había formado en su garganta, se abraza así misma para poder sentir algo de calor, la temperatura había bajado y ahora su cuerpo estaba helado.

      Aquellas personas no le prestaban atención, parecían indiferentes ante su situación.

      Tengo hambre...

      Se incorpora en su asiento y trata de ignorar el rugido de su estómago, enfoca su mirada en aquellas calles para poder distraerse. Entonces, alguien posa una mano sobre su hombro y termina por girarse para encontrarse nuevamente con aquellos orbes cafés.

      —Hemos llegado. —Dice en cuanto aquel vehículo se detuvo.

      Nozomi solamente se le queda mirando, sin saber que decir o hacer exactamente, esa mujer le causaba escalofríos.

      Aquella peliazul la baja sin mucha amabilidad del auto y se encaminan hacia la enorme residencia; Nozomi trataba de zafarse de aquel agarre, quería escapar de ahí e irse a una zona segura.