Tres

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Presente

La luz del sol atravesaba el velo de las cortinas, haciendo que Félix despertara y tuviera una sensación de que algo estaba mal. Se negó a abrir los ojos y tan solo se acomodó un poco en la cama.

Su brazo rozó con la piel de alguien y el pánico volvió a dominarlo. "Por favor que sea Jeno, por favor que sea Jeno".

—Buenos días cariño— dijo la voz del sujeto de su sueño, la decepción se sintió como si le faltará el aire.

— Buenos días — Respondió Felix. Apretó los ojos.

—¿Cómo te sientes?— preguntó el rubio y el pecoso sintió como su cuerpo era atraído por el brazo del otro hacia él. Se sintió mal, como si de alguna forma estuviera engañando a Jeno, incluso si esté le hubiese cortado la llamada de la noche anterior y lo haya tratado como a un simple desconocido.

— Todavía un poco fuera de lugar— mintió Felix y abrió los ojos. La luz brillante que iluminaba la habitación cegaron al menor y esté puso un brazo sobre su rostro.

— Quédate aquí. Voy a preparar algo para tu estómago.— dijo Christopher y Felix sintió como el peso abandonaba el colchón. Al momento de abrir de nuevo los ojos y que estos se acostumbraran a la luminosidad del lugar, el peli morado observó que el de cabellos rizos ya traía puesta una bata y caminaba fuera de la habitación.

Felix se quedó quieto y decidió incorporarse. Descartó la idea del secuestro porque, ¿qué secuestrador te abraza y prepara algo para el estómago? Ninguno, a menos que se trate de un acosador, pero también desechó aquella idea, ninguno te dejaría un celular a la mano.

Echó un vistazo más detallado a su alrededor y pudo notar con más detalle el lugar. Las paredes eran lisas y de un blanco suave, el piso era de madera y en tonos claros, además de que las cortinas eran de un ligero amarillo y no blancas como había pensado. A juzgar por la forma del ventanal, Felix dedujo que esté no era lo que pensaba y en realidad se trataba de un balcón.

Un sentimiento de calidez recorrió su cuerpo y una pequeña sonrisa apareció en su rostro. A Felix le gustaban los balcones, y mucho. Creía que estos daban una sensación de libertad y una conexión con el exterior cuando las habitaciones se volvían sofocantes.

— Lixie, ¿de que quieres tu té?— gritó Chris, sacando al menor de sus pensamientos.

"Puaj ¿? ¿De verdad?" A Felix no le gustaba el té.

—¿Tenemos café?— preguntó, pero no recibió respuesta. Dedujo que el rubio estaba preparando la bebida.

— ¿Desde cuando tomas café? — dijo Chris entrando al dormitorio. En sus manos traía una taza con dibujitos de pollitos bebés y un cordel con una etiqueta que sobresalía del recipiente humeante. Un ligero olor a manzanilla se coló por las fosas nasales del chico.

"¿Ahora bebo té de hierbas? ¿Ahora? ¿Cómo si ahora fuera mi nueva vida?¿Por qué no me acuerdo de nada?" Pensó Felix.

— ¿Lix? — preguntó Chris, extendiendo la taza hacia el peli morado. — Bébelo. —

El menor tomó la taza entre sus manos y le dio un sorbo al líquido amarillento. "No está tan mal".

— Gracias, solo que por alguna razón quise beber un poco de café, ya sabes... No dormí bien anoche. — fingió una sonrisa.

Chris le miró con escepticismo y colocó sus manos en las caderas.

— Te conozco por seis años y jamás te he visto tomar una gota de café.—

Afterglow {ChanLix} - 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora