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6.
querido will: no sé qué decir.
will byers — ¡m-mierda! ¡e-estoy sangrando! — exclamé, sintiendo el pánico introducirse rápidamente dentro de mi cuerpo, y el líquido bajar hasta mi nariz.
— ¡al hospital, dustin! — lucas gritó de nuevo. — ¡al hospital ya!
y pedí una vez más que fuese todo una pesadilla, sólo por si acaso, pero los gritos constantes de lucas me traían de vuelta a la realidad, quemando hasta la última pizca de calma dentro de mí, casi como si fuese pólvora.
— ¡joder, dejen de asustarlo, por el amor de dios! — mike levantó la voz, arrastrándose por el asiento a mi derecha, y acercándose más a mí. — will, no estás sangrando. te estoy viendo justo ahora, y no veo ni una gota de sangre.
— p-pero yo... — lucas intentó hablar, acercándose para mirarme. — yo creí haber visto-
— ¡lucas, cállate de una vez! ¡sólo lo estás asustando más! — mike interrumpió, haciendo un ademán para que se apartara. — will, es sólo la sensación que dejó el golpe, le das unos minutos y se va a desaparecer.
— ¡p-pero estoy sangrando! — repetí, sintiendo mi voz temblar. — ¡l-llévenme al hospital, por favor!
— will. — mike se acercó aún más, quedando a unos cuantos centímetros de mí. — no estás sangrando. — habló otra vez, tocando suavemente mi frente con una de sus manos, y poniéndola frente a mis ojos. — ¿ves? no hay sangre. — continuó. — estás bien. tranquilo.
me limité a asentir levemente, permitiéndome respirar cuando finalmente comencé a sentir entrar el alivio, y la presión salir de mi pecho.
— ¡will está bien! ¿pueden subirse de una maldita vez? — mike exclamó, y agradecí internamente que él no hubiese bajado de la camioneta.
•••
— soy hombre muerto. definitivamente, soy hombre muerto. — dustin conducía despacio, subiendo la ventanilla, y lamentándose una y otra vez. — mamá llega mañana, y cuando descubra que arruiné la camioneta, voy a terminar enterrado en el jardín.
— técnicamente, no arruinaste la camioneta. — lucas habló desde el asiento del copiloto. — ¿no podríamos sólo esconderla un par de días y ya?
— ¡bien pensado, lucas! ¡si existiera el concurso de las ideas más estúpidas del país, sin duda te llevas el jodido premio! — dustin exclamó, perdiendo la paciencia. — mierda, uno de los faros está roto, y tiene un golpe a la izquierda. ¿cómo voy a esconder eso?
