Capitulo 8

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Habian pasado dos meces, no habia contacto con Richard.

Su familia llego a la conclucion de que tendrian que dejar de investigar por su cuenta y contratar inmediatamente a un investigador.

Su panza crecia, pero su infancia se perdia. No digo que sea algo malo traer a una persona al mundo, pero no es lo mas hermoso que te podria pasar a los 14 años.

-Hija, vení, hay alguien que quiere hablar contigo -Gritó Fernando, padre de Mery.

-Claro papá, ya bajo -Respondio Mery asustada e intrigada.

-Hola querida, soy Damian, la persona que te va a ayudar a encarcelar a la basura de persona que te hiso eso. Ya he tratado muchas veces casos como este. -Dijo el investigador con seguridad.

-EL NO ME VIOLO. YO QUISE HACERLO, DEJEN DE CULPARLO, EL ME AMA Y YO A EL TAMBIEN. -Grito Mery con furia.

-Mery por favor, si sigues diciendo eso tendremos que enviarte a un psicologo.-Dijo Fernando.
-Llevenme donde quieran, yo se muy bien lo que esta pasando.-Dijo Mery con seguridad.

Minutos despues llamaron a la psicologa mas especialisada que halla en la ciudad. Mery acepto ir, iba lunes y miercoles, pasaban horas y horas hablando, pero obviamente la adolecente embarazaba sostenia su pensamiento.

Era lunes, le tocaba ir. Tenia que empesar a entrar en confianza con la doctora.

-Hola Mery -Dijo la dorctora-¿Cómo estas hoy?

- Hola Dra. Estoy perfecta. ¿Por qué no estarlo?- Respondio Mery de forma superadora.

-Vamos a hablar muy seriamente de lo que paso, cuentame exactamente como fueron las cosas.

-Okey, yo me sentia sola hasta que apareció el. Entre en un sitio de internet y (...) -Continuo hablando.

-Entiendo, pero lo que sigo sin prosesar es como llegaron a... Bueno, tu ya sabes, a... Lo que paso en el hotel. -Dijo la Dra.

-Llovia, y no habia nadie en mi casa, va, estaba mi abuela, pero tiene 85, estaba durmiendo, es lo mismo que si no estuviera. Tampoco podia entrar por mi cuenta, me habia olvidado las llaves. El de buena manera me dijo de ir a un hotel hasta que pasara la lluvia. Yo acepte. Fuimos, el me regalo un brasier, porque mi madre no me dejaba usarlos, y yo queria uno. Me lo probé y el me recosto en la cama, yo primero no estaba muy segura de hacerlo, en realidad nunca lo estuve, no queria, pero sabia o mejor dicho pensaba que el no me iba a hacer nada que yo no quisiera, pero me equiboque. -Dijo con palabras entre cortadas, parecia que tenia un nudo en la garganta.

-Tranquila Mery, relajate por un segundo. Esa parte de la historia no la sabia. ¿Por qué decias que tu querias hacerlo?

-Solo para que no lo buscaran, yo me enamore de el, y no quiero que le hagan daño. -Dijo Mery con las lagrimas que pasaban ligeramente por sus mejillas.

-Mery, voy a la llamar a Damian, me esta pidiendo hablar contigo. Encontro algo que por ahi te va a interesar mucho.

- Esta bien. -Respondió llorando.

-Hola princesa, ¿Estas mejor? Tranquila, no llores. -Dijo el investigador.

-Hola, si, estoy igual que siempre, nada mas que con una carga muy pesada. *Seguia llorando*

-Encontre algo. Seguro te va a interesar mucho.

-Okey, muestrame.

-Mira, seguramente al principio te va a parecer muy raro, y no lo vas a creer, pero te pido que lo pienses. Por favor, pensalo. -Dijo Damian.

-Dale, sin rodeos, muestrame lo que quieres que vea.

*Se seco las lagrimas*

Alerta: No todo es lo que creesWhere stories live. Discover now