𝑾𝒊𝒏𝒅 𝑹𝒊𝒗𝒆𝒓 || 𝑬𝒍𝒊𝒛𝒂𝒃𝒆𝒕𝒉 𝑶𝒍𝒔𝒆𝒏 (Cancelada)

𝔻𝕠𝕤

Aquel silencio durante la cena me estaba poniendo incómoda, llevaba todo el día así pero necesitaba preguntárselo.

- Cory - levantó la mirada de su plato de verduras casi acabado - No te parece de lo más curioso que la chica del FBI...

- Jane - fui interrumpida.

- Si lo que sea. Es muy curioso que llevase la ropa de Emily unos días antes de su muerte. ¿No crees?

Un silencio para nada cómodo hinundó la sala, me levanté a recoger mi plato.

- Llegó de Las Vegas y yo estaba en la casa de mis suegros.

- Ex suegros - aquello fue cruel y lo pude ver en su mirada - lo siento, no he querido decir eso.

- Si has querido pero no importa, entiendo tu rabia. Erais un grupo de tres y solo quedas tú - mil sentimientos recorrieron cada centímetro de mi cuerpo y todos fueron desagradables ante aquel comentario, me mantuve fuerte, siempre debí serlo y no iba a cambiar ahora. No fui capaz de contestar y me limité a lavar el plato.

- Alisa - no moví ni un músculo de mi sitio mientras el agua del fregadero corría - Mirame, por favor - no tuve más remedio que apagar el grifo y girarme manteniendo mi posición en la cocina abierta - La destinaron de Las Vegas y llevaba unos vaqueros con un abrigo que cubría lo mismo que una camiseta. Hubiera muerto de hipotermia solo con el viaje en moto de nieve a la escena del crimen, no teníamos otra opción que dejársela.

A esas alturas sus lágrimas comenzaron a brotar y yo acercarme para abrazarle, no estaba siendo justa.

- Lo se, lo se... - comencé a susurrar mientras lloraba en mi hombro.

- ¿Por qué se tuvo que ir...?

- No lo se. Ojalá yo también pudiera saberlo, es difícil. Un pueblo así que ni si quiera parece un pueblo porque es demasiado grande.

- Tu no vas a morir, ¿verdad?

- No tengo intención si eso es lo que pretendes decir - una pequeña risa salió de sus labios - ve a ducharte, yo limpio esto.

- Eres increíble.

- Soy increíble peeeeero, déjame agua que te la gastas entera.

- Hmm, me lo pensaré.

Salió corriendo al baño y cuando hube escuchado el sonido del agua caer comencé a recoger su plato, las servilletas y los vasos. Éramos una pequeña familia, como un padre y una hija unidos por extraños sucesos, aunque más dolorosos que extraños.

- Ya me he duchado - escuché desde el fondo de la casa.

- ¿Tan rápido?

- He estado 20 minutos, ¿en que estabas pensando?

- No en nada, estaba un poco en mi mundo. Me voy a duchar y dormir, estoy muy cansada.

5 minutos después me encontraba bajo el agua, caía sobre mi en surcos irregulares. Me estremecí ante el calor que desprendía pero una vez acostumbrada me perdí en mis pensamientos. Jane estaba presente en todos ellos y aunque no me explicaba el porqué no la quise alejar de mi mente.

Por alguna extraña razón aquel día lleno de problemas se me había hecho más fácil estando la chica a mi lado. Tenía que admitir que no cruzamos demasiadas palabras, unas cuantas miradas pero me bastaban.

Aquella noche Alisa consiguió conciliar el sueño pero no con éxito, pues las pesadillas invadían su cabeza.

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